El siguiente artículo pone de manifiesto la contraria situación que vive España respecto al I+D en comparación con otros países de la UE u OCDE, donde tanto a nivel de inversión como de número de trabajadores el sector privado predomina.
Y esto provoca resultados no muy positivos, tales como menos patentes o publicaciones, menor inversión en I+D, fugas de cerebros (por menores remuneraciones), con impacto en la productividad y competitividad.
Estos son los datos y la comparativa con otros países.
Artículo de Libre Mercado:
Y esto provoca resultados no muy positivos, tales como menos patentes o publicaciones, menor inversión en I+D, fugas de cerebros (por menores remuneraciones), con impacto en la productividad y competitividad.
Estos son los datos y la comparativa con otros países.
Artículo de Libre Mercado:
"Cuando se habla de Investigación y Desarrollo (el famoso I+D), lo normal es que le vengan a uno a la cabeza conceptos como innovación, novedad, riesgo, imaginación, ruptura con los cánones establecidos o pensamiento crítico. A primera vista, parece que son cualidades extrañas a la Administración Pública, un ámbito en el que domina la seguridad en el puesto, la organización jerárquica, el cumplimiento de órdenes o la planificación centralizada.
Sin embargo, en España, la presencia del sector público en la I+D es muy superior a lo habitual en otros países de la UE o la OCDE. Tanto en porcentaje de la inversión como en número de trabajadores, las administraciones copan un ámbito de la economía que en otros lugares está en manos, predominantemente, de la empresa privada. ¿El resultado? Un número de patentes o publicaciones muy por debajo del que correspondería a nuestra población o importancia económica.
Los datos
Este jueves se hacía pública la Estadística sobre Actividades en I+D del INE. Junto al Informe Cotec 2013, son las dos principales publicaciones para analizar las grandes cifras de las actividades de investigación en España. Y los datos que muestran no son muy alentadores. Por un lado, nuestro país invierte en estas cuestiones bastante menos que la media en otras naciones avanzadas. Además, lo hace con un peso mayor del sector público. Se paga mal a los investigadores, lo que no sólo no sirve para atraer talento sino que es motivo más para empujar a esa famosa fuga de cerebros de la que tanto se habla. Y nuestra productividad y competitividad está a la cola de la OCDE, que agrupa a las economías más avanzadas. Los políticos hablan mucho sobre la importancia de este sector como locomotora que debería tirar del país para salir de la crisis. Con este panorama, parece difícil imaginar cómo lo conseguirá.
- Menos gasto/PIB: España gasta 13.392 millones en I+D, un 1,3% del PIB. Es un porcentaje inferior a la media de la UE-27, que se sitúa en el 2,03%. Y queda muy lejos de lo que invierten países tradicionalmente muy potentes en este aspecto como Finlandia, Suecia o Dinamarca, los líderes continentales con más del 3%; pero también está muy por debajo de Alemania y Austria (con más del 2,5%) o Francia y Bélgica, que están por encima del 2% (ver gráficos de Cotec al final del artículo). Sólo Italia y Grecia, junto a los países más pobres del este del continente (como Bulgaria, Rumania o Polonia) están peor en este aspecto.
- Menos dólares por habitante: los líderes mundiales (EEUU, Corea, Japón, Alemania y los países nórdicos) se dejan más de 1.000 dólares por habitante en paridad de poder adquisitivo en estas cuestiones. La segunda fila (Reino Unido, Canadá, Francia,…) se mueve entre 600 y 800 euros. España, en 439 euros. Eso sí, Italia nos supera: 405 euros por cabeza.
- Más ‘Estado’: el sector público tiene más peso en la I+D en nuestro país que en ningún otro de nuestro entorno (al menos de los que habitualmente entran en las comparaciones). Así, mientras que en Alemania, Francia o Reino Unido más del 60% del gasto se ejecuta en las empresas, en España apenas supera el 53%. Incluso Italia nos gana en esto, con un 53,9% en manos privadas.
- Falta gasto privado: en realidad, en gasto público, España está en niveles similares a otros países de la UE. Por ejemplo, en 2011 (último ejercicio con datos para toda Europa), las administraciones públicas invirtieron en I+D el 0,64% del PIB. Es menos que en Alemania (0,94%), Francia (0,79%) y lo mismo que en Reino Unido. La diferencia viene con el gasto privado: 0,7% del PIB en España por 1,09% en el Reino Unido, 1,43% en Francia o 1,9% en Alemania.
- Sí hay subvenciones: la falta de inversión privada no se puede achacar a la carencia de subvenciones. Entre 2004 y 2011, el porcentaje de las ayudas públicas sobre el total de la I+D empresarial alcanzó el 15%. Mientras, en países con empresas mucho más innovadoras, como Alemania o Corea, estaba por debajo del 6%. Es decir, que no hace falta que el Estado ponga mucho dinero para animar a la iniciativa privada; de hecho, como vemos, puede ser incluso contraproducente, puesto que quizás empuje iniciativas menos productivas o con menos futuro de las que habrían emprendido por sí mismas las empresas.
- Investigadores ‘funcionarios’: tanto en Francia como en Alemania el número de investigadores trabajando en el sector privado supera, con holgura, al del sector público. No es así en nuestro país que cuenta con 4,5 investigadores en la administración por cada mil empleados por sólo 2,3 en las empresas.
- Más de la mitad, empleados públicos: el INE calcula que el "personal empleado en I+D en equivalencia a jornada completa" alcanza un total de 208.831. De ellos, 89.806 (un 43%) trabajan para empresas o entidades privadas sin ánimo de lucro. El resto, más de 119.000 (57%), lo hacen para el sector público: 41.786 (20%) en la administración y 77.238 (37%) en la universidad.
- Más fondos, menos personal: curiosamente, el sector privado dedica más fondos que el público a estas actividades, a pesar de contar con menos personal. Así, las empresas ejecutan el 53% del total de gasto en I+D (unos 7.120 millones de euros), con sólo el 43% del personal. Las administraciones, por su parte, tienen el 57% del personal para un gasto inferior al 47% del total. ¿Cuál es la razón de esta disparidad? Puede haber varias: que el sector privado pague más a sus trabajadores, que gaste más en equipamiento y bienes de capital, que haya sobre-contratación en algunos organismos públicos,…
- Menos gasto por empleado: en Alemania, el gasto medio en I+D por cada trabajador en esta área alcanza los 163.000 dólares. En Francia son 127.000 y en Reino Unido 110.000. Mientras, en España nos quedamos en 91.900 dólares. Estas cifras no son equivalentes a los sueldos. En realidad, salen de sumar los desembolsos de todo tipo (maquinaria, edificios, compras de material… y también salarios) divididos entre el número de empleados. Lo que nos indica este dato es que nos gastamos menos, probablemente tanto en lo que hace referencia a los equipos como en los sueldos de los que se dedican a la I+D. Parece un mal comienzo para atraer talento.
- Investigadores, no tan pocos: lo curioso es que el número de investigadores no está tan alejado de otros países. Mientras que en Alemania suponen 13,7 por cada mil empleados en el total del mercado de trabajo, en España son 11,1 (en Reino Unido, por ejemplo, son 11,4). Pero, como ya hemos visto, los que hay, están en peores condiciones que sus pares en otros estados de la UE.
Los resultados
Con todos estos datos encima de la mesa, lo normal es que los resultados tampoco sean para tirar cohetes. Y efectivamente, no lo son. Por ejemplo, en artículos científicos publicados por millón de habitantes, estamos a la cola del mundo desarrollado con 1.539. Lejísimos de Suiza (4.208) o Islandia (3.527), y por detrás de Alemania, Italia, Reino Unido y el resto de países de la UE-15 excepto Grecia.
Tampoco en patentes las cosas mejoran demasiado. En la lista de patentes triádicas por millón de habitantes que elabora la OCDE, España, con 5,32, sólo supera a Estonia. Japón (122) o Suiza (110) están en otro mundo; pero Alemania (70) o Francia (38) también nos sacan una enorme ventaja.
Y claro, la consecuencia lógica de todo esto se traduce en una bajísima competitividad, que a su vez implica que las empresas españolas tendrán problemas para luchar en el mercado global con sus competidores. Según la clasificación que hace cada año la OCDE, España está muy alejada del resto de los países desarrollados en este aspecto. Tomando a Hong Kong (el primero de la lista) como referencia y dándole 100 puntos, nos encontramos a EEUU con 98, Suiza con 97, Suecia con 91, Alemania con 89 o Francia con 70, por coger sólo algunos ejemplos. España, con un valor de 61, sólo gana a Italia y está por detrás de países como Turquía o Méjico."
Gráficos (Cotec e INE). Click para ampliar
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