miércoles, 27 de noviembre de 2013

IU Madrid prohíbe a sus militantes "opiniones o comentarios contrarios a las decisiones" del partido.

Otra gran muestra de las ideas comunistas y marxistas, que como evidencia la historia, la centralización del poder y la sumisión de las voluntades y libertades del individuo a los líderes del partido es lo más importante. 
Así, no extraña en absoluto que IU prohíba en Madrid cualquier crítica en público por parte de los militantes a las decisiones del partido (luego en el poder en distinta intensidad y maneras han extendido el área de acción desde los militantes a toda la ciudadanía). 

Y algo, que al parecer no es exclusivo de dicha formación, sino de todas aquellas enemigas de la libertad de expresión (entre otras muchas), aunque nunca de boquilla en sus discursos, por supuesto. 
Fuente: El Diario:
"Los nuevos estatutos propuestos por Izquierda Unida en la Comunidad de Madrid prohíben expresamente a sus militantes que hagan críticas en público a las decisiones del partido. La mayoría del 51% que gobierna la coalición en Madrid, encabezada por el coordinador general Eddy Sánchez, establece como "infracción grave" que cualquier militante haga una "manifestación pública, por cualquier medio de difusión, de opiniones, ideas o comentarios contrarios a las decisiones, acuerdos y resoluciones de los órganos de IUCM".
La sanción prevista en los estatutos para este tipo de conducta crítica es la suspensión como afiliado durante un período que puede ir desde un mes hasta un año. La reiteración en la crítica pública conllevaría una "infracción muy grave", castigada con una suspensión de militancia de hasta dos años o incluso la expulsión definitiva de IU.
Izquierda Unida a nivel federal ya incluye esta misma fórmula en sus estatutos desde hace años, de cuyo articulado se ha calcado ahora la reforma en Madrid. Las nuevas normas se han aprobado durante la Conferencia de Organización y Estatutos de Izquierda Unida de Madrid, celebrada el pasado mes de octubre y que fue impugnada por el sector crítico, representado por el 49% de los delegados. Como se ha publicado en eldiario.es, pese a que ambos bloques hacen continuos llamamientos a obviar las peleas internas y a centrarse en recuperar Madrid para la izquierda, la realidad es que las posturas  están cada vez más enconadas y  los agravios se acumulan.
La previsión de sanciones para quien no encaje con las decisiones de los aparatos es común a las formaciones políticas. De hecho, Izquierda Unida en Madrid ya tenía en los estatutos anteriores a este una referencia a la disidencia, aunque más velada, al considerar como infracción grave las "conductas contrarias a las resoluciones y acuerdos emanados de los órganos pertinentes, así como no respetar las decisiones democráticamente adoptadas" que tengan "repercusión externa".
Los nuevos estatutos, como los federales en este punto, son más explícitos hasta el punto de limitar la capacidad de los militantes para exponer su desacuerdo con lo que se decida en "los órganos competentes" por ejemplo a través de las redes sociales que muchos utilizan para generar debate en un momento de fuerte tensión interna. 

(...)

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