Diego Sánchez de la Cruz muestra las interesante conclusiones de la Conferencia Magistral de Stephen King, en la que plantea su preocupación por la "decadencia económica" que está experimentando Occidente, que hará insostenibles "muchas de las premisas fundamentales del Estado del Bienestar" y sus motivos.
Artículo de Libre Mercado:
"La Fundación Rafael del Pino organizó el pasado 14 de noviembre la Conferencia Magistral de Stephen D. King titulada Cuando el dinero huye. A lo largo de su disertación, King planteó al auditorio su "preocupación" ante la "decadencia económica" que está experimentando Occidente.
El economista jefe del grupo HSBC comenzó exponiendo la situación de su país de origen: "El crecimiento económico de Reino Unido fue mucho mayor en los 80 y en los 90 que a lo largo de la década pasada. La diferencia es significativa y se manifestó en años anteriores a la crisis, por lo que creo que estamos enfrentando algo serio".
King cruzó el charco para poner otro ejemplo más: el de Estados Unidos. Refiriéndose al país del Tío Sam, subrayó que "en los años anteriores a la crisis se bajaron impuestos, se disparó el gasto público, se cebó una gran "burbuja", pero nada de esto consiguió que el crecimiento económico fuese significativo. A eso se le suma la crisis que llegó después. Por tanto, hablamos de una década pérdida y de un problema que viene de lejos".
¿El fin de la "era de la abundancia"?
¿Estamos, pues, ante el final de la "era de la abundancia"? El ponente citó a Adam Smith para destacar que el economista escocés ya contemplaba esta posibilidad: "El autor de La Riqueza de las Naciones hablaba de una primera fase del desarrollo económico en la que todo es progreso y las ganancias llegan, en mayor o menor medida, a todos. No obstante, Smith también citaba la posibilidad de que la economía pasase del esplendor a la decadencia.Hablaba de una etapa melancólica y la describía como una en la cual el juego económico se convertía en un aspecto conflictivo, basado en la interpretación del mercado como un juego de suma cero".
King explicó que, en su opinión, esa "melancolía" económica de la que hablaba Smith puede convertirse en el pan de cada día de aquellos países que ya no pueden mantener las promesas del "Estado del Bienestar" a base de crecimiento económico. "Todos esos programas estaban diseñados para un mundo en el que las tasas de crecimiento económico eran mucho mayores. Ahora, su sostenibilidad genera tensiones, porque el crecimiento es mucho menor y los ajustes requeridos alimentan enfrentamientos entre personas, entre generaciones", explicó.
El colaborador del Financial Times insistió en que la decadencia económica de Occidente hará "insostenibles" muchas de las premisas fundamentales del "Estado del Bienestar". Entre esos "beneficios futuros que esperamos" citó "pensiones, sistema de salud, seguridad social...". Además, añadió que en el caso de Europa estas cuestiones también pueden generar conflictos internacionales, ya que las tensiones políticas entre países "acreedores" y países "deudores" van a más en el seno de la Unión Monetaria.
En ese sentido, King habló de la importancia de "aprender las lecciones de la Historia" y llamó a "tomar medidas que eviten este problema. Aunque resulte doloroso, es necesario para garantizar la estabilidad futura".
"Imprimir dinero no evitará la decadencia"
El conferenciante señaló que, a lo largo de los últimos años, "hemos visto que los tipos de interés de los bancos centrales han ido bajando y bajando hasta tocar mínimos. Los bancos centrales pueden imprimir todo el dinero que deseen, pero esto no evitará la decadencia económica que están experimentado las grandes economías de Occidente".
King miró al último medio siglo para subrayar el "agotamiento" de algunos de los motores del crecimiento económico alcanzado tras la Segunda Guerra Mundial:
- El "boom" del comercio ha beneficiado enormemente a millones de personas, pero como ya se ha alcanzado un grado relativamente alto de libertad comercial, es difícil que el relanzamiento del crecimiento de Occidente venga por esta vía. "África, Asia o América Latina tienen mucho que ganar en este campo, pero nuestro crecimiento relativo será menor", apuntó.
- El "boom" que supuso la incorporación de la mujer al trabajo fue muy importante para disparar el crecimiento económico, pero, según King, "cuanto más elevada es la participación femenina en el mercado laboral, menos crecimiento adicional cabe esperar en este sentido".
- El "boom" de la educación superior parece haber perdido fuelle con el paso del tiempo, de manera que obtener un título universitario o incluso una maestría ya no supone el retorno económico de antaño. King habló de "españoles con muy buena preparación académica que acaben emigrando y ni siquiera en el extranjero consiguen empleos cualificados".
- El "boom" demográfico de décadas anteriores ha ido pasando a la historia para dar paso a un periodo de envejecimiento de la población. "Desde el punto de vista económico, esto supone menos gente produciendo y más gente cobrando subsidios", explicó King.
El progreso no está garantizado
El economista británico explicó que la decadencia puede evitarse, pero recordó dos ejemplos de países que no han conseguido superar la ya citada "melancolía" económica:
- Por un lado, King habló de Japón y explicó que "el país nipón no hace reformas estructurales y, como consecuencia, su riqueza va a menos conforme pasan los años".
- Por otro lado, King citó el ejemplo de Argentina y señaló que "el proteccionismo y el populismo han empobrecido a un país que, a comienzos del siglo XX, se situaba entre los más prósperos del mundo".
King se detuvo en el caso argentino para subrayar la importancia de "proteger los derechos de propiedad" y "evitar desastres financieros".
"Trucos" monetarios
¿Pueden los bancos centrales evitar la decadencia económica? Según King, esto sería pedirles demasiado, ya que, si bien las medidas monetarias no convencionales "han servido para evitar que la Gran Recesión fuese otra Gran Depresión, no van a servir como palanca de recuperación del crecimiento perdido".
Refiriéndose a las políticas de expansión cuantitativa de la Reserva Federal, King se quejó de que "lo que inicialmente era un antibiótico es hoy un analgésico con peligrosos efectos secundarios. La FED busca un efecto riqueza, pero el resultado solamente se está notando en Wall Street. Hoy tenemos menos riesgos a corto plazo, pero la incertidumbre es tal que cada vez es más difícil asignar capital a largo plazo"."
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