Elentir expone 10 indicios o hechos de que España está tomando una deriva autoritaria por culpa de la izquierda.
Nos está quedando un sistema democrática fabuloso, sin que pase NADA. Y solo alguno de estos hechos con otro gobierno habría supuesto un escándalo mayúsculo con consecuencias demoledoras para el gobierno...
Artículo de Contando Estrelas:
España está viviendo una situación cada vez más preocupante en lo que respecta a calidad democrática y al respeto por los derechos y libertades individuales.
La actuación del gobierno de coalición formado por los socialistas del PSOE y los comunistas de Unidas Podemos está llevando a una constante erosión de las instituciones democráticas por parte del poder ejecutivo, un proceso que está llegando a unos extremos que son impensables en cualquier otro país de la Unión Europea. Hay diez indicios claros de esa deriva autoritaria:
- Violar derechos fundamentales y presumir de ello. La semana pasada, el Tribunal Constitucional confirmó que el gobierno violó derechos fundamentales -concretamente la libertad de circulación y el derecho de reunión- utilizando la situación sanitaria como excusa. En el gobierno no sólo no ha habido dimisiones ni gestos de autocrítica, sino que además ha presumido de ello, presumiendo de una actuación calificada como inconstitucional por el citado Tribunal.
- El plan de Sánchez para dotarse de plenos poderes saltándose la Constitución. La anunciada reforma de la Ley de Seguridad Nacional a iniciativa del gobierno ha causado alarma entre la oposición parlamentaria y los medios críticos: se pretende utilizar un mecanismo inconstitucional -limitar derechos fundamentales mediante una ley ordinaria- para dotar al gobierno de poderes extraordinarios a los que podrá recurrir cuando le parezca oportuno, sin rendir cuentas al Parlamento.
- El gobierno no condena e incluso justifica las agresiones de sus afines contra la oposición. Otro hecho gravísimo que se ha convertido en algo habitual. Varios diputados de la oposición, concretamente miembros del partido Vox, han sufrido agresiones por parte de extremistas de izquierda, algunas de las cuales han precisado atención hospitalaria. En una exhibición de talante totalitario, el gobierno no ha condenado ninguna de esas agresiones y algunos de sus miembros incluso las han justificado, acusando a los agredidos de “provocar”. Es escandaloso que un gobierno que se dice democrático justifique así la violencia contra sus rivales políticos.
- El intento del gobierno de liquidar la independencia judicial. Este hecho es uno de los más graves del actual gobierno. En abril, 2.500 jueces españoles alertaron a la Unión Europea de que España va “hacia el totalitarismo” y de que existe un “riesgo claro de violación grave del Estado de Derecho en España” por la pretensión del gobierno de modificar la mayoría necesaria para controlar el Poder Judicial, “de manera que los partidos de Gobierno por sí solos puedan decidir la íntegra composición” del Consejo General del Poder Judicial, lo que otorgaría al gobierno el control absoluto de la Justicia.
- Ataques del gobierno a los jueces. Un punto relacionado con el anterior. El gobierno, especialmente su facción comunista, tiene la costumbre de atacar a jueces en particular y al propio Poder Judicial en general cada vez que la Justicia dicta una sentencia que no es de su agrado. Estos ataques ya han provocado varias protestas oficiales del Poder Judicial, por “contribuir al desprestigio de las instituciones democráticas y, dentro de ellas, el Poder Judicial”.
- El gobierno no rinde cuentas ni contesta a la oposición. Todas las semanas el Congreso programa una sesión de control al gobierno, pero estas sesiones han llegado a parecerse en una forma de control del gobierno a la oposición. Los miembros del gobierno no contestan a lo que se les pregunta y, en vez de ello, se limitan a atacar a la oposición como si le incomodase tener que rendir cuentas ante el Parlamento, algo que ya ha sido denunciado en repetidas ocasiones por miembros de la oposición.
- La negativa a asumir ninguna responsabilidad y a reconocer ningún error. Es uno de los hechos que provoca más indignación entre los españoles. El gobierno de Pedro Sánchez hizo una pésima gestión de la crisis sanitaria que ha tenido efectos desastrosos en nuestra economía. Sin embargo, ningún miembro del gobierno ha dimitido por ello. Incluso se ha convertido en algo normal que el gobierno no reconozca ningún error e incluso se dedique a hacer autobombo cuando hace algo mal.
- El creciente control de los medios por parte del gobierno. El ejecutivo de Pedro Sánchez ha aprovechado la crisis sanitaria para comprar el favor de los medios de comunicación mediante subvenciones millonarias. Ayer, Antonio Escaño, exdirector del diario El País, denunció su despido por presiones del gobierno y el aprovechamiento que éste hace de la debilidad de los medios de comunicación: “Ningún Gobierno ha tenido un entorno mediático tan favorable como el de Sánchez”.
- La ocultación de información por parte del gobierno. El gabinete de Pedro Sánchez se está caracterizando por su opacidad y por el uso del secreto oficial para clasificar cualquier materia. El Consejo de Transparencia está teniendo conflictos constantes con el gobierno, especialmente por su opacidad en la gestión de la pandemia. El gobierno ha llegado a clasificar como secreta, de forma ilegal, información sobre el muy frecuente uso que hace Sánchez de los aviones oficiales o sobre las personas que le acompañan en esos vuelos, así como el uso que hace de esos aviones para viajes de ocio.
- Ruedas de prensa sin preguntas. Desde el inicio de la pandemia, y de forma paralela al aumento de las críticas por la mala gestión del gobierno, Sánchez y sus ministros se han acostumbrado a convocar ruedas de prensa en las que no aceptan preguntas de los periodistas, algo que ha recibido críticas de profesionales de los medios de comunicación, que ven limitado así su derecho a la libertad de información.
Lo más pasmoso de todos los hechos que acabamos de repasar es que la Comisión Europea mantiene un injustificable silencio ante esos indicios de autoritarismo, algo que sólo cabe explicar por la presencia de un socialista español, Josep Borrell, como vicepresidente en esa Comisión. Un personaje que pertenece al mismo partido que Sánchez: el PSOE.
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Foto original: Efe.
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