Artículo de Educación para la Libertad:
¿Tienen los ahorradores una personalidad distinta a la del resto de las personas? ¿Existen principios de comportamiento comunes a la mayoría de ellos? Pensando en estas preguntas he confeccionado esta lista de diez puntos que abarcan creencias, rasgos del carácter, y formas de usar el dinero. No pretendo que sea exhaustiva, ni mucho menos, pues entiendo que el hábito del ahorro y su expresión pueden obedecer a causas distintas en cada uno de nosotros. Simplemente la comparto contigo con el deseo de que te invite a reflexionar sobre tu comportamiento y, quizás, incluso a sonreír en tu fuero interno al ver que otros también entienden el ahorro de la misma manera que tú.
- El ahorrador consciente conoce el valor del dinero. No olvidas que detrás de cada moneda o billete que entregas están todas y cada una de las horas que has trabajado para ganarlos. Eres consciente de cuánto te ha costado ganar dinero, y de que, en última instancia, los bienes o servicios que compras no los pagas con dinero, sino con las horas de tu trabajo.
- El ahorrador consciente entiende que el dinero es su siervo, no su amo. El dinero está para servirte a ti o a quien tú decidas donarlo o regalarlo.
- El ahorrador consciente tiene paciencia. Sabes que la paciencia es una virtud recompensada. Quizá no lo recuerdes, pero probablemente fuiste de esos niños que preferían no comer un caramelo hoy a cambio de recibir dos mañana. Ahora, de adulto, ya no se trata de caramelos, pero tu actitud sigue siendo la misma.
- El ahorrador consciente practica el consumo consciente. Meditas y planeas tus compras para adquirir al mejor precio aquello que necesitas. Te apartas de las modas y tendencias. Que otros hagan cola delante de las tiendas para adquirir a precio de oro el último modelo de teléfono. Si crees que lo necesitas, esperarás pacientemente hasta encontrar dónde comprarlo a precio rebajado.
- El ahorrador consciente no malgasta. Reconoces que todo lo que disfrutas es producto del esfuerzo de otras personas y te sirves de ello sin desperdiciar.
- El ahorrador consciente cuida las cosas que compra. Eso no significa que no las uses o que las uses poco. Procuras mantenerlas en buen estado para que sigan dándote buen servicio tanto tiempo como sea posible. Cuando queden inservibles las remplazarás con satisfacción y pensarás «fue una buena compra».
- El ahorrador consciente es independiente. No te comparas con los demás para igualarlos o superarlos. Eres ajeno a la carrera interminable de la imitación y la apariencia. Te vistes para estar cómodo, no para recibir cumplidos. Compras para recibir un servicio, no por estatus.
- El ahorrador consciente entiende que su futuro se construye en el presente. Tienes proyectos que desarrollar y metas que alcanzar. Eres consciente de que puedes emplear tu dinero para acercarte cada vez más a tus aspiraciones… o para otras cosas.
- El ahorrador consciente valora su autonomía. Quieres vivir sabiendo que puedes hacer cualquier cosa. Quieres sentirte libre para vivir tu vida según tus propios términos. No te gusta sentirte atado, dependiente de un trabajo que mantienes únicamente porque te reporta unos ingresos, sean cuales sean. Por esa razón también evitas incurrir en deudas, pues eres consciente de que estarás a merced de tu acreedor hasta que las hayas saldado.
- El ahorrador consciente siente que economizar recursos es lo correcto. La eficiencia, lograr el mayor resultado con la cantidad justa de recursos, te resulta hermosa. Admiras las obras y los procesos en que nada sobra, donde nada es superfluo. Y procuras dirigir tu vida y tus acciones de la misma manera.
Esta lista queda abierta para que la completéis con vuestras aportaciones, que os agradezco por adelantado.
Un cordial saludo, ahorradores.
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