Artículo de Libre Mercado:
"Lo importante es el cómo, no el cuánto. Los resultados de PISA 2012 confirman que, en los países ricos, lo más relevante para el rendimiento del sistema educativo es la forma en la que está organizado y no los recursos que se dedican al mismo. De hecho, ni en dólares por alumno, ni en sueldo de los profesores ni en la ratio de alumnos/maestro, España está mal clasificada. El problema es que luego ese dinero no se traduce en mejores notas.
Evidentemente, cuando se afirma que el gasto no tiene especial relevancia en los resultados de un sistema educativo, hay que matizar que primero hay que llegar a un mínimo. PISA lo sitúa en unos 50.000 euros por cabeza a lo largo de la vida escolar, entre los 6 y los 15 años. Una vez que se alcanza ese nivel, las diferencias de rendimiento no pueden explicarse por los incrementos en los recursos.
Dentro de la OCDE (el club de los países más ricos) son una pequeñísima minoría los que no alcanzan esa cifra: Hungría, Turquía, México o Chile. Y también son los sistemas educativos con peores resultados. Eso sí, en su descargo también hay que apuntar que estos son algunos de los países menos pudientes de entre los que se retratan en PISA.
Sin embargo, entre el resto, aquellos que superan los 50.000 dólares, no se puede establecer un patrón por los recursos dedicados a la educación. Por ejemplo, el que más se gasta es Luxemburgo, con casi 200.000 dólares por estudiante a lo largo de estos diez años. Y sus notas no son ni mucho menos espectaculares. Podríamos decir que hay de todo: países que gastan por debajo de la media y sacan muy buenos resultados (Corea, Polonia o Estonia), otros que gastan por encima y no obtienen un rendimiento acorde (Estados Unidos, Suecia, Italia) y bastantes que gastan más o menos lo mismo y están también alrededor de la media en cuanto a notas (Francia, Reino Unido o Islandia).
Quizás lo más sencillo sea comprobarlo en el gráfico inferior. En el eje vertical se muestran los resultados en PISA y en el horizontal el gasto por alumno de los 6 a los 15 años:
En cuanto a España, no puede decirse que esté entre los que más gasta, pero tampoco en el pelotón de cola. Los autores han tomado 2010 como año de referencia. En aquel ejercicio, el gasto acumulado entre los 6 y los 15 años era de 82.178 dólares por alumno. Muy cerca de Canadá, Finlandia o Japón, por poner tres de los países más exitosos en estas pruebas. Y por delante de Corea, Polonia o Estonia, otras tres de las grandes estrellas de este PISA 2012. Es decir, que destinamos más recursos que estos países (aunque no muchísimo más, eso es cierto) y sacamos unos resultados sustancialmente peores.
Y nuestro problema tampoco viene por lo que hayamos hecho en los últimos años. De 2003 a 2012, el gasto por estudiante en España se ha incrementado en 21.108 dólares, un 35% más. De nuevo, ni somos los primeros ni los últimos en esta lista. Más o menos estamos en la media. Pero otra vez destacan una serie de países que, sin subir demasiado los recursos, han mejorado notablemente sus resultados. Por ejemplo, Portugal está entre los que más han subido de nota desde 2003, incluso aunque el incremento del gasto ha sido más bien pequeño.
Los sueldos
Además del gasto por alumno, los otros dos indicadores que suelen usarse para medir los recursos de un sistema educativo son los que tienen relación con los profesores. Y también en esto se repite lo observado anteriormente. La cantidad total no es tan importante como la forma en la que se organiza el modelo. España paga bien a sus maestros y tiene un ratio de alumnos/profesor por debajo de la media de la OCDE. Es decir, que tampoco por esto es por lo que sacamos malas notas.Según PISA, dentro de la OCDE, el salario medio de los profesores con quince años de experiencia corresponde al 129% del PIB per cápita de su país. Pero en España, el sueldo de un maestro de estas características equivale al 160% del PIB per cápita. Sólo cuatro países superan el nivel español: Hong Kong, Corea, Alemania y Portugal. Los demás, incluyendo a la mayoría de los que sacan notas muy superiores en el informe, pagan muchos menos a sus docentes, al menos en comparación con el nivel de vida de su sociedad.
En términos absolutos, según el informe Panorama de la Educación 2013, también de la OCDE, el salario medio de un maestro español de secundaria con 15 años de experiencia alcanza los 46.479 euros. Mientras, la media de la OCDE es de 41.665 y de la UE es de 42.834 euros (siempre en paridad de poder adquisitivo).
En este sentido, se confirma también que lo importante en esta cuestión es cómo se organice la carrera profesional, cuáles son los incentivos para los maestros, cómo se premia/castiga a los que consigan buenos/malos resultados y cuánto autonomía les des para que organicen su tarea de acuerdo a su criterio. No es que no sea importante pagarles bien. Todos los informes recuerdan que lo más importante para los resultados de un niño es la calidad de su profesorado. Y para atraer talento también hay que remunerarlo. Pero no es ésta la única (ni la más importante) forma de hacer atractiva esta profesión o de mantener en plena forma a los que ya forman parte de ella.
Las clases
Otro tópico es el que habla del número de alumnos por aula. Y tampoco en esto España sale malparada. PISA lo mide de manera aproximada, con su estadística de estudiantes por profesor. La media entre los países de la OCDE es de 13,3 estudiantes por maestro en su centro educativo.Esto no quiere decir que las clases sean de ese tamaño, porque puede haber profesores en otras tareas o asignaturas en las que se doble su presencia en el aula. En España, la media es de 12,5 alumnos por maestro. Otra vez no somos ni los primeros ni los últimos, aunque estamos mejor que la media. Eso sí, ese buen número no se aprovecha luego en los resultados.
De hecho, en esta cuestión se da una circunstancia curiosa. Algunos de los sistemas educativos más exitosos están entre los que peor ratio tienen. Por ejemplo, en Corea hay 16,1 alumnos por profesor y en Holanda 16,8. Son dos de las peores cifras entre los países ricos. Y sin embargo, son dos de los países con mejores notas. En este sentido, los países asiáticos demuestran que es perfectamente compatible una clase con un tamaño relativamente elevado, con los buenos resultados. No hablamos de meter a 80 niños en un aula, pero quizás pasar de 20 a 25 alumnos no incida en los resultados si el resto del sistema funciona correctamente."
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