Luego, vemos las consecuencias de la pésima gestión del riesgo, y por supuesto de la intervención estatal como ocurriera también en EEUU de garantizar los préstamos hipotecarios por parte del Gobierno, lo que incentiva el crédito, y provoca las burbujas de precios (acompañada por supuesto de la intervención de los tipos de interés, bajándolos artificialmente y convirtiéndolos en tipos reales negativos incentivando y abaratando gravemente el crédito y la deuda), eliminando una correcta gestión del riesgo porque si sale bien, el banco gana y si sale mal la sociedad pierde (porque responde el Estado, esto es, los ciudadanos).
Aquí en España, se le une por supuesto la gestión de los políticos en las Cajas, que estaban bajo su poder, financiando sus ruinosos proyectos públicos, comprando deuda para seguir gastando, y financiando a amigos empresarios. Y nadie responde por sus actos.
Pero luego la crítica es al capitalismo, que es justamente todo lo contrario a esto...
"Se han mostrado en la mayoría de los casos muy críticos con la gestión en las cajas de ahorros. Pero, como ocurre con los políticos, los sindicatos se han atrincherado en los consejos de administración de las antiguas entidades de crédito, integradas hoy en los nuevos bancos.
De acuerdo con los informes corporativos correspondientes al pasado ejercicio, las cajas mantienen en sus máximos órganos ejecutivos a 54 sindicalistas, lo que equivale al 10% del total. No obstante, hay casos, como el de la Kutxa, BBK, Caja Canarias o Caja Extemadura, donde su participación apenas supera el 5% y otros, como el de Cajasol o Unicaja, donde acaparan hasta el 14% de los puestos del consejo de administración.
Más allá de la representación de los empleados y de tratar de influir en la administración de las cajas, encargadas de gestionar la obra social, sus puestos les garantizan una importante fuente de ingresos. Eso, gracias especialmente a las dietas que perciben por la asistencia a las reuniones. Y es que el dinero no lo cobran los consejeros, sino que va directamente a las arcas de los sindicatos, al menos en el caso de UGT y CCOO. Son ellos los que se reparten los sueldos de sus representantes que trabajan como banqueros.
El mejor ejemplo lo constituye José Ricardo Martínez, secretario general de UGT Madrid, que tuvo una remuneración el pasado ejercicio de 181.000 euros brutos en su condición de miembro del consejo de administración de Caja Madrid y que ahora, además, ha entrado en la Corporación Cibeles.
Martínez ingresó para el sindicato 73.000 como consejero de la caja en concepto de dietas y asignación fija y otros 108.000 euros por su presencia en consejos paralelos de la entidad.
El caso de Bankia
En Bankia hay en total diez sindicalistas en los consejos de sus cajas fundadoras, sobre un total de 113 vocales. Su retribución total en 2011 ascendió a 633.000 euros.En el caso de Caja Madrid, además de José Ricardo Martínez, hay otros dos más: Pedro Bedía, representante de CCOO, e Ignacio de Navasqües, que pertenece al sindicato de profesionales Accam. Navasquües tuvo una retribución en el grupo el año pasado de 255.000 euros y Bedía de 58.000 euros.
En Bancaja, la otra gran entidad que integra Bankia, hay dos sindicalistas: Ernesto Pascual Escandell, de CCOO, que ingresó 52.300 euros, y José Ramón Herrero, de UGT, que ganó 52.400 euros. Por lo que respecta al resto de entidades, en Caja Ávila hay dos sindicalistas y en Laietana, Caja Segovia, La Caja de Canarias y Caja Rioja uno en cada caso.
Fuertes variaciones
Los sueldos de los sindicalistas en los consejos de las cajas varían, no obstante, de forma muy sustancial. Una de las mejores pagadas es María Dolors Llobet, de La Caixa, que ingresó el año pasado 75.000 euros para CCOO. Aunque hay también casos meno remunerados, como el de Miren Josune Iglesias, delegada del sindicato nacionalista ELA en la BBK, que ganó 12.000 euros, o el de Miguel Ángel Gil López, que pertenece a un sindicato independiente y que ingresó en 2011 tan sólo 4.416 euros.Más allá del dinero, uno de los casos más llamativos es el del consejo de administración de Cajasol, integrada hoy en Banca Cívica y en proceso de absorción por parte de La Caixa. Su máximo órgano ejecutivo estaba integrado a 31 de diciembre de 2011 por un total de 21 personas. De ellas, ocho eran políticos y tres sindicalistas. Entre estos últimos figuran Carmen Jara, secretaria de acción sindical de CCOO, Ana María Barral, del mismo sindicato y Ana María Aurelia Casas, delegada de UGT. Acaparan el 14 por ciento de los puestos en el consejo, aunque su retribución es pequeña y apenas supera los 25.000 euros.
Los sillones de los consejos de administración son una buena fuente de ingresos así para los sindicatos, pero también para los políticos. Y es que junto a ellos, hay más de 200 cargos públicos, algunos en activo, pero otro no, que siguen ocupando un puesto en los órganos de dirección y llevándose jugosas remuneraciones."
Fuente: El Economista
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