Diego Sánchez de la Cruz hace una comparativa entre Cataluña y Madrid en competitividad fiscal a través de los rankins que elabora la Comisión Europea.
Cuestión muy importante por sus repercusiones sobre el empleo, la economía sumergida y la riqueza de las regiones.
Artículo de Libre Mercado:
"Ayuso somos todos" es el principal lema de la campaña. | C.Jorda
En los rankings de competitividad económica que elabora la Comisión Europea, Madrid se erige en la región española con mejor resultado. De hecho, ninguna otra autonomía consigue superar el promedio europeo, lo que revela lo importante que ha sido el "modelo liberal" desarrollado por Madrid y pone de manifiesto la importancia de que otras comunidades sigan dicho camino.
Como recalca un nuevo estudio del Instituto de Estudios Económicos, el resultado promedio de las comunidades autónomas en este índice se sitúa 27,7 puntos por debajo de los niveles observados en el conjunto de la Unión Europea. En cambio, Madrid logra 17,5 puntos más que el promedio de la UE-27, 28,9 puntos más que Cataluña y 45,2 puntos más que la calificación media obtenida por las autonomías españolas.
La variable de la competitividad económica es muy relevante, puesto que hay un vínculo muy claro entre una mayor competitividad económica y un PIB per cápita más elevado, como demuestran los datos de nuestras comunidades autónomas.
De igual modo, un mayor grado de competitividad económica se traduce en una tasa de paro más reducida.
Precisamente por todo lo anterior, es fundamental poner encima de la mesa la cuestión de la competitividad fiscal. En este sentido, el estudio elaborado por el IEE muestra que Cataluña es la comunidad autónoma española con mayor presión fiscal normativa. Esto quiere decir que, si medimos sus tipos impositivos y sus reglas tributarias y las comparamos con las del resto de España y Europa, encontramos que el marco fiscal catalán es un 34,5% más oneroso que el promedio observado en la UE-27.
En el caso del conjunto de España, este diferencial es un 10% más elevado, mientras que Madrid destaca para bien y el modelo de impuestos bajos y sencillos mantenido por el gobierno de Isabel Díaz Ayuso se sitúa 12,4 puntos por debajo de los niveles de imposición registrados en la UE y 22,4 puntos mejor que España.
Olvidándonos de Europa, y centrando el tiro solamente en las comunidades autónomas, vemos que, además de Cataluña, también destacan para mal los modelos fiscales de Asturias, Aragón, Comunidad Valenciana, Extremadura o Navarra. Andalucía ya no está entre las peores de la clase, merced a las rebajas tributarias que ha impulsado el gobierno de Juanma Moreno. En cambio, las únicas regiones españolas con una presión fiscal normativa inferior al promedio europeo son Madrid y las provincias vascas. Canarias, que tiene un régimen fiscal diferenciado, La Rioja y Castilla-La Mancha también figuran por debajo de la media.
Vale la pena recalcar, por otro lado, que la apuesta por un Madrid de impuestos bajos, que comenzó en los años de Esperanza Aguirre, ha tenido el efecto de reducir la incidencia de la economía sumergida, que en España alcanza el 23,1% del PIB pero en Madrid se reduce al 16,2% del PIB. Esto supone 1.600 millones de euros de recaudación "extra", lo que permite reducir la carga fiscal media por contribuyente. Además, tiene una relación positiva con la competitividad general de la economía regional, reforzando la posición de liderazgo de Madrid.
Así lo reflejan los tres siguientes gráficos:
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