jueves, 26 de diciembre de 2013

Salarios, empleo, deuda y lógica elemental.

Me hago eco de la primera parte del artículo de Mill referente a los salarios y el empleo, que evidencia la tremenda rigidez laboral en España, que explican la dramática situación del empleo desmontando creencias arraigadas y repetidas habitualmente.

Artículo de el blog Desde el Exilio:

"Salarios y empleo.

El viernes 29 noviembre aparecía este informe en el que se aseguraba que un descenso del 7 % de los salarios produciría un aumento del empleo de algo más del 10 %. No me gustan mucho esta clase de informes porque creo que no se puede establecer una fórmula que determine las cosas con esa certeza. Ya saben: demasiadas variables y no conocemos con certeza como evolucionan e interaccionan entre ellas. Pero las generalidades que se exponen en ese informe son evidentemente ciertas.
Especialmente interesante son estos puntos:

Una reducción del 7% del salario remplica que todos 
1.  Los salarios de aquellos trabajadores ocupados que ya estén ajustados a su productividad
2.  Cuando la situación económica de las empresas cambie, la negociación colectiva a nivel de empresa debería aseos aumentan o disminuyen en función de las variaciones de la productividad. 
3.  Los trabajadores desempleados tendrán que ajustar su salario de reentrada a la productividad del nuevo puesto de trabajo con el que pasan a estar ocupados. 
4.  En los casos en los que la productividad sea inferior al salario mínimo, las ayudas públicas deben cubrir ese gap y asegurar el reciban aseguren la formación y mejora de la productividad de esos trabajadores.
La mayor dificultad para el ajuste de los salarios en España es la extremada rigidez del mercado laboral. ¿Cómo? ¿Extremada rigidez? ¿Después de la reforma laboral? Les voy a poner un ejemplo.

¿Saben cuanto gana de media al mes un empleado de la categoría más baja de la empresa municipal de limpieza de Gijón con 10 años de antigüedad?

Más de 1.800 € al mes!!,  y eso trabajando 36 horas a la semana, y eso después de los recortes. Y eso sin contar pagos por trabajos en festivo o servicios especiales. Y eso sin contar con múltiples y excepcionalmente favorables condiciones laborales.

El salario medio en España es de 1.500 € al mes, y eso con jornadas laborales de 38 horas semanales.
Hemos visto durante la huelga de limpieza en Madrid (noviembre 2013) como las empresas de trabajo temporal encontraban trabajadores para sustituir a los huelguistas en cuestión de horas.

Imagínense que mañana se ofertasen de una manera masiva puestos de trabajo con las condiciones de los trabajadores de la Empresa Municipal de Limpieza de Gijón, trabajadores sin cualificación alguna. Es decir:
1.800 € al mes por 36 horas de trabajo, no se requiere estudios, ni idiomas, ni experiencia, ni oposición. Excepcionales condiciones laborales (permisos, extras por trabajos nocturnos o festivos, promoción automática, adelantos del salario sin pagar intereses…).
¡¡¡Habría millones de candidatos que se pelearían por un puesto así!!! Y si no, vean esto. Y no creo que IKEA pague ni de lejos lo que la Empresa Municipal de Limpieza de Gijón.

Cuando en un país con 6 millones de parados, muchos de ellos jóvenes cualificados, y unos salarios como los que hay en España, unos trabajadores sin ninguna cualificación pueden tener trabajos fijos en las condiciones que tienen, por ejemplo, los trabajadores de la Empresa Municipal de Limpieza de Gijón, es que el mercado laboral no existe. Ojo no he dicho que no esté suficientemente liberalizado digo que directamente no existe. Así que los que achacan el paro que hay en España al mercado simplemente no saben de lo que hablan.

Hablar de liberalización del mercado laboral cuando suceden de forma sistemática hechos como el anterior es una burla.

Pero ¿Cómo han accedido a esos empleos los trabajadores de la Empresa Municipal de Limpieza de Gijón? Pues mediante el compadreo político – sindical.

Esos empleos se consiguen no mediante un mercado libre sino por la coacción político – sindical. La consecuencia es que los gijoneses tienen que pagar 24 M€ anuales por una nómina con 650 trabajadores (2.300 € de media al mes por trabajador, más cotizaciones a la Seguridad Social, el salario de 1.800 al mes que comentaba más arriba es el de los trabajadores menos cualificados de la empresa).

Encima uno de los delegados sindicales de la empresa tiene el cinismo de decir que:
“No vamos a permitir ni ahora ni nunca que nadie nos privatice o que alguien quiera hacer negocio con los derechos ciudadanos y un patrimonio municipal desde el año 79″.
Es la norma de los defensores de “lo público”: confundir sus intereses particulares con el “bien común”, con “lo público”.

¿Desde cuando pagar por un servicio un precio abusivo es un “derecho ciudadano”?

Para los trabajadores que no están bajo la cobertura del paraguas político – sindical  las consecuencia es doble: por un lado ellos tendrán mucho peores salarios al no estar “protegidos” y por otro lado tendrán que pagar por los servicios del Ayuntamiento precios altísimos. En definitiva serán más pobres.

Los que defienden estos salarios privilegiados (“empleo de calidad” lo llaman) porque con ello “la demanda será alta y se generará empleo” olvidan cínicamente que la demanda alta de los trabajadores protegidos se hará, no porque su productividad sea elevada, sino a costa de la menor demanda del resto de la gente que tiene que pagar precios elevadísimos por el “trabajo de calidad”.

¡Oh, claro! A todos nos gustaría (y a mí el primero) que los salarios de la gente fuesen como mínimo de 2.500 € al mes o de 3.000 € o de 6.000 €… pero estamos hablando de la realidad y si se pretende que el sueldo de un barrendero, un jardinero o un limpiador de edificios públicos sea de más de 2.000 € al mes, entonces ¿Cuánto debería cobrar un médico, un ingeniero o un abogado? ¿O un empresario? Desgraciadamente la productividad en España no da para esos salarios.

Pero es que además hay un efecto perverso que perjudica también al trabajador protegido: su elevado salario empuja al alza los precios y como consecuencia los salarios de los demás trabajadores… pero se enfrenta a la falta de productividad del sistema y la consecuencia de salarios altos (o por lo menos expectativas de)   y , relativamente, baja productividad es… ¿Lo han adivinado? Pues sí: más desempleo.

Si los salarios (esperados) superan la productividad, nunca, pero nunca, se acabará con el desempleo. ¿Y cuál es el efecto perverso? Pues que tenemos un Estado del bienestar que garantiza determinados servicios independientemente del número de trabajadores o de su productividad. Es más el coste del Estado del bienestar aumenta con el desempleo en vez de disminuir, como ejemplo el mes pasado en que se gastaron 2.329 M€ en prestaciones por desempleo. Y eso sin incluir salarios sociales y otras medidas de emergencia para que la gente no quede en la indigencia que cuestan un montón de millones de euros al mes. Sólo en Asturias el salario social ha supuesto este año un coste de 60 M€.
Si hubiera pleno empleo no serían necesarios esos gastos y encima los ingresos del Estado del bienestar serían mucho mayores. Con ello los impuestos (o el déficit) serían menores y los salarios reales de los trabajadores con empleos de calidad (y de los otros) serían más altos.

En definitiva los altos salarios de los “empleos de calidad” acaban aumentando los precios y el paro, aumentan los gastos del Estado del bienestar y disminuyen sus ingresos y al final los trabajadores de los “empleos de calidad” (y de los otros) tienen que acabar pagando elevados impuestos (y por tanto teniendo salarios reales más bajos).

Por mucho que la gente crea que el gasto público lo pagan siempre los otros al final más tarde o temprano la factura llega.

(...)"

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