Cipriano Heredia recalca el desastre político en Venezuela, fruto de las políticas intervencionistas y socialistas, con un creciente rechazo popular.
Y es que como bien comenta, 3 son los principios básicos que sigue y ha llevado a cabo del marxismo, que tanto gustan y cuyas consecuencias son siempre las mismas (de nefastas).
Artículo de El Instituto Independiente:
Hace un tiempo un destacado dirigente estudiantil declaró con cierta ligereza que "este gobierno tenía de marxista lo que el sushi tenía de criollo". A las pocas semanas tuve oportunidad de verlo en persona y explicarle con afecto lo equivocado que estaba, sin dejar de reconocerle que, en lo procedimental, el gobierno de Chávez había sido un profundo mar de contradicciones, un camino de marchas y contramarchas, pero que su orientación marxista era evidente.
Para hacerle entender esta realidad, le hice ver a mi muy joven amigo que al menos tres principios de esa escuela de pensamiento servían de inspiración al llamado "socialismo del s. XXI": el cercenamiento de la propiedad y la empresa privada, la socialización (estatización) de los medios de producción, y la lucha de clases. Estos tres elementos son además las causas inmediatas de la enorme crisis que ya se perfilaba, pero que ahora vivimos en pleno desarrollo para desgracia de todos.
Maduro, como heredero de un régimen que se concibe a sí mismo como hegemónico, no tiene el liderazgo, ni las convicciones ni la formación ni la valentía para tomar el toro por los cachos y salvar al país. Él no creó las bases de la crisis, pero siendo un preso del ala radical de su partido, de la sumisión política hacia los Castro, de sus propias debilidades, y del carácter de sucesor de quien no puede disentir ni mucho menos denunciar como culpable, so pena de ser aniquilado por sus propios camaradas, no asumirá jamás el giro de 180 grados que requiere la política económica para tomar la senda de las inversiones, el crecimiento, la competitividad y el rescate del aparato productivo nacional con base al estímulo y respeto hacia la propiedad y la empresa privada. Esa discusión ya se dio en el seno del Gobierno y la ganaron Marx y Fidel representados por Giordani, Ramírez y Samán, con la bendición de quien no entiende mucho de economía, pero se asume también pro comunista.
Es así como Marx y Maduro nos han traído a una Venezuela en ruinas. A la Venezuela que hoy paga los costos de más de 1.000 empresas expropiadas, 4 millones de hectáreas confiscadas y 8 mil industrias cerradas por quiebra o falta de condiciones para seguir adelante. Esa Venezuela que, para sólo limitarnos a los 2 renglones económicos más sensibles para la población, sólo en octubre registra una inflación mensual de 5,1%, acumula 45,8% en lo que va de 2013, y anualiza (últimos 12 meses) 54,3%, a la par que padece un índice de escasez de bienes que asciende a 22,4%, el más alto en 5 años.
Pero a diferencia de Chávez, quien además de su liderazgo contó con recursos abundantes para tapar el desastre, la cobija a Maduro se le hace cada vez más corta a pesar de que el petróleo se mantiene cercano a los $100 por barril, y el pueblo lo identifica como principal responsable de la crisis que vivimos, así como también ha cambiado la percepción que se tenía sobre los Poderes Públicos. Una encuesta reciente de Datanálisis determina que, ante la pregunta de ¿cómo evalúa usted la situación del país en la actualidad?, la opción "mala" ha pasado de 38,3% en diciembre de 2012, a 72,6% en septiembre de 2013. Es decir, bajo el mando de Maduro la evaluación de la situación del país ha empeorado 35%. De igual forma, mientras que la Iglesia, los medios privados, los estudiantes y la banca mantienen su buena imagen en niveles que rondan el 70% de aceptación, por el contrario la FANB, el CNE, los medios oficiales, la Fiscalía, el TSJ y la AN, sufren un sensible deterioro de imagen con caídas que van de 11 a 22 puntos menos.
Pero no hay peor sordo que el que no que no quiere escuchar, lo que se hizo patéticamente palpable cuando un "presidente" con un contundente 65% de rechazo (Consultores 21), en lugar de enderezar el rumbo, se lanza una cadena de 4 horas para anunciar más controles y más intervención. Es decir, profundizar las causas de la crisis. Por eso, el tsunami electoral que se le viene encima al Gobierno el 8D luce enorme."
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