jueves, 8 de enero de 2015

La desfachatez de Podemos y la fábula de la hormiga y la cigarra tergiversada

Las recientes declaraciones de Syriza y Podemos al respecto de la situación griega y la exigencia de que se le vuelva a perdonar toda la deuda y que no hacerlo (no permitir más robos) es de nazis (dirigiéndose a Alemania) no puede ser más obsceno y un insulto más grande a la inteligencia.

Un hecho que vuelve a retratar una vez más a los salvadores del mundo, Pablo Iglesias y el resto de sus apóstoles. 
Y es que en este sentido, ¿pretende Podemos que los ciudadanos españoles, con el agua al cuello y llenos de deudas, que siguen creciendo por la irresponsabilidad del gobierno y la oposición (pues todos pretenden seguir gastando más y más) les perdonen a Grecia los 25.000 millones de € que les hemos prestado? Porque Podemos defiende que Grecia impague y que se les perdone otra vez el dinero prestado.

Otra nueva incongruencia. Otra nueva muestra de la desfachatez e inmoralidad de Podemos (pues defiende robar al resto de ciudadanos europeos, incluyendo a los españoles para rescatar otra vez de nuevo a los políticos y malos gestores griegos). Otra nueva muestra de su incoherencia y doble vara de medir.

Y es que sus contradicciones son constantes. ¿Rescatar a uno sí pero a otros no?. ¿No rescatar a bancos españoles pero sí a bancos griegos? ¿Quejarse de la situación de los españoles pero exigirles 25.000 millones para beneficiar a sus amigos ideológicos? ¿Quejarse de la baja renta de los españoles pero hundirles con más impuestos para tapar este nuevo agujero que ellos defienden? ¿Quejarse de la situación de España (o Grecia), pero plantear como solución lo que ha llevado a dicho país precisamente a esa situación (más gasto público, déficit y deuda)? ¿Quejarse de los recortes (en Grecia o España) pero plantear las medidas que hacen infinanciable al Estado y provoca como consecuencia más y más impuestos y más y más recortes al no poder pagarse las medidas aprobadas? ¿Quejarse de "robos" al ciudadano y exigir impagos (robos a quien te ha prestado dinero y a los ahorradores) y más impuestos a empresas y ciudadanos (más robos del dinero que han ganado legítimamente)?. 
Y un largo etcetc de estos "iluminados" que no tienen ninguna idea novedosa (ni devaluaciones, ni nacionalizaciones, ni control de precios...), sino todo lo contrario. Sus planteamientos y medidas económicas no pueden ser más rancias y fracasadas a lo largo de la historia. Pero la historia siempre se repite...

Elentir muestra en el siguiente artículo de manera fácil de entender (mediante la fábula de la cigarra y la hormiga) la actual situación de Grecia, tras las pretensiones de Syriza y Podemos y la comparación de Alemania con los nazis por parte de estos partidos de extrema izquierda. 
Artículo de Contando Estrelas:
¿La irresponsable cigarra se hunde porque unas hormigas nazis quieren meter miedo?
Uno de los relatos que mejor recuerdo de mi niñez es la famosa fábula de la cigarra y la hormiga. La primera, incapaz de hacer planes a medio o largo plazo, se burla de la laboriosa hormiga que afronta sacrificios a fin de estar preparada para los momentos difíciles. Cuando éstos llegan, la cigarra se ve obligada a pedir ayuda a la hormiga y ésta le da con la puerta en la cara.
Si hoy en día hubiese que reescribir esta fábula, tendríamos a una cigarra empeñada en gastar más de lo que gana a fin de disfrutar de una existencia placentera. Mientras fluye el crédito, la cigarra lleva una vida desahogada y se mofa de la hormiga por llevar una vida de sacrificios para poder ahorrar y estar preparada para cuando llegue la escasez. Gracias al duro trabajo, a los sacrificios y a los ahorros de la hormiga, la cigarra puede disfrutar de abundante crédito para mantener su tren de vida. De hecho, tras leer a Keynes, la cigarra empieza a pensar que eso del crédito es algo cuyo pago se puede aplazar indefinidamente, hasta el punto de dejar a sus pequeñas cigarras una herencia en forma de deudas. Al cabo de varias generaciones de cigarras, la deuda acumulada por éstas ya es insostenible y el crédito deja de fluir. El modo de vida de las cigarras se va a hacer gárgaras, y se meten en un círculo vicioso: empeñadas como están en vivir por encima de sus posibilidades, son incapaces de acometer los ajustes necesarios para sanear sus cuentas, con lo que acumulan cada vez más deudas y el problema engorda más y más.
Las cigarras optan por pedir un préstamo a las hormigas, y éstas acceden a cambio de obtener garantías de que se les devolverá el dinero. Las hormigas reciben muchas promesas, pero al cabo de unos años, las cigarras no han cumplido lo prometido, no han hecho los ajustes necesarios para sanear su economía, su deuda no ha parado de crecer y llegan al punto de tener que negociar una quita con las hormigas, esto es, que renuncien a cobrar parte de la deuda a cambio de más compromisos de saneamiento. Las cigarras obtienen el acuerdo como quien ha engañado a unas hormigas tontas. Pasa el tiempo y la deuda de las cigarras sigue creciendo de forma desmedida. Sus posibilidades de pagar esa deuda son ya nulas. A pesar de todo, y a punto de elegir un nuevo gobierno para las cigarras, éstas vuelven a acudir a las hormigas para pedir un nuevo rescate. Lógicamente desconfiadas ante los compromisos incumplidos, las hormigas -hartas de que les mientan- aplazan un posible acuerdo a la formación del nuevo gobierno de las cigarras.
Pues bien: una facción de las cigarras, llamada Cigarriza, considera que este gesto de las hormigas es un intento de condicionar las elecciones de sus representantes. Adoptan un gesto indignado y acusan a las hormigas de antidemocráticas y de estarles chantajeando. Es más: avisan que si ganan las elecciones, se negarán a pagar la deuda y dispararán aún más su despilfarro… aunque no dicen de dónde van a sacar los recursos para sostenerlo. Como es lógico, entre las hormigas hay voces de hartazgo ante tanta chulería, y unas cuantas les dicen a las cigarras que se quedan sin rescate y que se las apañen por su cuenta. Entre diversos grupos de insectos ideológicamente afines empieza entonces una campaña para acusar a las hormigas de antidemocráticas, de chantajistas e incluso de nazis. Obviamente, esto no va a cambiar la actitud de las hormigas. Están hartas de que las cigarras vivan a su costa y de que les mientan cada vez que se comprometen a sanear sus cuentas y pagar sus deudas. Y el problema es que otros insectos que podrían ayudar a las cigarras, como las abejas, ya se han enterado de que aquellas no pagan sus deudas y también se niegan a hacerles préstamos. Con Cigarriza o sin Cigarriza, las cigarras van camino de la ruina y las únicas responsables son ellas mismas.
Aquí tienen, damas y caballeros, un ejemplo de fan de las políticas de despilfarro cigarrescas, un tipo cuyo único parecido con las hormigas es que tiene la cara tan dura como el hormigón armado:

Grecia tiene una larga historia de impagos, déficit e irresponsabilidad fiscal por la que nunca se debió permitir su entrada en la moneda única europea: su deuda pública ya superaba por entonces el 100% del PIB, muy por encima de los límites indicados para entrar en la zona euro. Hoy en día Grecia tiene una deuda del 174% sobre su PIB, y la tiene no porque un montón de alemanes filonazis ansiosos de hundirla y con ganas de meter miedo se le hayan echado a la yugular, sino porque su gasto público es desmesurado. Como señalaba Juan Ramón Rallo el 1 de enero, “el 90% de la deuda pública griega del año 2010 había sido emitida antes de 2010″. Ni políticas de austeridad ni demás monsergas: Grecia está como está por culpa de unos políticos incompetentes, acostumbrados a un estado elefantiásico, y por unos votantes empeñados en mantener ese modelo de gasto público insostenible con la idea de que ya pagarán las facturas las hormigas del barrio. Pero no sólo las hormigas: los países que tienen más que perder por los impagos de Grecia a causa del dinero que aportaron para rescatarla son, por este orden, Alemania, Francia, Italia y… España. El 11,87% de esa deuda griega tiene como acreedores a todos los contribuyentes españoles. Y ahí tenéis a Monedero cargando contra los alemanes como si el asunto no fuese con nosotros. Si los griegos hacen caso a Syriza y a sus colegas de Podemos, y España acaba arruinada por culpa de Grecia, pedidle cuentas a Monedero y a sus curiosos conceptos sobre economía.

1 comentario:

  1. Político y coherencia no suelen ser palabras compatibles. Muy buenas las reflexiones que planteas en el tercer, cuarto y quinto párrafo.

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