La nueva religión climática, con sus sacerdotes, pecadores y herejes sigue avanzando con paso firme...
Y qué mejor para desmontar el alarmismo climático anticientífico que irradia por todos los lados que con datos. Aunque claro, los medios de esto no dicen nada, actuando por distintos motivos como altavoces del interesado discurso político.
Y es que como en todo hay que poner en perspectiva los acontecimientos. En el caso de las inundaciones, como bien recoge Nature en este estudio académico , con la evolución de datos disponibles desde 1870, a nivel mundial mueren actualmente entre 5.000 y 10.000 personas cada año, frente por ejemplo a las 400,000 personas al año en la década de 1930.
En el caso concreto de Europa, hoy mueren cerca de 100 personas en promedio por año a causa de inuncaciones, lo que implica una caída drástica respecto a tiempos anteriores. Y con muchísimo más mérito, haciendo que el resultado sea mucho más espectacular, puesto que la población es muchísimo mayor, y la construcción en lugares inundables también (causa del accidente, como ha sido el caso alemán).
Y no solo las muertes se han reducido dramáticamente, sino que las pérdidas materiales por inundaciones en Europa están reduciéndose, no aumentando, como muestra este otro estudio académico publicado en Nature:
Y se puede ir más alla, como se evidencia en este otro estudio, las muertes por inundaciones están disminuyendo (segunda fila), no solo para los países ricos sino también para los países en desarrollo. Como expone Bjorn Lomborg (más que recomendable sus obras al respecto del clima, dos de ellas traducias al español), "las muertes están disminuyendo en casi todas las condiciones climáticas extremas para ricos y pobres por inundaciones, inundaciones repentinas, inundaciones costeras, frío y viento.
Y lo mismo con los costes de las inundaciones, que están reduciéndose para todos (informe):
Y es que como bien indica Lomborg, "las imágenes desgarradoras de las inundaciones en Alemania subrayan que debemos ayudar a las futuras víctimas de las inundaciones de manera efectiva. Pero usar estas imágenes para culpar al calentamiento global es falso y afirmar que deberíamos ayudar reduciendo el CO₂ está ayudando a las futuras víctimas de la peor manera posible.
Además, como bien incide, cabe recordar que "los modelos climáticos esperan que veamos menos inundaciones del Rin en verano debido al cambio climático (enlace estudio) y más precipitaciones invernales extremas, lo que provocaría más inundaciones en invierno, pero menos precipitaciones extremas ahora...
La realidad objetiva es que la situación, por dramática que sea a nivel puntual, es infinitamente mejor hoy que en el pasado. El alarmismo climático, (en base a los hechos sería optimismo climático...) alentado por medios (pero aquí no censuran las anticientíficas declaraciones de políticos...) lejos de tratar con objetividad y perspectiva los hechos, felicitándonos por los avances (eso no vende), sigue tratando de jugar con el miedo y emociones de los ciudadanos, así como la desinformación para avanzar en su agenda política e ideológica.
Y la creciente intromisión política en cada ámbito de la vida de los ciudadanos politizando todo, necestia jugar y aumentar ese miedo, por lo que recurren cada vez más para ser creíbles y llamar la atención de mayor dramatización y alarmismo. Les sirve para dividir a la sociedad, creando buenos y malos, y tienen que culpabilizarte de todo, como nueva religión laica que es. Eres un pecador por comer carne, el fin del mundo viene, e irás al infierno, así que sígueme, haz que le que te digo cada día en más cosas (pues los pecados aumentan de un día para otro hasta controlar toda tu vida), haz sacrifiicios a tu nuevo Dios y dame toda la limosna que te pida en forma de tasas e impuestos para salvar tu pecadora vida y evitar el fin del mundo. No querrás acaso acabar con el mundo, verdad?...
En el siguiente artículo, Santiago Navajas expone el creciente uso del miedo y alarmismo, en este caso climático, disparado por los políticos con fines electorales, de evasión de responsabilidad de su gestión, de aumento de su poder y control de la población vía más regulaciones, aparato burocrático, impuestos y redes clientelares, con el último ejemplo de las inundaciones en Alemania, consecuencia según los lumbreras de que comas un chuletón...
Artículo de Libertad Digital:
Pedro Sánchez y Juanma Moreno, en una imagen de archivo. | Eduardo Parra / Europa Press
Defendía Hannah Arendt con su lucidez habitual que el fenómeno más maligno de nuestro tiempo era la creación de mentiras políticas organizadas. El paso del siglo XX al XXI se caracterizaría por falsear realidades a la vista de todos siguiendo el principio goebbelsiano de que mil mentiras repetidas terminan por convertirse en verdad.
Un ejemplo de organización política de una mentira lo tenemos en la coincidencia de Pedro Sánchez, Alberto Garzón y Juanma Moreno Bonilla atribuyendo las inundaciones en Alemania al cambio climático, elucubración sin pruebas ni estudios que la respalden hoy por hoy. Y es que los políticos de casi todos los partidos –de los orgullosamente comunistas a los acomplejados conservadores, de Alemania a Burkina Faso– prefieren la propaganda a la ciencia y llaman "concienciación" al adoctrinamiento.
Sin un estudio de atribución para establecer la probabilidad de que un fenómeno meteorológico se produzca en ausencia de cambio climático es no sólo prematuro sino irresponsable afirmar que una catástrofe medioambiental ha sido provocada fundamentalmente por el cambio climático, ya que hay multitud de otros factores en juego, de los patrones de circulación al aumento de temperatura o sucesos improbables pero posibles. Solemos olvidar que la escala temporal humana es una mala guía para comprender procesos de escala temporal geológica. Además desconocer pautas usuales, como que en Alemania en esta época se suelen producir lluvias torrenciales e inundaciones. Es célebre cómo Schröeder le dio la vuelta a los pronósticos electorales durante el verano de 2002 tras calzarse las botas de goma y hacerse fotos en la devastación provocada por el desbordamiento del cauce del río Elba.
El alarmismo climático es una respuesta táctica de los políticos de todos los colores para evitar la responsabilidad de sus propios fallos, urbanísticos y de planificación a la hora de construir en zonas inundables. Además, con el alarmismo consiguen avanzar en la agenda de detentar un poder absoluto agitando el pánico. El brazo mediático del poder, en lugar de testar científicamente el alarmismo climático contribuye al mismo. No esperen que Twitter ponga advertencias a los tuits sin respaldo científico de Sánchez y Moreno Bonilla como hacía con Trump. Tampoco que intervengan los fact-checkers. Es mucho más peligrosa la pandemia de postverdad desatada entre nuestros principales políticos y las redes sociales hegemónicas que el cambio climático, porque, como decía Hannah Arendt,
la libertad de opinión es una farsa a menos que se garantice la información fáctica y los hechos en sí mismos no estén en disputa.
Luego están los que usan Twitter para hacer oposiciones a ministro mostrando la debida sumisión, una ocurrente demagogia e idiotez a prueba de vergüenza. Así que relacionan las inundaciones de Alemania con comer chuletones, que es como cuando advertían que la masturbación te dejaba ciego.
No hagan caso y pónganse, si lo desean, ciegos de imbatibles chuletones en su punto... antes de que los declaren pecado laico, los pongan fuera de la ley y haya que comprarlos en el mercado bleu, digo negro.
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