Un nuevo ejemplo del despilfarro de la Administración Pública y de la falta de control y responsabilidades de los actos de los gestores públicos.
De 267 millones de euros a 1.300 millones. Ésa es la diferencia entre el coste real de la autovía Zamora-Benavente, de 49 kilómetros, y lo que pagará el Estado por su construcción y mantenimiento.
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