Deja ver nuevamente su falta de respeto y compresión de todo aquello que sea distinto a lo que a él le parece o gusta, y por tanto de una sociedad plural. Lejos de ello, las instituciones que tanto amo (pues son poder) deben llenarse con los que él diga y ve como normales.
El artículo muestra la enorme incoherencia de su pensamiento dejándolo en evidencia con diversos ejemplos.
Efectivamente, no es de extrañar lo más mínimo sus simpatías por el dictador y líder comunista Lenin...
Artículo de Contando Estrelas:
El sábado, en un mitin de Podemos en Alicante, Pablo Iglesias afirmó: “no nos gustan los pijos, y creo que a partir del 24 podemos limpiar de pijos las instituciones, que haya gente normal“.
¿Prepara Pablo Iglesias una purga interna en Podemos?
Al ver a Pablo Iglesias anunciando una limpieza de “pijos”, y a la vista de sus públicas muestras de simpatías por el dictador comunista Lenin, he pensado que poco le falta a Podemos para empezar la primera pura interna. Y es que cuando me hablan de pijos, me imagino a alguien así:
No entiende ni respeta a una sociedad plural como la española
Que el mesías de Podemos la tome con los pijos es algo tan estúpido como si anunciase una purga de friquis, barbudos, melenudos, chonis, macarras, fans de Mozart o entusiastas de Tolkien. Sea cual sea el nivel de vida, la forma de vestir o los gustos de cada uno, todos somos españoles, todos pagamos impuestos y por tanto todos tenemos los mismos derechos, y si Iglesias no lo acepta, el que sobra en las instituciones es él. En la sociedad española conviven personas de los gustos y modos de vestir más variados, convive gente de distintas clases sociales, y el líder Podemos no lo entiende porque de demócrata tiene tan poco como el dictador Lenin al que tanto admira.
Los que sobran en las instituciones son ésos a los que él nunca critica
De lo que deberíamos limpiar las instituciones es de totalitarios de pacotilla que aspiran a imponernos diseños ideológicos a escala social, diseños en los cuales los “pijos” no tendrían derecho a estar en las instituciones y éstas, tal vez, deberían estar reservadas a macarras con coleta. Puestos a excluir, por ejemplo, sería bueno empezar por quienes no han condenado nunca los asesinatos de ETA, ésos con los que Pablo Iglesias se codeaba en una herriko taberna hace sólo dos años. Ésos sí que sobran en las instituciones, pero contra ésos no se le oye ni una crítica.
¿La “gente normal” es la que admira la guillotina y tiene un programa en una TV iraní?
Por otra parte, ¿qué entiende Pablo Iglesias por “gente normal”? ¿Es “gente normal” un tipo que tiene un programa en la TV de un régimen islámico que ahorca a los homosexuales y lapida a las mujeres adúlteras? ¿Es normal alguien que muestra admiración por la guillotina? Se trata de un método de ejecución con el que fueron asesinadas más de 41.000 personas en los 11 meses que duró en Francia el Terror jacobino, crímenes cuyas víctimas eran condenadas por sus creencias religiosas u opiniones políticas, las más de las veces. ¿Es “gente normal” la de un partido que se niega a condenar los crímenes y la brutal represión del régimen chavista de Venezuela? A lo mejor es que entienden que Nicolás Maduro se está limitando a “limpiar de pijos” Venezuela con unas violaciones de los derechos humanos que han convertido a ese país en una dictadura de facto. ¿Son “gente normal” los que se mofan de los disidentes cubanos que son detenidos por la dictadura castrista? ¿Es ésta la idea de la normalidad que tiene Pablo Iglesias?
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