viernes, 23 de julio de 2021

El antifranquismo por encima del bien común: ahora la izquierda pretende derribar embalses

Elentir analiza el último despropósito sectario del gobierno (PSOE y Unidas Podemos) en su idea de derribar embalses. 

Luego, por supuesto, cuando el precio del agua se dispare por la mayor escasez de ésta, vengan las sequías, se disparen las inundaciones (y muertes por ellas), la industria se vea afectada (y con ella el empleo)...vendrán los lloros, las evasiones de su responsabilidad al respecto, la búsqueda de responsables ajenos y el aprovechamiento para aumentar su poder y la dependencia de los ciudadanos. 

NO es progresismo, es REGRESISMO.

Artículo de Contando Estrelas: 



La izquierda parece odiar al franquismo por lo que hizo mal, pero si algo odia especialmente de aquel régimen es todo aquello que hizo bien.

Los beneficios de la acertada política hidráulica del franquismo

Se pongan como se pongan algunos, uno de los grandes aciertos del franquismo fue su política hidráulica, prácticamente suspendida tras la llegada de la democracia, cuando el cortoplacismo (y más particularmente pensar sólo en las próximas elecciones) se convirtió en la norma de gran parte de nuestra clase política. Para que nos hagamos una idea de la importancia y del acierto de aquella política, basta con repasar sus cifras:

  • Permitió garantizar un suministro regular de agua para el consumo humano a muchas poblaciones. Entre 1940 y 1972 el agua embalsada pasó de 4.133 hectómetros cúbicos a 38.819.
  • Aumentó el suministro de agua a regadíos, beneficiando enormemente a nuestra agricultura. Si en 1942 los regadíos que se beneficiaban de obras estatales tenían una superficie de 450.000 hectáreas, para 1972 ya abarcaban 1.655.000 hectáreas.
  • Tuvo un beneficioso impacto ecológico para España. Nuestro país venía sufriendo los efectos de sequías que amenazaban con desertificarla. Gracias a los embalses construidos en el franquismo se crearon 8.000 kilómetros de riberas interiores, casi el doble que en nuestras costas.
  • Sirvió para hacer despegar económicamente a España y en particular a su industria, ya que la potencia eléctrica de origen hidráulico pasó de los 1.350.000 kilovatios en 1940 a 12 millones de kilovatios en 1975, y gracias a esa potencia generada, España pudo pasar a exportar energía como recordó el exministro de Obras Públicas Fernando González de la Mora en 1992.
  • Ayudó a reducir las inundaciones y los daños que éstas provocaban. En un estudio publicado en 2006 por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), dependiente del Ministerio de Transportes, se señalaba lo siguiente: Las presas y embalses desempeñan un importante papel en la mitigación de los impactos producidos por las inundaciones. (…) Las presas constituyen una medida estructural muy efectiva, ya que pueden laminar las avenidas, almacenando importantes volúmenes de avenida y modificando su propagación, con lo que se pueden reducir significativamente los caudales punta de avenida”.

Se puede tener la ideología que cada uno le dé la gana. Yo soy liberal-conservador y no me gusta ningún tipo de dictadura, pero eso no excluye reconocer los hechos. El franquismo acertó con esa política, pero la izquierda española pretende negar también esa evidencia, llegando a unos extremos que podrían ser desastrosos para España en todos los ámbitos que he señalado.

El gobierno ordena derribar una presa y provoca rechazo incluso en el PSOE

Ayer el diario El País, un medio afín al gobierno y que hace las veces de su boletín extraoficial, publicó una disparatada noticia sobre el derribo de la presa Los Toranes, sobre el río Mijares, en Teruel. La decisión del derribo fue tomada en noviembre del año pasado por el Ministerio para la Transición Ecológica, el ridículo nombre que tiene la cartera de la socialista Teresa Ribera.

El caso es que el derribo cuenta con la oposición de miembros del propio PSOE, como el alcalde socialista de Olba, Federico Martín. Su municipio es uno de los afectados, y ha dicho lo siguiente sobre la presa: es una instalación rentable y si miras la situación global del entorno, con el ecosistema que se ha creado a lo largo de los años, es más sostenible mantenerla. También considera que el embalse es importante en caso de incendios, para el regadío y para el turismo, y critica que los ecologistas no piensen en la economía y en la población. Supongo que entre los ecologistas contará a sus compañeros de partido que están en el gobierno.

Otra vez usando a Europa como excusa para perjudicar nuestro bienestar

El País afirma que “eliminar este tipo de infraestructuras” es “un paso que se considera fundamental para recuperar el buen estado ecológico de los ríos como marcan las directivas europeas”. No explica a qué directivas se refiere. ¿Hay alguna norma europea que nos obligue a suicidarnos como país y a desaparecer del mapa? Me pregunto si son las mismas normas europeas a las que el gobierno apelaba cuando afirmaba -o mejor dicho, mentía- que no podía bajar el IVA de las mascarillas. La apelación a esas supuestas directivas huele más bien a una excusa del gobierno para derribar unas presas que debe considerar monumentos franquistas. Y es que este gobierno está dispuesto a convertir el antifranquismo en el criterio para tomar cualquier decisión, aunque perjudique al bienestar de los españoles y destruya nuestra prosperidad.

El gobierno ha suspendido la construcción de 85 embalses

En un recuadro verde que figura al final de la noticia, El País señala que España tiene 1.225 grandes presas: “Es el quinto país del mundo y el primero de la Unión Europea en este tipo de obras”. Es un dato que debería llenarnos de orgullo, ya que la orografía española ha permitido ese tipo de obras que, como ya hemos visto, han sido muy beneficiosas para la gente, para la agricultura, para la industria y también para el medio ambiente. Pero para la izquierda eso es un problema. El 23 de junio, El País publicó otra noticia en la que señalaba que el ministerio de Teresa Ribera ha suspendido la construcción de 85 embalses que figuraba en los planes hidrológicos anteriores. El diario afín al PSOE intentó blanquear la decisión calificando esos embalses como “zombis”, a ver si así la gente pensaban que eran casi tan malos como un vampiro o como la Santa Compaña.

Una política hidráulica pensada para una España sin españoles

El País alegaba que esos 85 embalses “no son viables o, simplemente, no está previsto que comiencen a ejecutarse durante los próximos seis años, el periodo de vigencia de los nuevos planes hidrológicos”. Una vez más el puñetero cortoplacismo. Claro que también es posible que detrás de esa decisión haya algo peor que eso. Tenemos un gobierno obsesionado con un ecologismo que obvia a los seres humanos e incluso los detesta, como si fuésemos el principal problema que tiene el planeta. La política hidráulica del franquismo tuvo como objetivo adaptarse a las necesidades de la población, pero la política hidráulica de la izquierda parece estar pensando en una España sin españoles, en la que los ríos fluyan de nuevo libremente sin embalses, sus crecidas puedan provocar inundaciones sin ningún tipo de control, no haya agricultores que precisen regadíos ni industria que necesite energía, y no haya gente que necesite agua para beber y asearse.

Foto: Elentir. Presa de Pontillón de Castro, en Pontevedra.

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