El despilfarro público es manifiesto en todo lo que toca, y por supuesto, también en sanidad:
"El gasto en sanidad asciende cada año a cerca de 100.000 millones de euros, casi el 10 por ciento del PIB. Además, el sistema sanitario tiene un déficit anual de 10.000 millones. Los últimos gobiernos han intentado meter mano a esta partida con políticas de ajuste. El último, el departamento de Ana Mato, que presentó un plan el pasado año para recortar el gasto sanitario en 7.000 millones, la mayor parte en presupuesto para medicamentos.
"El gasto en sanidad asciende cada año a cerca de 100.000 millones de euros, casi el 10 por ciento del PIB. Además, el sistema sanitario tiene un déficit anual de 10.000 millones. Los últimos gobiernos han intentado meter mano a esta partida con políticas de ajuste. El último, el departamento de Ana Mato, que presentó un plan el pasado año para recortar el gasto sanitario en 7.000 millones, la mayor parte en presupuesto para medicamentos.
Sin embargo, los expertos consultados porelEconomista Sanidad aseguran que aún quedan muchas bolsas de ineficiencia y duplicidades que parecen imposibles de erradicar. Hay datos que llaman la atención por su evidencia. Por ejemplo, la sanidad duplica todavía hasta el 60 por ciento de las pruebas diagnósticas y en una cuarta parte de los casos, los sistemas sanitarios públicos no tiene en cuenta las pruebas realizadas por la privada. Además, algunas sociedades científicas alertan de la ineficacia y el gasto producido por pruebas diagnósticas sin valor: el 30 por ciento de las resonancias lumbares realizadas son inútiles.
No sólo se despilfarra en pruebas diagnósticas, también en consultas innecesarias. Los últimos datos hablan de hasta 77 millones de visitas al médico innecesarias. Es decir, de personas que saturan los servicios sanitarios sin estar enfermas. En total, eliminar estas ineficiencias podrían ahorrar al sistema hasta 2.000 millones de euros todos los años.
Duplicación de pruebas
En una cuarta parte de los casos, la sanidad pública no tiene en cuenta las pruebas realizadas por la sanidad privada, duplicándose, en estos casos, un 59 por ciento las pruebas diagnósticas: éste es un dato extraído de la encuesta realizada para el Segundo Barómetro de la Sanidad Privada, impulsado por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS).
Con estos datos, el secretario general del IDIS, Juan Abarca, asegura que evitar la repetición de las pruebas diagnósticas ayudaría a mejorar la eficiencia del Sistema Nacional de Salud, puesto que se evitarían gastos innecesarios y, además, permiten descongestionar las listas de espera. "Desde IDIS apostamos permanentemente por una colaboración entre el sector sanitario público y el privado y ésta sería una fórmula más de hacerlo", sentencia.
Según este dato de la encuesta, las pruebas que se repiten con mayor frecuencia son, por este orden analíticas (64 por ciento), radiografías (32 por ciento) y ecografías (26 por ciento); y, en menor medida, las resonancias magnéticas (5 por ciento) y los TAC (4 por ciento). En palabras de Manuel Vilches, director de operaciones del IDIS, "la repetición de pruebas, que muchas veces es difícil justificar, refuerza la necesidad de integrar los sistemas de información sanitaria y disponer de la historia y de las pruebas diagnósticas del paciente en cualquier centro al que acuda, lo que ayudará de manera muy importante en la gestión del servicio y en la planificación asistencial global".
Asimismo, los resultados muestran que durante el último año 1 de cada 3 personas entrevistadas asegura haber acudido tanto a la sanidad pública como a la privada para tratar la misma patología. Y ello hace que la integración del sistema sanitario en torno al paciente cobre aún más importancia, como elemento de garantía para mejorar la salud y la calidad de vida de los pacientes, constituyéndose además en un indicador de mayor eficiencia. "Además, no hay que despreciar las desventajas para los pacientes de la doble realización de pruebas como por ejemplo el incremento en exposición de dosis radiológica a la que se someten", puntualiza Juan Abarca.
"La integración de la información del paciente entre el sector público y el sector privado es el primer pilar de la colaboración público-privada real -añade el director de operaciones del IDIS- y esa integración será la base para poder hacer un sistema sanitario sostenible, ya que nos dará las claves para saber de dónde partimos y qué necesitamos para el bienestar de la población".
En esta línea, una de las principales medidas de ahorro que se han puesto en marcha son los sistema de riesgo compartido, un acuerdo entre la sanidad pública y la privada para introducir nuevos fármacos o tecnología sanitaria en los hospitales. Esta iniciativa, que ya realizan otras comunidades, suponen ahorros de 10 millones de euros por contrato
"Ninguna medida que se implante y recorte derechos a los ciudadanos es admisible -finaliza Juan Abarca- mientras sigamos duplicando pruebas diagnósticas".
Resonancias inútiles
Por su parte, un estudio científico ha permitido cuantificar el porcentaje mínimo de resonancias magnéticas (RM) lumbares que son prescritas inapropiadamente en el conjunto de la sanidad española, y ha demostrado que los radiólogos identifican correctamente las que no están justificadas. Según el informe, el 30% de las resonancia lumbares que se hacen en España son inútiles. Una cifra disparatada, según los especialistas. Anualmente se realizan 960.000 resonancias lumbares en la sanidad española (pública y privada).
Realizar esta prueba cuando no está indicado aumenta hasta un 400 por ciento el riesgo de que el paciente sea operado inútilmente. En 2012, el coste medio de cada resonancia magnética lumbar fue de 244 euros. Es decir, cerca de 75 millones de euros perdidos.
El reciente estudio ha sido publicado por la revista científica European Journal of Radiology*. Financiado por la Fundación Kovacs, en él han participado 12 servicios de radiología públicos y privados. Demuestra que, como mínimo, el 11,9% de las resonancias lumbares prescritas a pacientes con y sin dolor referido son inapropiadas. Este porcentaje aumenta hasta el 17,2% en la sanidad privada y hasta el 27,8% entre los pacientes sin dolor irradiado a la pierna."
Fuente: El Economista
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