martes, 5 de noviembre de 2013

¿Se puede reformar el Islam? (Islam, Oriente Medio. 193)

Eduard Yitzhak analiza la posibilidad de reforma del Islam y la nula contribución que realiza Europa y Occidente (y sus razones) mostrando dos recientes casos de debilidad e hipocresía. 

"Entre las muchas atrocidades perpetradas por los devotos más fervientes del Islam silenciadas por la prensa occidental en general, y por la española en particular, destacan dos de entre otras muchas.
Una es la expulsión de la Iglesia Católica de Libia. [1]
Los gobernantes de Libia -que están en el poder gracias al apoyo de países europeos como Gran Bretaña, Francia, España, Estados Unidos, entre otros-, han expulsado al personal católico que ha estado trabajando como personal sanitario en los únicos hospitales que cuidaron y trataron a heridos y enfermos –todos estos musulmanes- de ambos bandos en el reciente conflicto. Actualmente estos hospitales y monasterios cristianos protegen de la violencia islámica a los inmigrantes africanos que son amenazados de muerte por los yihadistas. De un golpe de espada, el personal cristiano es expulsado.

Otra noticia es que los libros de texto escolar de primaria de Pakistán enseñan a los niños de todo el país que es correcto y necesario asesinar a los cristianos. [2] Todos los niños cristianos pakistaníes tienen la obligación de estudiar estos textos en los que se da como objetivo musulmán deseable el asesinar a los cristianos, justificándose que esto ayudará a los miembros de las minorías a buscar el martirio por la fe. Esta cuestión surgió con fuerza en el 2011 debido a la promoción de esta temática por parte del gobierno del país musulmán. [2]
Muchos analistas, aunque cada vez menos y con menor convencimiento intentan desligar el Islam de la actitud de los islamistas sin tener en consideración que no hay seguidores de otras religiones que perpetren atentados y asesinatos contra sus correligionarios u otros miembros de otras religiones o credos en nombre de su religión.
En general el comportamiento más tolerante y enriquecedor dentro del mundo musulmán lo fue cuando más desislamizado estuvo el territorio en cuestión, un claro ejemplo fue la relativa buena convivencia entre musulmanes, judíos y cristianos, en algunas épocas en la península ibérica, Al Andalus, presentada por los musulmanes como paradigma de su pretendida tolerancia. Los tiempos de tolerancia, aunque en realidad relativa, fueron cuando los musulmanes andalusíes rompieron con la Umma y el Califato de Damasco, constituyendo el Califato de Córdoba y los reinos de Taifas, en los que los diferentes reinos musulmanes relativamente se desislamizaron. Lo mismo pasó con la Turquía de Ataturk. Cuanto mayor fue la desconexión con el Islam, mayor tolerancia de sus musulmanes.
Los políticos occidentales se atreven cada vez menos a opinar sobre el asunto, pues ya no saben que discurso tiene que ofrecer ante la brutalidad de los seguidores más creyentes del Islam. La gran mayoría de políticos y líderes de opinión, y sólo cuando opinan, son más proclives a mirar hacia otro lado, con el objetivo de no ofender a aquellos a quienes realmente temen, la inmigración musulmana y el temido peligro del terrorismo islámico en sus tierras, como ya ha pasado en Estados Unidos, España, Francia, Reino Unido. Lo mismo acontece con los relativistas morales y antisemitas de turno, que sólo tienen ojos y bocas para atacar a Israel y apoyar flotillas, pero que son incapaces de levantar un dedo acusatorio o emitir un ligero sonido contra las crueldades y crímenes en Siria, Egipto, Irán y otros tantos países musulmanes.
Occidente en general, y Europa en particular, presume de ser la madre de la democracia, de los derechos humanos, de la igualdad de género, de la solidaridad, de la libertad en mayúscula, pero enmudece insolidaria y vilmente ante la crueldad islámica que golpea sin piedad a su minoría cristiana, discrimina ferozmente a las mujeres en nombre del Corán, esclaviza a los trabajadores extranjeros apoyándose en la Shari´a, y niega la más mínima libertad a las minorías y rechaza la libertad de religión, bajo cárcel y/o pena de muerte al apóstata.
La dirigencia europea conoce y sabe, a través de sus servicios de inteligencia, lo que está escrito en los libros de texto de Pakistán, Arabia Saudita –ambos muy similares- y de otros tantos países de la órbita musulmana, y es incapaz de exigir respeto por la vida humana y por los derechos humanos, pues se siente chantajeado por el petróleo y por intereses que le reporta los negocios con esos países.
El islamismo interpreta que ha vencido en los frentes de Afganistán contra la otrora segunda potencia mundial, la URSS, y ahora a los aliados de la OTAN, con EEUU al frente, la primera potencia, que también ha tenido que retirarse de Irak, y todas estas victorias conseguidas con pocos recursos militares y financieros.
El islamismo sabe que Occidente, totalmente decadente a nivel moral, pretende ignorar todo aquello que le rodea, tratando de vivir aislado en un mundo globalizado en el que el Islam está avanzando en todos los frentes bélicos.
La decadencia moral de Occidente es aprovechada por el islamismo pues Occidente no muestra músculo ni nervio ni voluntad de ser, por lo que será arrastrado a una derrota ante el totalitarismo islámico a no ser que revierta su moral y voluntad.
Hay una discusión académica entre los que creen que el Islam ha sido secuestrado y malinterpretado por los islamistas y aquellos que creen que el islamismo es la expresión auténticamente genuina del Islam.
La realidad es que la masa musulmana y sus líderes religiosos de todo el mundo musulmán no rechazan ni explicita ni implícitamente la teoría del secuestro y la malinterpretación. Todo lo contrario, aquella pequeñísima minoría que defiende postulados más democráticos y respetuosos con el resto de los humanos, arriesgando su vida ante las hordas islámicas, se siente debilitada y aislada pues Occidente se genuflexiona ante los poderes islamistas de Arabia Saudita, Turquía, Pakistán, Autoridad Palestina y otros tantos territorios islámicos.
En caso de que teóricamente fuera posible reformar el Islam, esta (reforma) queda abortada por la actitud miope de Occidente, contraria a sus propios intereses a medio y largo plazo.

NOTAS

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