miércoles, 20 de junio de 2012

Mariano, sé valiente. Cómo salvar la banca sin dinero público. (Política, Economía. 744)

Ya me había hecho eco de varios artículos de Juan Ramón Rallo al respecto de la alternativa propuesta para salvar a la Banca y el error del rescate en los términos que se están hablando y sus primeras conclusiones.

Gurusblog también apoya en este artículo la misma propuesta (afortunadamente más medios e instituciones se van haciendo eco y apoyando un bail-in, muchísimo más justo y que no afecta a la deuda del país y a los inocentes ciudadanos que nada han tenido que ver con esas malas inversiones, lo que no sucede con el rescate al uso que se proponen hacer (bail-out)):


"He leído varios artículos de Juan Ramón Rallo que creo que dan una solución bastante buena para recapitalizar y solucionar los graves problemas que tiene nuestro sistema financiero.

Algunos de estos artículos son los siguientes:
La solución que propone no deja de ser dolorosa para muchos inversores y difícil de aceptar por la gran mayoría de éstos y por parte de los acreedores de las entidades financieras en dificultades. En definitiva, es una medida que debe adoptarse desde el gobierno, con valentía, explicándola muy bien e intentando hacer ver a todas las partes implicadas que es lo más justo para todos. Evidentemente que muchos no estarán de acuerdo con la “justicia” que menciono sobre la medida a tomar, pero es que la alternativa creo que es de una injusticia total para toda la sociedad española.

La medida a tomar es la siguiente y la saco de un artículo de Juan Rallo:
“la solución menos lesiva para el sistema económico sería capitalizar parte de los pasivos de la banca, es decir, que los actuales accionistas pierdan toda su inversión y que una porción de sus acreedores se convirtieran en los nuevos propietarios. De este modo, mataríamos tres pájaros de un tiro: los bancos se recapitalizarían reduciendo su deuda (y no incrementando la de nadie más); los perjudicados por la medida no serían los inocentes contribuyentes sino los inversores que erraron al confiar sus ahorros a la entidad; y, por último, la gestión del banco quedaría en manos privadas (en la de los nuevos accionistas), de modo que éstas podrían decidir su esquema de remuneración, el equipo directivo y la política crediticia de la entidad. Sin interferencias gubernamentales y habiendo soportado en sus carnes las pérdidas de sus desmanes previos, los nuevos propietarios tendrían una plena legitimidad para decidir cuál debe ser el futuro del banco, tal como acaece en cualquier otra empresa privada que no ha pasado por las fauces del rescate.”

¿Qué os parece?

Digo antes que pienso que es difícil de ejecutar porque habría que decir por ejemplo a todos los pequeños accionistas que confiaron en Bankia guiados por los directores de sucursales, etc, etc, que en menos de un año han perdido todo lo que invirtieron y que ahora los nuevos propietarios son otros. ¿Cómo sentaría esto a todas esas personas? Lo que ocurre es que como también he comentado antes, la alternativa es endeudar al Gobierno, éste tendrá que subir impuestos para pagar esa mayor deuda y mayores costes por intereses, y encima la pérdidas serán repartidas entre toda la sociedad. Si sumamos a Bankia, CaixaCatalunya, NovaCaixaGalicia, etc, etc, la cantidad que tenemos que pagar entre todos son de esas que nadie puede asimilar: 100.000 millones de euros, 300.000 millones de euros, torrocientos mil millones de euros, …

Una locura que hay que solucionar cuanto antes.

Juan Rallo en el artículo del Wall Street Journal, cifra las necesidades de nuestro sistema financiero en 300.000 millones de euros (asumiendo un 50% en pérdidas por préstamos a promotores inmobiliarios, 5% en hipotecas y un 10% en créditos al sector privado). Y no está contando como dice la exposición a Portugal (78.000 millones de euros) y a Grecia e Irlanda (10.000 millones de euros) que podría añadir unas pérdidas adicionales de por lo menos 40.000 millones de euros más.
Si el total del capital de los bancos es de 377.000 millones de euros, estas pérdidas anteriores dejaría a los bancos en global con un capital entre 50.000 millones y 70.000 millones aproximadamente. Se necesitaría como mínimo añadir 150.000 millones de capital para recapitalizarlos y que estuvieran en una situación más o menos aceptable. Recordemos que el rescate recibido ha sido de 100.000 millones para la banca, lo que hace que necesitemos ya otros 50.000 millones para empezar a estar “algo” más tranquilos. El problema es que la capacidad de endeudamiento pública es casi nula, y la privada no e que sea nula, es que debería bajarla cuánto antes.

¿Entonces qué hacemos? Ahí está la solución a través de capitalizar parte de los pasivos de los bancos previa pérdida de la cantidad total invertida por parte de los antiguos inversores en determinadas entidades. Difícil de digerir, pero el que ha invertido en una entidad que hoy está quebrada debe asumir que ha perdido todo el dinero que puso.

Juan Rallo propone entonces convertir el 100% de los 88.000 millones de euros en deuda subordinada que existe en equity, es decir, en capital social. El 40% de los 160.000 millones de euros de senior unsecured debt (deuda senior no garantizada) también convertirlos en capital. Con esto, generaríamos ni más ni menos que 150.000 millones de capital para los bancos, reduciendo en la misma cuantía la deuda de los mismos. Si añadimos los 25.000 millones de beneficios esperados para 2012, después de las provisiones, la cantidad de capital aportada a estos entidades financieras sería de 175.000 millones de euros, sin haber incrementado un solo euro nuestra deuda pública, sin tener que subir ningún impuesto para el pago de estas pérdidas, y sin tener que haber pedido ningún rescate a Bruselas.

Por lo tanto, parece que puede haber una solución a nuestros problemas con el sistema financiero que tenemos. Y es una alternativa privada a los rescates financieros con dinero público. Esta alternativa hace recaer todas las pérdidas en los inversores de las entidades financieras quebradas (lógico por otro lado), haría no tener que liquidar ninguna entidad importante en España (quiebras que podrían provocar un pánico que no ayudaría a nadie), y no ahogaría más a nuestras cuentas públicas con el aumento de deuda, lo que provocará una subida de impuestos, más recortes y más dificultades para nuestra economía en general. Es decir, que la alternativa de los rescates con deuda pública, podría llegar a empeorar más aún nuestra situación.

Por lo tanto, sé valiente Mariano. Propón esta medida privada por muy difícil y por muchas vergüenzas que se destaparán al tomarla. Pero sin duda que creo que es mucho más justa para todos."

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