domingo, 20 de enero de 2013

El gobierno español quiere llevar a la muerte a un cristiano ex-musulmán sometiéndose al chantaje. (Islam, Oriente Medio. 153)

Lamentable lo que propone el gobierno español, que sería una vez más bajarse los pantalones ante el totalitarismo:

Imran Firasat huyo de su país (Paquistán) por las múltiples amenazas de muerte que sufrió por abandonar el Islam y convertirse al cristianismo, como consecuencia de enamorarse de una mujer (budista), y querer vivir con ella.
Esto le llevó a abandonar el país (porque tenía medios) y solicitar asilo en España. España se lo dio y es refugiado político español desde hace 7 años. Pero esta experiencia no la dejó aquí, por lo que ha pasado estos años denunciando la intolerancia de este sistema de creencias y la violencia y el odio hacia los que no piensan como ellos a la que son enseñados desde pequeños en la escuela.

Isram sigue amenazado de muerte y la reciente publicación de un documental mostrando esta violencia, ha incrementado el miedo y las amenazas. El gobierno español, en lugar de defender la libertad y el derecho de libertad de expresión, valor indispensable en una sociedad desarrollada, le ha revocado el asilo y le ha comunicado que le va a deportar a Paquistán, en un acto de cobardía sin igual ante el terror (que se ve reforzado ante hechos como este para seguir ejerciéndolo porque le da resultados).

Esto supondrá la muerte segura de Isram y su familia, y una carga espero en la conciencia del desalmado que lleve a cargo esta deportación, que ya está siendo criticada en el propio Parlamento europeo.


Indignación internacional sobre el tratamiento del gobierno español hacia el refugiado pakistaní Imran Firasat, como muestra Gerard Batten, del UKIP en su defensa (el video tiene la opción de subtitulos en múltiples idiomas):


Video via Yahel

Y este es el polémico documental que ha levantado tantos problemas, tras haberle sido imputado un juzgado de Madrid, a instancias de la Fiscalía, por un presunto delito de provocación al odio o la violencia por motivos racistas o religiosos, castigado con hasta tres años de cárcel.

Hacia este camino de destrucción estamos yendo. Se puede criticar cualquier cosa, cristianismo, budismo...pero al Islam no se le puede criticar ni mínimamente, pese a que toda crítica sea objetiva, esto es, sacada de lo que el propio Corán dice y enseña!!!


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