Las conclusiones de los distintos informes oficiales sobre educación en España (de la OCDE, de la Confederación Española de Centros de Enseñanza o de los Datos y Cifras del curso escolar del Ministerio de Educación) indican siempre algo que es evidente pero que suele ser bien desconocido o incluso ocultado (y atacado de distinta manera y por distintos intereses), y que no es otra cosa que el enorme ahorro que supone la educación concertada y privada al Estado y al bolsillo del ciudadano.
De hecho, le sería mucho más rentable (eficiente y eficaz) a las familias que no le quitaran su dinero vía diversos impuestos (IVA, IRPF...) para obligarles a acudir a centros (de esos que falazmente dicen que son "gratuitos", lo que no puede ser más falso) en gran medida no deseados por dichas familias, y permitirles acudir a colegios privados que les serían más baratos y con mejores resultados (Liceo Francés, San Patricio, Meres, Liceo alemán, Sek...), permitiendo así:
-La libertad de elección de las familias (es la sociedad civil quien decide cómo y dónde educar a sus hijos y no los políticos y burócratas). Son los padres quienes tienen la potestad de decidir qué educación quiere dar a sus hijos (potestad que nunca debieron perder).
-La despolitización de la educación, no pudiendo ser empleada como herramienta y arma política, ni como medio de adoctrinamiento ideológico, ni como lugar de colocación de burócratas y afines al partido, ni como medio de presión y de obtención de beneficios y privilegios de lobbies (y todos los que viven a su alrededor) a costa del dinero (también extra) de los ciudadanos.
-La sana competencia educativa (incentivo a la mejora de la educación, de la formación y del nivel del profesorado para atraer a través del prestigio y de la satisfacción del "cliente" (los alumnos y sus familias) a los alumnos (lo que implicaría más beneficios marginales y una mayor capacidad de inversión y de mejora de la educación y de las prestaciones del centro (pues se invierte más en aquella que funciona mejor y más gente atrae) y del sector.
A su vez, se produce un mayor incentivo a la formación continúa y por lo tanto, de la calidad y preparación de la oferta educativa (centros y profesores), permitiendo mejorar el nivel del mismo y evitar el descontento de las familias, dando libertad para que elijan otros educadores/centros (como ocurre en cualquier sector que no es un monopolio en el que si no me gusta el servicio o producto que me ofrece una tienda voy a otra donde mi necesidad es mejor satisfecha).
Esto lleva a la continua mejora de los niveles educativos de un país, a una mejora de la preparación de las personas, a un incremento de la productividad social, y en consecuencia un mejor capital humano (mayor formación, mayor productividad, mayores salarios, mayor prosperidad...).
Esto lleva a la continua mejora de los niveles educativos de un país, a una mejora de la preparación de las personas, a un incremento de la productividad social, y en consecuencia un mejor capital humano (mayor formación, mayor productividad, mayores salarios, mayor prosperidad...).
Y de la misma manera, se reduce drásticamente la permanencia de escaqueados, dinosaurios sin pretensiones de educar, sino solo de cobrar (tan común en la educación pública actual por los privilegios y la situación de monopolio de la que disfruta. Se reduce también el desincentivo a la mejora y a la mayor dedicación que produce el "puesto vitalicio", así como los muchos fraudes de diverso tipo que se producen hoy.
- El aumento exponencial de la oferta y variedad educativa, lo que permite decidir a las familias cuál es la educación que quieren dar a sus hijos (no el político), elegir cuál es el camino que debe tomar para garantizarse un mejor futuro (no el político), qué idiomas debe aprender (no el político), que materias debe reforzar o darle más peso (no el político), que tipo de orientación -neutralidad ideológica o no, laica o religiosa, bilingüe o no...- quiere darle (no el político), que recursos quiere dedicar (no el político), qué método didáctico o plan de estudios prefiere (no el político)...
De esta manera, se resuelven infinidad de problemas actuales que implican un enorme coste social, económico y político, como por ejemplo el problema de la lengua en ciertas regiones (libertad para que cada familia eduque a sus hijos como quiera sin imposiciones coactivas ni guerras políticas que confrontan a la sociedad), como el problema de las religiones (quien quiera educación laica o religiosa que la elija en libertad sin imposiciones coactivas ni guerras políticas que confrontan a la sociedad), como el problema de los planes de estudio (elección del temario y los métodos por parte de las familias y centros en libertad y sin imposiciones coactivas ni adoctrinamientos de políticos con guerras políticas que confrontan a la sociedad) o aparición de diversas ofertas con distintos precios (la competencia como en cualquier sector es vía precios y vía mejores productos o más prestaciones por el mismo precio donde las familias eligen según sus prioridades/gustos/necesidades), haciendo accesible la misma en función de sus necesidades (el centro puede ofrecer mejores precios centrándose en la cuestión educativa y prescindiendo de un pabellón? o de una piscina? o de actividades extraescolares? o de personal no necesario? o de otros muchos ejemplos?... O acaso sea lo contrario o una mezcla? Como en todo el mercado, lejos de imponer un único producto homogéneo, que implica la insatisfacción de muchos (obligar a todo el mundo a tener el mismo coche de la misma marca y del mismo color y por el mismo precio y con muy pocas prestaciones) ofrece la diversidad según los deseos o preferencias de las personas (un coche de alta gama, de gama media, de un color, de otro, con prestaciones básicas pero suficientes o incluso no relacionados con la conducción, con extras, muchos o pocos, de gasóleo, de gasolina...) enriqueciendo la misma educación, satisfaciendo las distintas preferencias de los demandantes de educación e incentivando la mejora continua (mayores prestaciones, precios, becas...) en beneficio de toda la sociedad.
Además, los distintos métodos de enseñanza se podrán ir comparando y haciendo a los centros imitar aquéllos modelos educativos que funcionen si no quieren quedarse atrás o quedarse obsoletos.
La educación actual homogeneiza e impone a todos lo mismo, impidiendo toda posibilidad de cambio e innovación, enormes y costosas burocracias y grupos de interés con enormes privilegios que impiden cualquier cambio y mejora que pueda acabar con sus muchos privilegios.
Esto supone el estancamiento educativo (evidente cuando se ven los pésimos resultados y el deterioro creciente en el nivel), la permanencia de métodos más que viejos, estáticos, que no evolucionan ni se adaptan a una sociedad con unos métodos y características que nada tienen que ver con las de hace décadas (haciéndolos inválidos o ineficientes), un educación menos libre, más costosa (y que liberaría muchos recursos para no solo para ofrecer educación a aquéllos con menores recursos que realmente no pudieran garantizársela, sino mayores recursos en general para las familias por el ahorro de costes que implican los mayores impuestos, las regulaciones y la burocracia), y en definitiva, un sistema educativo que impide una mayor prosperidad a su sociedad.
El siguiente artículo recoge las conclusiones de los diversos estudios comentados previamente sobre la educación y su coste en España.
Artículo de La Información:
Un informe de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) señalaba en 2014 que la educación concertada ahorraba una media de 3.092 euros por alumno y año a las administraciones públicas, con un máximo de 6.400 euros en el País Vasco y un mínimo de 2.206 euros en Madrid. Con estos datos resulta aún más significativo el elevado coste por alumno que soportan las administraciones públicas.
Según el “Panorama de la educación. Indicadores de la OCDE 2015” elaborado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el gasto global por alumno en instituciones educativas (públicas y privadas-concertadas) fue en 2012 de 8.008 euros, una cifra inferior a la del gasto medio en la OCDE (9.053 euros) y la Unión Europea (9.178 euros).
En España, del gasto público total dedicado a la educación, un 2,4% pertenece al gasto en Educación Primaria, porcentaje superior al de Alemania (1,4%), Italia (2,0%) y Francia (2,1%) e inferior al de Japón (3,0%), Suecia (3,4%) y Estados Unidos (3,9%). En números absolutos, el gasto por alumno en 2012 en Educación Primaria se establece en (6.298 euros), similar al de Francia (6.211), superior al de Portugal (5.406) e inferior al de la OCDE (7.302) y UE21 (7.413).
El gasto público total en Educación Secundaria es del 3,5% en España, mismo porcentaje que el dedicado en Japón (3,5%), similar al de Italia (3,6%) e inferior al de Estados Unidos (4,2%), Francia (4,4%) y Suecia (4,4%). Finalmente, el gasto público en Educación Terciaria (FP superior y Universidad) en España (2,1%) es superior al de Italia (1,6%), Portugal (1,8%) y Japón (1,8%), similar al de Francia (2,2%) e inferior al de Alemania (3,0%), Estados Unidos (3,5%) o Suecia (3,9%).
En general gastamos más proporcionalmente en la escuela pública que Alemania y Japón, dos países del 'top ten' del informe de PISA. La inversión en la enseñanza pública en España también es mayor que en Francia, que destina el 10,38% de los presupuesto, e Italia, que gasta el 9,05% y una media de 5.869 euros por estudiante.
De los sistemas educativos punteros en PISA, Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Suiza son los que más invierten en la enseñanza pública. Lidera la lista Hong Kong (China), donde más de dos de cada diez euros de dinero público se destina a la educación, con una inversión anual por alumno de 7.196 euros. Corea del Sur, el segundo país con mejor nota en matemáticas, gasta el 15,77% de su presupuesto, Suiza asigna el 16% de su partida pública, y Finlandia, referente tradicional en el informe pero que ha bajado puestos, reserva el 12,2%.
Según los datos de la OCDE, las administraciones públicas españolas dedican 6.459 euros al año por alumno de Educación Infantil, 8.465 euros en Educación Secundaria (FP y bachillerato) y 10.561 euros en Terciaria (FP superior y universidad).
La financiación del sistema educativo público español es superior a la del promedio de la OCDE y de la UE21 en todos los niveles educativos: Infantil, Primaria, Secundaria y Terciaria. No obstante, España es uno de los seis países de la OCDE en los que el gasto educativo por alumno ha caído desde el inicio de la crisis en 2008. Un descenso que nos sitúa junto a Estonia, Hungría, Islandia, Italia y Eslovenia. En el resto de países, según pública la organización económica en su informe anual Panorama de la Educación.
El número promedio alumnos por clase en los centros públicos es de 21 en educación primaria y 25 en secundaria, y se sitúa en la media de la OCDE y la UE. En Educación Primaria, los que tienen un número medio de alumnos más bajo son Grecia, Finlandia y México, con 17, 19 y 20 alumnos respectivamente, y entre los que tienen un número medio más elevado se encuentran Chile, con 29 alumnos, y Reino Unido y Japón, ambos con 27 alumnos. En la primera etapa de Educación Secundaria, los países que tienen un menor número medio de alumnos por clase son Finlandia y Reino Unido, con 20 alumnos, y los que tienen un número más elevado son Japón y Chile, con 32 y 31 alumnos respectivamente.
Los profesores españoles tardan 38 años en cobrar el salario máximo
Los salarios de los profesores representan uno de los gastos más relevantes del sistema educativo español. Aún así, hay que destacar que el sueldo de los maestros españoles es superior a la media de los países de la OCDE y la UE.
Sin embargo, España es uno de los países en los que los profesionales de la enseñanza más años tardan en cobrar el sueldo máximo. Los profesores necesitan un total de 38 años para alcanzar el grado máximo de la escala. Son muchos años si se compara con la media de años que tardan los países de la OCDE en alcanzar el salario máximo, 24 años, y los 21 años que tardan de media los docentes en la UE.
Las escuelas concertadas suponen asimismo un ahorro respecto al gasto público por profesor. En el curso 2013-14, el Estado gastó 36.784 euros por cada maestro en la escuela pública, frente a los 30.976 euros por cada profesional de la enseñanza en centros privado-concertados, según el "El coste de la plaza escolar en la pública y en la concertada" (2014), realizado por el Observatorio por la Educación Pública.
País Vasco, Cataluña y Andalucía, las que más ahorraron gracias a los conciertos
País Vasco, Cataluña y Andalucía son las tres comunidades autónomas que más ahorraron - 952 millones de euros en el caso del País Vasco- gracias a los conciertos en el año 2012, el último registrado en el informe "Educación y libertad de educación en España", elaborado por CECE.
Por su parte, las que menos beneficios obtuvieron de los conciertos a la escuela privado-concertada fueron La Rioja, Extremadura y Cantabria. La Rioja fue la que menos ahorró y aún así redujo el gasto de 46.608.300 millones de euros. Castilla La Mancha, envuelta en la polémica por la decisión de Page de congelar las ayudas en los presupuestos de 2016 aprobados junto a Podemos se ahorra algo más de 128 millones de euros al año.
La educación privada en Secundaria es más barata en muchos de los colegios españoles que en los centros públicos. Los datos del Ministerio de Educación con el reciente informe 'Datos y Cifras del Curso Escolar' dejan sorprendidos a más de uno. Este estudio destaca que el gasto por alumno en secundaria (1) en los institutos públicos españoles es de 7.271 euros al año, mientras que en la Secundaria (2) es de 7.690.
Hay colegios privados que serían más baratos para los padres
Muchos colegios privados cuestan menos por año que el dinero invertido por el estado en la educación pública por niño divididas en 10 mensualidades, según datos facilitados por el Ministerio, y que muchos padres podrían inscribir en colegios privados a sus hijos si recibieran en mano esos casi 8.000 euros, por ejemplo, El Liceo Francés, San Patricio, el colegio Meres, el Liceo alemán o el Sek de Catalunya.
Más alumnos por profesor en la concertada (13,7) que en la pública (11,4)
Por otro lado hay 193.273 profesores en la enseñanza concertada frente a los 477.125 en la pública. En la actualidad, 5.440.000 alumnos estudian en colegios públicos, donde trabajan 477.125 profesores. El ratio profesor alumno sería de 11,4 alumnos por profesor. Mientras que en la concertada trabajan 193.273 profesores, 2.650.611 con lo que el ratio de profesor por alumno es del 13,7.
Si comparamos nuestras cifras con el resto de Europa no salimos mal parados. Reino Unido (17,7), Países Bajos (16,3), Alemania (15,7) o Italia (12) tienen de media más alumnos por profesor que España, pero, por contra, Austria (10,2), Bélgica (10,5) o Portugal (9,1) tienen un ratio menor.
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