lunes, 18 de octubre de 2010

El islamismo en guerra (Parte 4). Israel y la Yihad y qué hay que hacer en el mundo contra el totalitarismo islámico. (Islam, Oriente Meido. 50)

Israel y el Yihad

Cada individuo tiene una cosmovisión que le sirve como mecanismo para analizar el mundo que circunda, el mundo que le envuelve y que le permite explicarse a si mismo y su relación con el mundo y que le da un sentido a su vida.
Las sociedades también tienen una cosmovisión que permite a sus miembros entenderse, compartir alegrías y penas, entenderse a si mismas, que les posibilite conectarse con el pasado, real o ficticio o una combinación de ambos, y tener una complicidad en el presente que les permite elaborar un proyecto de futuro.

La superficie de las tierras árabes son 500 veces la de Israel. El estado judío representa en la cosmovisión árabe el causante del fracaso de la prepotencia árabe que no pudo evitar que el pueblo judío consiguiera su independencia el 14 de mayo de 1948 en una pequeña parte de su ancestral tierra y herencia, de aquellos frágiles judíos que pudieron escaparse del Holocausto; de la frustración de ver como los judíos han avanzado en todos los campos de la ciencia, tecnología, cultural, y justicia social, igualdad de género, respeto a las minorías, ocupando lugares de vanguardia a nivel mundial, a pesar de las repetidas y constantes agresiones bélicas procedentes del vecindario árabe y del mismo interior y caballo de Troya, el terrorismo árabe-palestino. El fiasco en todos los campos del saber desde hace siglos en tierras árabes y musulmanas es imputado al chivo expiatorio de turno, Israel es el chivo expiatorio con el que los árabes pretenden justificar la ruina cultural, tecnológica, científica y de justicia social y de respeto a las minorías del mundo árabe a pesar de las enormes, ingentes e inacabables entradas de petrodólares.
En la cosmovisión islámica el mundo se divide en dos: Dar al Islam, el mundo del Islam en el que las leyes pretendidamente divinas y atribuidas a Alá, recibidas por el que se autodenominó el Sello de los Profetas, el místico líder político-militar Muhammad, y Dar al-Harb, la casa o mundo de la guerra, del Yihad, el resto del planeta.
En esta cosmovisión los musulmanes son los únicos verdaderos fieles del único Dios, los judíos y cristianos son infieles que han tergiversado la Torá y los Evangelios respectivamente, y es un deber para los musulmanes reeducar, también con las armas, a estos “desviados y desviadores” [judíos y cristianos]. La preeminencia y supremacía del Islam se manifiesta en sus victorias militares, el Yihad,y la progresiva islamización del orbe, la reislamización de las tierras “profanadas por los cruzados”, el Al-Andalus, la península ibérica, y la provincia sureña de la Gran Siria [Palestina, nombre aceptado por los musulmanes por fines políticos militares] “profanada por los sionistas”. Desalojar a los judíos de Israel mostraría a las masas musulmanas que el judaísmo y el cristianismo son falsos, pues los profetas de la Biblia, como Isaías, repiten hasta la saciedad sobre el retorno de los judíos a su patria ancestral, Israel.

Si los judíos desaparecieran de Israel, e Israel no fuera un estado judío, y el Domo de la Roca y la Mezquita de Al Aksa continúan en el emplazamiento del Primer y Segundo Templo de Jerusalem, se imposibilita que el Mesías venga o vuelva, [según el judaísmo y el cristianismo respectivamente], y que se construya el Tercer Templo, lo que demostraría la pretendida falsedad del judaísmo y cristianismo, todo esto en la cosmovisión islámica
El odio islámico contra Israel no es por cómo Israel es, sino porque Israel es.

¿Cómo se tiene que defender el mundo libre del totalitarismo y terrorismo islámico?

Actuaciones en Europa y el mundo libre:

Para vencer al enemigo que te quiere destruir lo primero que se necesita para sobrevivir es ser plenamente consciente del peligro que planea sobre uno. Es imprescindible advertir a las víctimas potenciales de la guerra en ciernes, del Yihad, y a pesar de que para los gobiernos europeos y occidentales y las fuerzas de seguridad de estos países es muy difícil discernir quien es terrorista, quien simpatiza, quien se mantiene al margen y quien abomina del terror en nombre del Islam, del Corán y de Alá, la defensa no estriba en enviar aviones sobre todos los países musulmanes y bombardearlos, o en expulsar a los inmigrantes musulmanes que viven en Europa y el mundo libre, o prohibirles mezquitas con el argumento, válido para muchos, de la reciprocidad: si no permiten iglesias y sinagogas en Arabia Saudita, ni la edificación de estas en los países musulmanes, tampoco permitiremos mezquitas en Europa y Occidente. Occidente tiene que levantarse sobre la libertad y no caer en la bajeza moral y espiritual de los islamistas.

Inicialmente es imprescindible y condición sine qua non cortar la financiación y la injerencia saudita e iraní y de cualquier país musulmán en las madrassas y mezquitas en Europa.
El terrorismo islámico se combate policial, militarmente, y debido a la gran permeabilidad entre los fieles musulmanes y los islamistas se necesita imperiosamente una legislación apropiada y ad hoc en la que se exija a los líderes religiosos musulmanes que viven en Occidente que se manifiesten clara, concisa y públicamente contra el islamoterrorismo, que emitan fatuas contra los islamoterroristas, que denuncien y potencien y alienten las denuncias de los fieles simpatizantes del islamoterrorismo a los cuerpos de seguridad del país; que los discursos de los jeques, imanes y líderes religiosos musulmanes exalten la vida, paz, la convivencia, la tolerancia y el respeto a la alteridad, en lugar de exaltar y enaltecer la muerte del infiel y la destrucción de lo que no es musulmán, como acontece hoy en día.
Que constantemente pregonen a viento y marea que asesinar no-musulmanes es un crimen contra la divinidad, y que reinterpreten o reformulen las suras del Corán en las que se exige que se combata a los judíos y cristianos, y aún mejor, que las anulen.

En caso de que los jeques, imanes, y líderes religiosos musulmanes no pregonen lo anteriormente expuesto, que sean expulsados inmediatamente del país y sin derecho a volver.
Los líderes religiosos musulmanes tienen que ser obligados a aceptar la primacía de las leyes civiles de los países en que viven, la preeminencia del derecho europeo, occidental y del país en el que viven sobre la Shari´a y han de renegar del Yihad y del islamoterrorismo. Obligados porque en caso contrario el Yihad es legitimizado entre sus fieles.
Cada vez que se cometa un crimen en nombre del Islam, de Alá, del Corán, los líderes religiosos del Islam tienen que manifestarse públicamente contra estos crímenes, y no con el doble lenguaje [hasta la fecha, los que se manifiestan en público en contra del islamoterrorismo, dicen lo contrario a sus feligreses].

De palabra, y solamente ante el público occidental no-musulmán los líderes religiosos musulmanes se manifiestan en contra del islamoterrorismo, pero sólo es “ante la galería”; y en la cotidianidad, en la realidad, nada hacen contra el islamoterrorismo.
Debido a la gran connivencia, aceptación y permeabilidad de los islamistas con sus correligionarios musulmanes los líderes religiosos musulmanes tienen que apoyar a las autoridades policiales y manifestarse públicamente en contra de “estas malinterpretaciones” del Islam y de sus acciones criminales.

En caso de que los imames, jeques, ulemas no colaboren con las fuerzas de seguridad del país en que viven, y sus peroratas justifiquen la violencia yihadista, que se les juzgue como colaboradores e inductores del islamoterrorismo y se les aplique con rigor las leyes contra el terrorismo en tiempos de guerra, por incitación al terrorismo, crimen y genocidio, ya que ellos mismos declaran el Yihad, la guerra Santa.

En tiempos de paz, leyes de paz. En tiempos de guerra, leyes de guerra. Al terrorista no se le convence, se le vence.
Actuaciones en el mundo árabe y/o musulmán

1. Ayudando y protegiendo a las minorías religiosas cristiana y judía que viven en los países musulmanes.
2. Apuntalando a los demócratas del mundo árabe y/o musulmán.
3. Afianzando a Israel que se encuentra amenazado por el frente islamista chiíta encabezado por Irán y el sunnita capitaneado por Arabia Saudita. Occidente tiene que enviar sus respectivas embajadas a Jerusalem y reconocer a esta como capital eterna e indivisible de Israel.
4. Potenciando la búsqueda de energías alternativas al petróleo, para reducir el chantaje islamista.
5. Exigiendo reciprocidad en los temas culturales y religiosos.
6. Prohibiendo la venta de armas y material de alta tecnología y susceptible de reconvertirse en armamento a los países no-democráticos del bloque árabe y/o musulmán.
7. Exigiendo a los países árabes el reconocimiento de Israel como estado judío.
8. Expulsando de las Naciones Unidas a Irán por sus amenazas de hacer desaparecer a otro país de la ONU, Israel, del mapa.

La esvástica fue alzada en los estandartes de los ejércitos germanos, pero fue derrotada no con palabras, sino con las armas. La Espada del Yihad esta en cintas de las frentes de los yihadistas, no será vencida con palabras.
Al enemigo islamista que busca la destrucción del mundo libre, no se le convence, se le vence.
Las democracias y las libertades no siempre ganan. Las tiranías y totalitarismos no siempre pierden.

En caso de no querer vencer al islamismo, este vencerá y el coste en vidas humanas será muy superior, y serán destruidos derechos y libertades, que tanto han costado conseguir, y la humanidad entrará en una fase de oscurantismo en todos los ámbitos del saber.

Por Eduard Yitzhak para Guysen International News

1 comentario:

  1. El islam odia al judaísmo ya que es original.
    El Islam es una copia , del judaimo con mas odio, y violencia.. no hay islam sin violencia

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