Bueno, este ejemplo muestra otro robo, porque no tiene otro nombre al ciudadano por parte de las Administraciones Públicas y sus componentes.
Con el dinero de los contribuyentes (a la fuerza) se reparten "gratificaciones" extraordinarias entre los funcionarios de las distintas Administraciones, gracias a una ley del año 84.
En este artículo se recoge los producidos en el Ministerio de Trabajo, donde el 84,7% de los funcionarios recibieron 1.500 € extras porque sí, o lo que es lo mismo, para comprar voluntades y fidelidades. Aunque claro, es más que lógico que lo cobren. Con la destrucción de empleo año tras año y la pésima gestión realizada año a año, ¿cómo no van a cobrar estas gratificaciones de centenares de miles de euros por ministerio?
Eso sí, luego a protestar por la extra que le quitaron temporalmente (aunque se la vayan a devolver o a pagar ya como en muchos casos se ha producido), mientras al resto de ciudadanos se le ahoga a impuestos para pagar dichos favores y se destruyen empresas e impagan a las mismas con la consecuencia del paro respectiva, mientras se siguen pagando la fiesta de otros.
Pero claro, como lo dice la ley, y se hace cada año (esté el gobierno que esté) pues nada...
"No fue una "paguita" más con la que compensar a sus cargos de confianza por la pérdida de la ‘extra’, como así lo denunciaron los sindicatos del Ministerio de Empleo. De hecho, esta “gratificación por servicios extraordinarios” ni siquiera se puede distribuir por ley entre los altos cargos nombrados por Fátima Báñez. El Gobierno acaba de responder a una pregunta parlamentaria formulada por la diputada Rosa Díez en la que el Ejecutivo detalla que, lejos de ser un privilegio con el que contentar a unos pocos, es una práctica que afecta a casi todo los funcionarios del departamento. En total, al 84,67% de la plantilla del Ministerio.
Con el dinero de los contribuyentes (a la fuerza) se reparten "gratificaciones" extraordinarias entre los funcionarios de las distintas Administraciones, gracias a una ley del año 84.
En este artículo se recoge los producidos en el Ministerio de Trabajo, donde el 84,7% de los funcionarios recibieron 1.500 € extras porque sí, o lo que es lo mismo, para comprar voluntades y fidelidades. Aunque claro, es más que lógico que lo cobren. Con la destrucción de empleo año tras año y la pésima gestión realizada año a año, ¿cómo no van a cobrar estas gratificaciones de centenares de miles de euros por ministerio?
Eso sí, luego a protestar por la extra que le quitaron temporalmente (aunque se la vayan a devolver o a pagar ya como en muchos casos se ha producido), mientras al resto de ciudadanos se le ahoga a impuestos para pagar dichos favores y se destruyen empresas e impagan a las mismas con la consecuencia del paro respectiva, mientras se siguen pagando la fiesta de otros.
Pero claro, como lo dice la ley, y se hace cada año (esté el gobierno que esté) pues nada...
"No fue una "paguita" más con la que compensar a sus cargos de confianza por la pérdida de la ‘extra’, como así lo denunciaron los sindicatos del Ministerio de Empleo. De hecho, esta “gratificación por servicios extraordinarios” ni siquiera se puede distribuir por ley entre los altos cargos nombrados por Fátima Báñez. El Gobierno acaba de responder a una pregunta parlamentaria formulada por la diputada Rosa Díez en la que el Ejecutivo detalla que, lejos de ser un privilegio con el que contentar a unos pocos, es una práctica que afecta a casi todo los funcionarios del departamento. En total, al 84,67% de la plantilla del Ministerio.
La polémica saltó a los medios de comunicación en agosto del año pasado a raíz de una denuncia hecha por los sindicatos UGT, CCOO, CGT, USO y CS. Estos llegaron a asegurar que entonces, justo después de que el Gobierno eliminase la extra de 2012, Báñez había repartido pagas por importe de 1.500 euros entre sus colaboradores más directos. Los sindicatos aseguraban entonces que “se utiliza el concepto de gratificaciones, presente en el presupuesto de todos los ministerios, y aunque la ley dice que retribuye los servicios extraordinarios fuera de la jornada laboral, lo cierto es que se ha utilizado sistemáticamente, de manera discrecional y arbitraria por el poder político de turno para comprar voluntades y pagar fidelidades”.
“Las organizaciones sindicales hemos denunciado reiteradamente este tipo de decisiones y hemos exigido la necesidad de distribuir dichos fondos de una manera razonable y razonada, pero desgraciadamente la ministra apuesta por mantener la capacidad de repartirlo a su antojo”, añadían.
A raíz de las informaciones publicadas en prensa, la portavoz de UPyD dirigió una pregunta al Gobierno que ha permitido, ahora, saber el alcance real de estas “gratificaciones” en las que Empleo desembolsó, en el 2012, un total de 376.594,36 euros.
El Gobierno explica que este concepto está previsto en la ley desde 1984 para retribuir los servicios extraordinarios, realizados fuera de la jornada laboral normal, “que en ningún caso es fijo en su cuantía ni periódico en su devengo”. Así, corresponde a cada departamento (la medida es aplicable a todas las Administraciones) fijar los criterios objetivos que permiten la asignación individualizada de estas gratificaciones por horas extras que, en ningún caso, se pueden repartir entre el personal laboral y los altos cargos del Ministerio. Es decir, con ella se premia, exclusivamente, a los funcionarios. Según denunciaron los sindicatos en agosto, Báñez estaba repartiendo dos pagas anuales de “gratificaciones” de 1.500 euros cada una, si bien, como se ha especificado, las cuantías no son fijas.
En el 2012, Empleo redujo el gasto en esta partida un 5,17% con respecto al año anterior. La práctica, eso sí, se viene realizando, al menos, desde 2004, año en el que llegó al Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. El gasto, desde entonces, se ha ido manteniendo año a año en torno a los 400.000 euros, como se puede ver en la tabla adjunta. El año en el que más gratificaciones se pagaron fue en el 2009, con Celestino Corbacho como ministro, cuando el desembolso en esta partida ascendió hasta los 420.674,99 euros."
Fuente: El Confidencial
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