lunes, 19 de abril de 2021

Libertad o comunismo (IV): la política económica y el crecimiento económico

Cuarta entrega de José María Rotellar abordando los dos tipos de políticas en distintos ámbitos esenciales que están en juego en las elecciones madrileñas. 

Esta cuarta entrega expone y analiza la cuestión de la política económica y el crecimiento, dándole mayor perspectiva con el ejemplo de una comunidad comparable, como es Cataluña y sus políticas. 

Artículo de Libre Mercado: 



La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso | Europa Press



Madrid tiene muchas facetas por la que se la distingue: la calidez con la que sus ciudadanos acogen a todo el que llega a Madrid; su riqueza monumental y su importancia en los acontecimientos históricos a lo largo de los siglos; una buena gastronomía y una variedad perfecta de lugares para visitar y disfrutar de ellos; y la mejor asistencia sanitaria de España y una de las mejores de Europa, un transporte de vanguardia y una escuela pública bilingüe en inglés.

Unido a todo ello, se encuentra su política económica, que se basa en una gran libertad y lo que se ha convertido en la seña identidad de la misma: una política continuada en el tiempo de rebaja de impuestos para todos los contribuyentes, que han hecho que Madrid sea la región española donde menos impuestos se paga, pese a que las regiones forales tienen más competencias para poder bajar más, si quieren, los impuestos.

Por tanto, no hay una única política económica posible. Hay una, intervencionista, basada en una mayor intromisión en la economía, gasto público creciente, déficit alto, deuda elevada y subida de impuestos, además de una ausencia total de reformas. La otra, liberal, basada en la austeridad y reducción del gasto, la estabilidad presupuestaria, la reducción ordenada y selectiva de impuestos y la eliminación de trabas que libera renta para la economía productiva, genera un marco de confianza y credibilidad y dinamiza la actividad económica y el empleo.

Es legítimo optar por una o por otra, pero sabiendo siempre que cada una de ellas dará diferentes resultados, porque distintas políticas dan distintos resultados. Eso se ve claramente en las políticas aplicadas por la izquierda y el separatismo en Cataluña durante todos estos años, que al compararse con la aplicada por la Comunidad de Madrid desde hace dos décadas y media y, de manera especialmente intensa, desde 2003, muestra cómo el intervencionismo lastra la economía y la libertad económica la impulsa.

De hecho, recordemos que ya se aplicaron políticas de izquierda en Madrid, entre 1983 y 1995, y consiguieron un peor resultado. Comparando con la otra región de igual tamaño, como es Cataluña, el crecimiento económico de Madrid solía ir por debajo.

Por el contrario, desde 1995, el crecimiento de la región madrileña ha sido superior siempre tanto a la media nacional como a Cataluña. En la serie que publica el INE, que parte de 2010, se ve de manera clara este resultado. Madrid creció un 63,6% más que el conjunto nacional o que Cataluña. Distintas políticas dan distintos resultados: las de izquierda mantenían a Madrid como una economía sostenida, sin vigor, empujada sólo por su peso institucional, y las liberal-conservadoras la han convertido en una economía sostenible por ella misma, dinámica, una región de oportunidades.

Y eso pasaba en comparación con una política de izquierdas que era socialdemócrata, muy moderada, como la aplicada entre 1983 y 1995. Imaginemos qué sucedería si ahora gobernase la izquierda radical de Sánchez e Iglesias.

La Comunidad de Madrid aplica, desde 2003, una política de prosperidad basada en el gasto austero y eficiente, los impuestos bajos, el cumplimiento de la estabilidad presupuestaria, la eliminación de obstáculos para emprender y una libertad y seguridad jurídica económicas completa.

Eso ha hecho que Madrid se haya convertido en el principal motor económico de España, de manera muy destacada y con una fuerza y diferencia cada vez mayores, gracias a que su mayor libertad económica favorece la inversión y el empleo. Al compararla con la región económicamente similar, como es Cataluña, podemos ver cómo Madrid avanza cada vez más y Cataluña se estanca o retrocede. La política económica aplicada en Madrid es la de la libertad económica y la aplicada en Cataluña es la del intervencionismo, que es la que quieren aplicar Sánchez, Iglesias, Gabilondo y toda la izquierda en Madrid.

Esa política de libertad le permite a Madrid atraer el grueso de la inversión extranjera, como muestra el dato de 2020, donde en Madrid se concentran las tres cuartas partes de la inversión recibida.

Y ese porcentaje de inversión extranjera ha sido creciente, pues desde 2008 Madrid recibe el 63,8% y en el último año, gobernando Ayuso, ha recibido casi doce puntos más, lo que demuestra que la confianza en la política económica de Madrid por parte de los inversores y del conjunto de agentes económicos es cada vez mayor. Paralelamente, vemos cómo las políticas intervencionistas que defiende la izquierda, que son las aplicadas en Cataluña hacen que la región catalana pierda gran parte de la inversión que recibía del exterior.

Fuente: Datainvex

Y eso tiene también su traducción en un mayor crecimiento económico de Madrid. Así, la región madrileña lidera el PIB per cápita de España, con más de 35.000 euros, 4.700 más que Cataluña, que optó por la política intervencionista, que es la de la izquierda.

Eso se traduce en contar con el mayor crecimiento económico del último año publicado a nivel regional:

Que se extiende a lo largo de los últimos diez años:

Todo ello, ha hecho que Madrid se convierta no sólo en la región más próspera, sino también en la mayor economía por volumen de PIB, pese a contar con menor extensión y población que Cataluña.

Y si analizamos el efecto de las políticas de Sánchez, que son las que la izquierda aplicaría en Madrid, la comparación entre los indicadores económicos con los que llegó al Gobierno y los que hay ahora, son reveladores, como en el comercio, el transporte y la hostelería, sector al que Ayuso, a través de la combinación de prudencia y mantenimiento de actividad económica, ha logrado mantener en pie, frente a las medidas de cierre completo propuestas por la izquierda, que son las que aplicaría en Madrid y que han perjudicado tanto a la economía nacional como se ve en el siguiente gráfico:

Esa caída del comercio y la hostelería llega después de que Sánchez impusiese medidas tan duras en este sector, que hizo que llegase a caer un 45% en el IITR-2020, de manera que lo han puesto contra las cuerdas, sin casi ya posibilidad de recuperación, por agotamiento de recursos financieros, y que en Madrid ha encontrado un oasis de libertad en el que, pese a tener que trabajar con restricciones, que merman su capacidad, sin duda, les permite, al menos, mantenerse activos, abiertos y generando empleo.

Y eso se traduce en que Madrid, por ejemplo, en el comercio, es la región donde menos cae, un 1,5% interanual frente al 9,4% nacional, según el último dato del comercio minorista.

Y así, con todos y cada uno de los indicadores económicos en términos generales. De ese modo, la economía madrileña creció un 4,4% en el IVTR-2020 frente al 0% del conjunto de España:

Si comparamos los datos de crecimiento trimestral del IVTR-2020 de comercio y hostelería, vemos cómo en la Comunidad de Madrid creció un 11,2% frente al 0,1% del conjunto nacional (que incluye transporte en el caso de España).

Así, el conjunto del sector servicios crece un 5% en Madrid frente al 0,3% nacional.

Este mejor comportamiento económico también se manifiesta en el consumo de los hogares, donde en Madrid llega casi al 10% mientras en España se queda en el 0%.

En esta disyuntiva entre políticas económicas en la que se encuentra Madrid, la liberal-conservadora del centro-derecha que se lleva aplicando en la Comunidad de Madrid desde hace dos décadas y media, y la política intervencionista de la izquierda, especialmente radical al estar en concurso Podemos, con Iglesias al frente, los madrileños tienen que elegir qué es lo que quieren también en esta materia, en los próximos dos años, a partir del cuatro de mayo.

Si quieren mantener la política económica actual, que ha permitido mantener un cierto ritmo de actividad económica, que es la impulsada por Ayuso, u optar por la de la izquierda, que es la de las prohibiciones, las subidas de impuestos, el gasto desmedido, las restricciones y la caída económica y el aumento del desempleo, que acabaría con la libertad de horarios comerciales o con la eliminación de trabas, como la declaración responsable o el impulso dado por la Comunidad de Madrid para lanzar una ley de unidad de mercado. Los electores tienen que decidir entre libertad o comunismo.


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