"Hispabonos, Eurobonos y la Ley de Gresham entre otros factores técnicos. Apagando el fuego con gasolina.
Los hispanobonos y Eurobonos son, en su estructura, lo mismo. Ambos son son títulos unificados de deuda pública que empaqueta otros títulos correspondientes a entidades públicas más pequeñas expresadas todos en euros. Es decir, el eurbonos es la suma de las emisiones de todos los países de la UE a un tipo singular de bono emitida en euros. Englobaría en un solo activo, a diferentes vencimientos, la deuda de Alemania, Francia, Italia… En el caso de los Hispanobonos, éstos serían la unión de la deuda de las comunidades autónomas a la nacional. La idea original proviene de los economistas Jakob von Weizsäcker y Jacques Delpla, Eurobonds: The Blue Bond concept and its implications. Los economistas plasmaron la unión de todas las deudas en dos catagorias.
Adicionalmente, han ido saliendo varias ideas en la creación de las mismas. Una de las más aplaudidas es la de emisión de eurobonos (o hispabonos) de forma total y con responsabilidad compartida. Esto es, que toda la deuda nacional pasara a ser emitida en un solo bono europeo (eurobono). A nivel nacional sería que todas la deuda de las CC.AA. españolas se uniera a la del Estado nacional (hispabonos).
¿Y por qué unificar deudas?
La explicación es simple. Tenemos bonos ‘seguros’ (Alemania) e ‘inseguros’ (España por ejemplo). Los últimos están pagando un elevado interés debido la inseguridad económica que ellos mismos han generado. Mezclándolos y unificándolos, la rentabilidad de los bonos de los países ‘malos’ bajaría y las naciones con peores resultados podrían seguir financiándose a menor interés por lo que desembolsarían menos dinero por seguir con sus inversiones o, incluso, hacer mayores inversiones internas para sanearse mientras que el impacto en los países ‘seguros’ sería baja.
Ganadores y perdedores
¿Qué son los bonos del Estado? La deuda que éstos emiten para financiarse, comúnmente conocida como Deuda Pública. ¿Quién gana con la emisión de eurobonos e hispanobonos? Aquellos que más dificultades tienen para devolver su deuda (el capital prestado y los intereses). En el caso de Europa, los países con problemas se llaman PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España) más algún otro como Francia. De hecho, éstos son los que más exigen la emisión de los eurobonos, y en el caso de los hispabonos, Catalunya, Comunidad Valenciana… Con esto en mente, es más que obvio que Cristobal Montoro, ministro de Hacienda, haya dicho que: “la solución se llama euro y más Unión Europea“. Claro, por la cuenta que le trae. Los perdedores de la unificación de deuda, por contra, serían aquellos países y regiones (en el caso de hispabonos) que más posibilidades tienen de devolver el capital e interés de forma desahogada.
Eurobonos e hispabonos son deuda pura y dura que tienen como garantía el país o región que los emite. Los eurobonos e hispanobonos son algo tan sencillo que podemos hacer un símil con la vida real. Usted pide una préstamos de 50.000 euros al banco. Con el tiempo no puede reembolsar las cuotas, ¿qué le dirá el banco? Le pedirá busque un aval, esto es, alguien que pueda responder por sus deudas o le ayude a pagarlas. Si España, por ejemplo, no puede pagar su deuda, la paga Alemania y no pasa nada. Este es el principio al menos.
La unificación de deudas no disminuye los riesgos, los aumenta
Vaya a un banco y diga que quiere unificar las deudas que tiene en un la que visita. El personal de la oficina lo echará al minuto y medio, y si en un ataque de locura el comercial hace el informe y lo envía al departamento de riesgos, la conclusión será de forma segura: rechazar operación. Una actor económico fuertemente endeudado es una bomba de relojería, ya sea particular, empresa, ente público o Estado. Cuando se concentra el riesgo éste aumenta para el conjunto, no disminuye. En el caso de los eurobonos, la aceptación del mismo para Alemania significaría pagar más por su deuda por algo que no es su responsabilidad.
La Ley de Gresham se aplicaría
Para mostrarlo desde un punto de vista teórico lo veremos con la ley de Gresham (ver el monográfico de George Selguin sobre el tema: Gresham’s Law). Ésta hace referencia a diferentes las monedas que concurren en un mismo lugar. Nos dice que las monedas ‘malas’ expulsan a las ‘buenas’ en una zona geográfica cuando los cambios están impuestos por ley. Es decir, que aquellas monedas que tienen un valor muy cercano al nominal del metal (sin apenas señoreaje y certificaciones que se ajustan a la realidad de la moneda), son más sanas que no las que están depreciadas (por el mercado) o devaluadas (por el Gobierno). La ley de Gresham nos dice que si una moneda tiene un valor por ley (y esto es lo crucial), la gente guarda la divisa buena para ahorrarla y se desprende la mala, es decir, la que posé en si misma inflación, esto es, la que no vale lo que dice en su estampación. ¿Lógico, no? De hecho, y aunque Gresham era un banquero y comerciante, su ley es muy anterior a su persona (S. XVI). Ya la había apuntado Copérnico, Nicolás de Oresme (ver mi traducción del texto de Jörg Guido Hülsmann, Nicolás Oresme y el primer tratado monetario) y Aristófanes el S. V a.JC.
¿Es la deuda dinero? No. Es un producto líquido, pero no es dinero. Aún así podemos tratar ambos activos de forma similar en este caso ya que las rigen las mismas fuerzas de oferta y demanda. Imaginemos que tenemos solo el bono español (deuda española) y el bono alemán (deuda alemana). En el mercado todo tiene un precio, incluso si algo es malo o poco seguro. La deuda española es ‘mala’ o poco segura, por eso paga tan cara su rentabilidad (esa semana el bono a 10 años español ha llegado a tocar la rentabilidad del 6,7%). Todo y así, la deuda española no está vinculada a ningún tipo de relación con la de Alemania, es decir, fluctúan en el libre mercado y éste asigna precios según el riesgo de cada uno de los países, o mejor dicho, según la capacidad de reembolso que los estados emisores tengan de su deuda.
En este caso la Ley de Gresham no aplica ya que su rentabilidad no está fijada por ley. La deuda española (la ‘mala’, la poco segura) no desplaza a la alemana. España ha ido colocando toda su deuda en las últimas emisiones y lo seguirá haciendo aunque sea a tipos superiores. Incluso Grecia sigue colocando su deuda aunque sea a cotas cercanas al 20%. Pero sí que como nos dice la Ley de Gresham (aplicado a nuestro principio de los tipos libres en la deuda) se desplaza al bono alemán. Esto es, el ahorro se va a Alemania mientras huye de España.
Ahora introduzcamos el factor crucial. En este escenario entran los Eurobonos. ¿Qué ocurre? El mecanismo de la Ley de Gresham entra en escena transformando la nueva realidad. La unión de deudas significa que la deuda española y la alemana son lo mismo. Esto es, por medio de la intervención política se equiparan. No hay forma de diferenciar entre ‘deuda buena’ (segura) y ‘deuda mala’ (poco–segura). Imaginemos que vamos al mercado y compramos manzanas. Las malas no las compramos, pero las brillantes, grandes y jugosas sí. Ante una mala cosecha y en una disparatada idea para aumentar beneficios, los comerciantes venden ahora las manzanas en packs envueltos en blísters opacos. En estos packs hay manzanas buenas y manzanas podridas. ¿Compraría uno de estos packs? Tal vez la primera vez, pero no la segunda al abrirlo y ver, en su casa, manzanas sanas y en mal estado. Y así como las manzanas podridas contaminan las buenas, lo mismo pasa con los eurobonos. No sabemos qué activos adquirimos, si buenos o malos, por lo tanto, ahora que todos valen lo mismo y no podemos cribarlos o discriminarlos, no los adquirimos, sino que vamos a invertir a otra parte.
Daniel Lacalle hizo una símil muy acertado comparando los eurobonos con la crisis subprime (Eurobonos, no gracias. La deuda no se soluciona con más deuda):
“Los intervencionistas y sus mensajeros mediáticos les dirían que [los eurobonos son] una gran idea porque así las empresas más endeudadas se beneficiarían de la solidez de las grandes, ¿no? Pues no. Es lo contrario”.(Para profundizar un poco en lo que Lacalle dice sobre las sub-primes, ver Traders, Guns and Money: Knowns and unknowns in the dazzling world of derivatives de Satyajit Das).
“No hemos aprendido de 2008, de la crisis de las hipotecas basura (sub-prime), de las fusiones de cajas ni de la burbuja tecnológica. El riesgo no se disipa por acumulación, se contagia”.
“Por eso, los que se frotan las manos esperando una transferencia de riqueza de Alemania y Centro Europa a los países periféricos de 134.000 millones de euros, el coste de financiación si usamos el diferencial medio entre los bonos, no se dan cuenta que la transferencia sería al revés. Negativa para todos”.
La Ley de Gresham, en otras palabras, no dice que ante la evidencia de un aumento general del riesgo de impago de los países solventes o ‘buenos’, el dinero se iría a buscar rentabilidades fuera, esto es, fuera del euro. Esto provocaría un aumento singular en rentabilidad de los eurobonos, a la vez que mayores emisiones para pagar los intereses. Tendríamos el mismo problema que ahora tienes España (o Catalunya en el caso de Hispabonos) pero a nivel supranacional.
Los Eurobonos e Hispanobonos son más opacidad en el sistema
Efectivamente, y esto es algo que no se comenta mucho, pero los Eurobonos disminuyen la transparencia, por eso los países ‘malos’, es decir, aquellos que menos probabilidades tienen de devolver el dinero son los que más abogan por éstos. Envueltos en la bandera y el ‘bien común’ nos dicen que son lo mejor para el país, pero esto no es más que una excusa para esconder su incapacidad como gestores. Lo mismo aplica a los Hispabonos. Son las peores CC.AA. quien los piden para así engañar a sus acreedores. No nos ha de extrañar. El caso de Catalunya es palmario. Recientemente lanzó sus ‘bonos patrióticos’ al 4,5% a un año cuando su tipo real era del 7%. Artur Mas, Más–Colell y resto de políticos de la Generalitat engañaron a la población envueltos en la bandera, quedando la diferencia de emisión vendida con la real como beneficio para la banca.
Los eurobonos y los Free Riders periféricos
Otro de los evidentes problemas de los eurobonos e hispabonos, es: ¿qué pasaría con la responsabilidad de las naciones? Evidentemente la agrupación de deudas soberanas vuelve a las gobernantes locales en más irresponsables y sus deudas menos trasparentes. En economía tenemos un nombre para este tipo de actores económicos, los free riders o polizones. Éstos son aquellos acores que consumen más de lo que pagan por un bien, un recurso o servicio y no afrontan la parte justa del coste que tiene. En nuestro caso de los eurobonos, España sería un ganador neto mientras que Alemania sería un perdedor neto, a nivel económico al menos. Lo expresado antes, al ser Alemania un avalador forzoso, necesario y aplicable, tendría que pagar los desmanes de los gobiernos locales de los PIIGS más otros como Francia. Esta es la principal razón por la que Merkel, y el pueblo alemán se niegan rotundamente a los eurobonos. ¿Por qué ha de pagar los alemanes por los descuidos de otros países?
Pero también lo podemos ver al revés. Los eurobonos, de crearse y mantenerse en el tiempo, pueden ser un problema para el crecimiento de las regiones o países más adaptados a la realidad económica. ¿Qué ocurriría si España empieza a aumentar su producción y Alemania la baja? Esto no es una ciencia ficción, ha ocurrido y no hace mucho. Como vemos en el gráfico inferior en muchas ocasiones España ha tenido un crecimiento superior al de Alemania, el más largo comprendido entre 1994 y 2006. Si las cosas cambian ¿hemos de estar pagando nosotros la financiación, o parte de ella, a Alemania? Y aunque ahora parezca mentira, la prima de riesgo española llegó a estar por debajo de la alemana.
Eurobonos, el Riesgo Moral y más socialismo
La controversia de los free riders genera otro factor de desconfianza, que es lo que más teme el Gobierno alemán de forma muy especial: el riesgo moral o Moral Hazard. Que una persona se aproveche de los beneficios de algo pero no pague sus costes no gusta a nadie. ¡A nadie! Solo genera conflictos, disputas y malestar. Lo hemos visto con la crisis. ¿Qué decían todas las voces, y con razón, de los rescates bancarios? “Socializan las pérdidas y privatizan los beneficios”. Es el socialismo para ricos. El problema de dar dinero al manirroto e irresponsable es que no por ese hecho se va a volver sensato ni responsable, más bien al revés. Dar dinero al que no sabe administrarse es un premio de su incompetencia. ¿Qué cabe esperar? Que siga haciendo lo mismo pero a mayor escala.
Esto alimenta aún más la irresponsabilidad y el socialismo. Esta es una de las principales razones por las cuales, François Hollande, el presidente fracés, abogue por los eurobonos. Las cuentas de Francia no están para tirar cohetes y el nuevo oligarca ha hecho muchas promesas que requieren de mucho dinero que ahora mismo no tiene. Los eurobonos son los sueños a sus desbocados planes de irresponsabilidad económica. Con este dinero podrá rebajar la jornada laboral, subir las pensiones, gastar más en sus proyectos patrioteros y en comprar más votos a costa de todos los pagadores de impuestos europeos.
Los PIIGS harán lo mismo. No usarán el dinero de la deuda en invertir sensatamente, lo usarán para sus intereses personales y corporativistas. Pondrán en el Poder a más políticos, más regulaciones, darán más subvenciones e incentivarán la droga de la dependencia estatal (ver mi nota Desíntoxicate del estado del bienestar en liberal.cat). ¿Y todo ello para qué? Para hacer la crisis la grande. Inyectar dinero a un sistema fallido solo alarga la agonía. Estamos en una crisis sistémica, esto es, no es algo puntual, es que el sistema no funciona, ha de ser cambiado de forma radical. En lugar de enfocarlo hacia el colectivismo, la deuda y dictadores de la producción ha de ser enfocado hacia la producción, la libertad, el individualismo y la hegemonía absoluta de los medios de producción privados.
El Euro y la Tragedia de los Comunes
Ya expresé en otro momento las razones por las cuales España ha de salir del euro —Contra el euro. Una perspectiva Austriaca— y éste desintegrarse (si puede ser literalmente con sus políticos dentro, literalmente también). Philipp Bagus en su libro, La tragedia del euro, nos explica como la UE y el euro son la consecuencia lógica de la democracia donde nadie parece ser responsable de sus acciones quemando irresponsablemente los recursos que la economía privada genera hasta llegar a la situación actual, lo que se llama, la tragedia de los bienes comunes.
Los eurobonos (e hispabonos) son parte del camino a esta irresponsablidad económica y camino a un Nuevo Orden Mundial. Un mundo dominado solo por euro–tecno–cratas y un Gobierno gigantesco.
Solucionar una crisis de deuda con más deuda es de locos. Es apagar el fuego con gasolina y celebrarlo después con dinamita. La deuda no la pagan los gobiernos, la pagan los ciudadanos, sus hijos, y los hijos de sus hijos. La deuda per cápita de los españoles es ahora mismo de 15.520 euros por ciudadano (reloj de la deuda española). Eso significa que cada español, independientemente que trabaje, que no lo haga, que sea jubilado, que sea mayor o menor de edad… ha de pagar esa cuantía para financiar lo que el Estado ya ha gastado. Es una cifra que se ha de reducir a cero. Instrumentos como los euro–hispano–bonos o cualquier herramienta similar solo hará que abultar más esa cifra. Si a usted le viniera ahora un recaudador de hacienda pidiéndole esos 15.520 euros para pagar la deuda ahora, ¿podría hacerlo? No, verdad. Por eso España está ne quiebra y en lugar de cambiar las cosas para hacerlo todo sostenible lo que intenta es poder gastar más evadiendo responsabilidades hacia Europa. Los eurobonos, no son una buena idea. Significan más impuestos, una solución absurda a un problema sistémico (la deuda se paga con ahorros, no con más deuda), más despilfarro, más Poder de los burócratas y un futuro con un mayor estado policial y recaudatorio.
La creación de eurobonos significa que a corto plazo el primer perjudicado será usted, y a largo plazo lo será Europa con fugas de capitales, esto es, lo será usted otra vez. Y lo mismo aplica a los hispabonos. No son buena idea excepto para los políticos."
Fuente: Jorge Valín
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