Los funcionarios 'huyen' de la sanidad pública: 100.000 más se pasan a la privada.
El hecho de que los empleados de la sanidad pública prefieran ser atendidos en la sanidad privada (el 81,83% de los empleados públicos del Estado) muestra varios hechos.
Primero. El enorme privilegio del que disfrutan pudiendo elegir su proveedor sanitario con lo que ello implica (comodidad, tiempo de atención, tiempo de espera...). Un privilegio del que no puede disfrutar el ciudadano normal que se ve obligado a elegir a la fuerza la sanidad pública y si pretende subsanar los problemas de ésta, debe volver a pagar para ser atendido en la privada.
Segundo. Además de dicha discriminación al ciudadano que no es empleado público, éste se ve obligado a costear dicho privilegio lo quiera o no o pueda permitirselo o no.
Tercero. Muestra también la enorme hipocresía de un colectivo que para mantener los privilegios de la Administración Pública (salariales, laborales, empleo vitalicio, comodidad de no ser cuestionados o evaluados...) demoniza a la sanidad privada en manifestaciones o huelgas ante externalizaciones (mal llamadas privatizaciones), para obtener apoyo y mantener dichos privilegios, mientras obra de manera contraria cuando tiene que elegir.
Por cierto, otra gran hipocresía es criticar y demonizar dicha atención privada, cuando uno de cada tres médicos que trabajan en la sanidad pública también lo hace en la privada (¿se demonizan y acusan ellos mismos? ¿matan en sus consultas privadas y curan en las públicas? ¿buscan el lucro en la privada, pero no cobran en la pública trabajando por amor al arte? O no será que precisamente pretenden evitar que les corten la posibilidad de hacer negocio por las dos vías al beneficiarse de trabajar solo media jornada en la pública y atender sus consultas privadas la otra media, en lugar de tener que elegir solo una o tener que trabajar a jornada completa en la pública si se externaliza?
El hecho de que los empleados de la sanidad pública prefieran ser atendidos en la sanidad privada (el 81,83% de los empleados públicos del Estado) muestra varios hechos.
Primero. El enorme privilegio del que disfrutan pudiendo elegir su proveedor sanitario con lo que ello implica (comodidad, tiempo de atención, tiempo de espera...). Un privilegio del que no puede disfrutar el ciudadano normal que se ve obligado a elegir a la fuerza la sanidad pública y si pretende subsanar los problemas de ésta, debe volver a pagar para ser atendido en la privada.
Segundo. Además de dicha discriminación al ciudadano que no es empleado público, éste se ve obligado a costear dicho privilegio lo quiera o no o pueda permitirselo o no.
Tercero. Muestra también la enorme hipocresía de un colectivo que para mantener los privilegios de la Administración Pública (salariales, laborales, empleo vitalicio, comodidad de no ser cuestionados o evaluados...) demoniza a la sanidad privada en manifestaciones o huelgas ante externalizaciones (mal llamadas privatizaciones), para obtener apoyo y mantener dichos privilegios, mientras obra de manera contraria cuando tiene que elegir.
Por cierto, otra gran hipocresía es criticar y demonizar dicha atención privada, cuando uno de cada tres médicos que trabajan en la sanidad pública también lo hace en la privada (¿se demonizan y acusan ellos mismos? ¿matan en sus consultas privadas y curan en las públicas? ¿buscan el lucro en la privada, pero no cobran en la pública trabajando por amor al arte? O no será que precisamente pretenden evitar que les corten la posibilidad de hacer negocio por las dos vías al beneficiarse de trabajar solo media jornada en la pública y atender sus consultas privadas la otra media, en lugar de tener que elegir solo una o tener que trabajar a jornada completa en la pública si se externaliza?
Artículo de El Economista:
"Los funcionarios prefieren ser atendidos en la sanidad privada en vez de en la pública. Y lo demandan cada vez más. Así lo demuestra el hecho de que a principios de año cerca de 100.000 empleados públicos del Estado han solicitado dejar de ser atendidos por el sistema sanitario público y han pedido quedar cubiertos por alguna de las aseguradoras privadas que ofrece el Gobierno a este colectivo, conocido como el modelo Muface.
Según publica hoy el último número de elEconomista Sanidad, con esta última huida del sistema sanitario público, ya son más de 8 de cada 10 (81,83%) de los funcionarios públicos los que eligen cada año el seguro médico privado cuando la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (Muface) les da a elegir entre un sistema y otro.
Los directivos de la sanidad privada temían que el efecto marea blanca -las manifestaciones en apoyo de la sanidad pública donde se demonizaba a la privada- tuviera también sus consecuencias en la elección de este año de los funcionarios de Muface. Los datos conocidos hace unos días han despejado estas dudas. En concreto, han sido un total de 94.305 funcionarios los que han solicitado en enero o dejar de ser atendidos por el sistema sanitario público. Estos traslados a la sanidad privada representan el 92,42% de los 102.042 cambios registrados por Muface durante este primer mes del año, en que los empleados públicos deben elegir la entidad que desean para recibir la prestación de la asistencia sanitaria, bien el sistema público, bien las entidades incluidas en el concierto para el año 2014 -Asisa, Adeslas, DKV e Igualatorio Cantabria-.
Sólo se han registrado 7.737 cambios de mutualistas o beneficiarios que han optado por cambiar al sistema sanitario público, según datos hechos públicos por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Una vez cerrado el proceso de elección de entidad, un total de 1.248.052 -de los 1.525.000 funcionarios acogidos a este sistema- serán atendidos por las entidades de seguro médico y el 18,17% restante recibirán asistencia en la sanidad pública.
Las condiciones de Muface se han endurecido
Y eso que las condiciones del modelo Muface se han endurecido para el año 2014. Los funcionarios que tengan el seguro de salud con compañías no podrán acudir a la sanidad pública para tratarse y sólo podrán hacerlo en caso de urgencia. Hasta ahora, el sistema sí dejaba abierta esta opción y eran las aseguradoras las que debían hacerse cargo de estas facturas de la sanidad pública.
Esta ha sido la principal reivindicación que ha aceptado el Gobierno de las compañías aseguradoras, que por su parte han aceptado una rebaja del precio de la prima (menos 0,1%) cuando el concierto establecía una subida para este año del 1,5%.
Cambios en el concierto
El nuevo concierto de este año permitirá a las aseguradoras adaptar sus medios asistenciales en función de la población protegida en cada localidad, ya que hasta ahora, las compañías estaban obligadas a prestar servicios según la población total censada en cada municipio. De esta manera, Muface pretende maximizar la ratio persona-médico sin que se produzca "ninguna merma de la calidad asistencial", al tiempo que permitirá eliminar "bolsas de ineficiencia que existían en el anterior concierto", según reconoce el Ministerio de Hacienda.
Además, el nuevo concierto ha igualado las prestaciones de la mutualidad con lo que se ofrece en la sanidad pública tras los últimos recortes de prestaciones. Esto afecta fundamentalmente al transporte sanitario no urgente, la reproducción asistida y la salud bucodental, podología y prestación ortoprotésica. Así, a partir de este año Muface sólo cubre la reproducción humana asistida en los términos en los que ha definido el Ministerio y se eliminan las prestaciones de periodoncia que actualmente cubría Muface y no el sistema público.
El valor del nuevo contrato, de un año de duración (sólo para 2014) asciende a 995 millones de euros. La entidad que ha decidido no presentarse de nuevo y retirarse del proceso es Sanitas. La compañía, que decidió en 2012 volver a presentarse a este concurso tras 22 años de ausencia, consideró que las condiciones del nuevo concurso eran "muy complicadas y difíciles". La aseguradora se siente "decepcionada" con el Ministerio de Hacienda, que en el anterior convenio prometió a las compañías una subida del 1,5% en las primas para el año 2014.
La salida de Sanitas del seguro de salud de los funcionarios abría este año una oportunidad para captar hasta 52.420 nuevos clientes al resto de aseguradoras de este concierto: Adeslas, Asisa, Igualatorio Cantabria y DKV Seguros. Al final, ha sido ésta última la que más se ha beneficiado.
DKV Seguros tendrá este año 26.881 pólizas más de Muface en comparación con el año anterior de las que hasta un 35% provienen de los asegurados cubiertos el año pasado por Sanitas, según ha confirmado la compañía. Esta aseguradora ha conseguido captar el 50% de todos los movimientos que se han producido. Por su parte, Adeslas ha conseguido 13.963 nuevas pólizas y Asisa 10.391 para el año 2014."
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