martes, 5 de mayo de 2015

Siguiente paso hacia el abismo. Maduro nacionaliza el sector de la distribución de alimentos

Los anunciados pasos y fases en el desastre socialista siguen su ritmo lógico y evidente. El nulo interés del cambio de políticas y de dar marcha atrás hacia una mayor libertad de mercado tiene como consecuencia todo lo que se está viviendo.

La manipulación monetaria vía devaluaciones e incremento artificial de la oferta monetaria sin respaldo de ahorro real lleva a la inflación y la caída del poder adquisitivo.


Los controles de precios mediante la imposición de precios máximos lleva a la escasez, fruto del incremento artificial de la demanda y la reducción de la oferta (pues desincentiva la producción e incrementa las pérdidas empresariales).



El ataque y la persecución de la propiedad privada (más burocracia, imposiciones y regulaciones junto a expropiaciones y nacionalizaciones) reduce la producción, desincentiva la misma, provoca pérdidas en la eficiencia productiva, provoca una mala asignación de recursos (despilfarro de recursos al ser dirigidos no donde son demandados por el consumidor de manera voluntaria, gracias a la señal de los precios sin intervención en un mercado libre, sino donde decide el burócrata de manera arbitraria), incrementa los costes sociales y el precio de los productos, reduciendo a su vez el bienestar y la cantidad de bienes que pueden disfrutar los ciudadanos.

En suma, nos encontramos ante menos producción de bienes del país, menos eficiencia y productividad de los trabajadores, descapitalización de la economía (que lleva a un mayor empobrecimiento futuro), menos capacidad de intercambio e importaciones (escasez y encarecimiento de bienes), racionamiento de los mismo (colas gigantes y ausencia de muchos productos para mucha gente), aumento de la corrupción (pues todo pasa por las manos del político-burócrata-funcionario), dando pie a pagar por ganarse su voluntad, obtener más bienes, no sufrir espera en colas, saltarse la ley...), generación de mercados negros (como escape y única vía de obtener ciertos bienes ante la destrucción del mercado llevada a cabo por el político), incremento de la represión policial y mayores ataques a la libertad de expresión (para controlar el creciente malestar de la población e intentar adoctrinar al ciudadano convenciéndole de enemigos internos y externos para justificar sus actuaciones)...

El resultado es seguir avanzando en la espiral que acaba en una dictadura ahondando en todo lo comentado o un golpe de estado (a no ser que unas elecciones previas puedan cambiar la situación).

Pero dichas lecciones lamentablemente siguen sin ser aprendidas por muchos, bien por desconocimiento, bien por incredulidad, bien por comodidad (es más fácil creer en mesías que te prometen el cielo en la tierra y que se puede tener derecho a todo sin obligación alguna y pagándolo un tercero vía el esfuerzo ajeno).

Solo el tiempo pone de relieve dichos errores, pero cuando vienen acompañados de constante propaganda que disfrazan las causas reales pero que son políticamente muy correctas, es aún más complicado.

El último paso en Venezuela ha sido la nacionalización del sector de la distribución de alimentos (que era el siguiente paso lógico si no había marcha atrás en las políticas) para "solucionar" el problema de la escasez, si bien varias estimaciones sugieren que el Gobierno venezolano ya controla cerca de la mitad de la distribución de alimentos del país. Por supuesto, el problema se agravará más.

Algunos estarán encantados, pues en su ignorancia de las consecuencias de este hecho, es coherente con el típico (y falaz) argumento: "Que más importante que los alimentos para que estén en manos de empresarios y ganen dinero con él". "Es algo muy importante como para el Estado no se ocupe de ello".
Esto solo lleva a la hambruna (aumento de demanda y reducción de oferta), pero es el razonamiento típico cuando se tiene un absoluto desconocimiento del proceso económico y de mercado y como diría Mises, de la Acción humana.


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