La competencia fiscal entre países siempre es positiva, porque desde luego impide expoliar al límite al contribuyente por parte de los gobiernos. Permite poner de manifiesto donde existen infiernos fiscales, no solo paraisos fiscales.
Diego Sanchez de la Cruz expone en este artículo cómo no es cierta la afirmación de que la competencia tributaria internacional hunde la recaudación tributaria en países con elevados impuestos:
"Quienes se oponen a la competencia tributaria internacional esgrimen de forma recurrente que permitir la existencia de regímenes de fiscalidad reducida supone hundir la recaudación tributaria de aquellos países que optan por modelos de fiscalidad elevada. Según este razonamiento, la competencia tributaria internacional es un juego de suma cero en el que unos países pierden ingresos estatales por culpa de otros.
¿Van bien encaminados quienes defienden este argumento? Echemos un vistazo a los datos de recaudación tributaria en algunas de las principales economías de la OCDE:
Los datos son esclarecedores: no solamente no ha habido una caída de la recaudación tributaria en estos países, sino que la mayoría han experimentado un aumento sostenido de su presión fiscal desde hace tres décadas. Por lo tanto, no cabe argumentar que la competencia tributaria internacional “seca” los presupuestos de aquellos países que optan por modelos de fiscalidad elevada.
Vale la pena, eso sí, destacar la importancia que tiene la competencia tributaria a la hora de estimular el perfeccionamiento de los sistemas fiscales de todo el mundo. Este proceso competitivo permiten observar buenas prácticas y adaptar modelos locales a aquello que funciona fuera.
¿Qué casos de éxito nos sirven de aprendizaje? Muchos y muy diversos. Decenas de países han rebajado sus impuestos y/o simplificado sus modelos tributarios. Más de veinte jurisdicciones han aprobado con éxito los modelos de tasa única conocidos como el “flat tax”. Numerosos territorios han apostado por implantar regímenes 0/10 en los que los gravámenes tributarios oscilan entre el 0% y el 10%.
Las reformas también se están produciendo en países de impuestos altos. Suecia, por ejemplo, mantiene una recaudación tributaria bastante elevada, pero permite que los contribuyentes elijan el destino de sus impuestos en materia de educación o sanidad con un sistema de “cheques” inspirado en los modelos propuestos por Milton Friedman.
Ya saben: ¡a competir!"
Fuente: Diego Sanchez de la Cruz
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