viernes, 30 de enero de 2015

Monedero rechaza en el libro escrito para Chávez la propiedad privada

Realmente es que no hay por dónde coger las ideas de Monedero, muy resumidas en el siguiente artículo.

Es una aberración teórica detrás de otra mostrada en cada una de las ideas que comenta.

Empezando por su intención de eliminar la propiedad privada de los medios de producción para alcanzar el socialismo del siglo XXI.

La propiedad privada va intrínsecamente ligada a la libertad y a la prosperidad. Solo aquéllas sociedades que la respetaron avanzaron y se desarrollaron exitosamente, lo que llevó a extender este respeto por el mundo (aquéllas sociedades que no lo hacían desaparecían).

Esto ha ocurrido en cualquier lugar y en los ejemplos actuales donde menos se les respeta, solo puede sobrevivir de dos maneras. Una mediante los recursos de terceros (caso de Cuba, primero con la URSS, y luego con Venezuela, más las divisas provenientes de fuera como de EEUU), y en segundo lugar, mediante la tiranía y dictadura, obligando a trabajar a la fuerza a sus ciudadanos en una prisión con fronteras (caso de Corea del Norte, que también malvive pero sobrevive gracias a ayuda exterior a cambio de calmar su militarismo y amenazas y a costa de la pobreza de la gente).
Porque como bien se demuestra a nivel teórico (Von Mises, F. Hayek, E. Böhm von Bawerk...) el socialismo es inviable y su aplicación solo puede llevar a la escasez, la podredumbre y la tiranía. No por otra cosa, allá donde se aplica hay tiranía, ausencia de libertades y niveles de vida de subsistencia o directamente millones de muertes por inanición (la China comunista, Corea del Norte, la antigua URSS...).

Y si pueden subsistir aunque sea con serias dificultades algunas sociedades así es porque viven rodeadas de otras sociedades prósperas gracias a que respetan en mayor medida la propiedad privada, aprovechándose de su ayuda, tecnología, sistema de precios...).

El socialismo a nivel global como pretende imponer Monedero y los comunistas de Podemos (eso sí, siempre usando al pueblo) haría retroceder la sociedad y destruiría la prosperidad alcanzada y los incentivos y mecanismos que permiten avanzar a las sociedades modernas.

Las nacionalizaciones que pretende es un paso más al abismo, como se demuestra siempre. La propiedad de los medios en manos públicas, lleva en primer lugar al monopolio, pues elimina la competencia, lo que aumenta la ineficiencia y el incentivo a innovar y mejorar. Se elimina el ánimo de lucro y beneficio, lo que desincentiva la creatividad, la eficiencia, el empleo de recursos en dicha dirección para innovar y aumentar la producción y oferte, y en consecuencia la mejora de productos y la reducción de costes y precios. Lleva a pérdidas, aumentos improductivos de plantillas, menor producción, peor servicio al cliente, escasez...
Qué mejor que observar qué está ocurriendo con todas las empresas nacionalizadas en su querida y ejemplo a seguir Venezuela.

Es hipócrita a más no poder con la cuestión de la opresión y la explotación pues uno es opresivo y explotado trabajando allá donde desea a mayores sueldos y con unos niveles de bienestar (económico y social y también laboral) infinitamente mayores en donde hay más capitalismo, mientras en donde impera un mayor socialismo, con peores trabajos, menores sueldos, peores condiciones, menor independencia, menor variedad de trabajos, y donde se obliga por parte de la autoridad central en qué debe uno trabajar, cuándo y por cuánto con una falta de libertad absoluta, al parecer esto no es explotación, sino lo que es deseable. Y eso sin entrar en la cuestión de la explotación marxista, totalmente refutada por extendida que esté (los motivos son fáciles de entender).

Increíble que el faro a seguir sea la Revolución Soviética de 1917, un ejemplo de muerte, totalitarismo, terror y desastre económico empezando por las nacionalizaciones de la tierra, que llevó a la hambruna y muerte de millones de personas. Un programa que tuvo que ir cambiando abriendo la mano algo más a la iniciativa privada para subsistir.

Desconoce también que la socialdemocracia (que vende como socialismo fracasado al abrazar el "liberalismo económico") es fruto de entender por parte de los socialistas originarios las enormes deficiencias e inaplicabilidad del socialismo (refutado por los economistas de la escuela austriaca de economía), ya que comprendieron que abolir el sistema de precios y el mercado llevaba a la descoordinación económica y una muy ineficiente asignación de recursos provocando escasez en múltiples áreas donde más se necesitaba y abundancia en otros donde no era necesario, lo que lleva al despilfarro, la escasez y el empobrecimiento con una producción y cobertura de necesidades y demandas humanas y de bienes muy inferior.
Ese acercamiento (esa huida del socialismo real) no es otra cosa que la vía para huir del desastre.

Por supuesto, cabe añadir que los males de los que acusa al capitalismo no son intrínsecos a él, sino muy anteriores y que se daban aún en igual o mayor medida en el comunismo (imperialismo, explotación, ya no digamos contaminación ambiental como en la antigua URSS...). Se puede además profundizar mucho más en todos estos temas.

Otro colmo de la estupidez o hipocresía es comparar a las socialdemocracias poniéndolos como erróneas (que lo son, pero por su alto grado de socialismo, no por lo contrario) es poner como ejemplo positivo y resistente a Cuba, "estandarte de la dignidad"...

Otro insulto a la inteligencia es poner los campos de concentración nazis como fruto del capitalismo. Es gracioso cuando en primer lugar estos campos existían también en la Rusia comunista o existen todavía en su Corea del Norte tan querida. Lo peor de todo que Hitler era el líder del partido nazi, y por lo tanto nacional y socialista. Un partido absolutamente anticapitalista (así eran todos sus discursos y políticas), pues era un partido estatista, como cualquier socialismo. No hay que confundir capitalismo con estatismo, y aunque nominalmente la propiedad fuera privada, ésta era dirigida centralizadamente (qué producir, cuánto, dónde, quiénes dirigían, qué salarios recibir, control de los precios...) por el gobierno. Por lo que de capitalista no tenía nada.

Y ya por último, su modelo de empresa, que desprende el absoluto desconocimiento del funcionamiento del mercado y empresa, la función de los precios, beneficios y pérdidas...y el porqué renunciar a esto lleva al desastre, la pobreza, la escasez, los salarios ridículos, la destrucción del ahorro, la ausencia de la inversión, el menor consumo y producción...

De ahí, que no entienda qué ha ocurrido con todas esas empresas nacionalizadas (dirigidas por el capital público y sus trabajadores supuestamente).

Pero para ello, hace falta formación y estudio del de verdad. No tener la cabeza llena de fábulas...


Artículo de El Economista:
"El horizonte al socialismo es incompatible con la propiedad privada de los medios de producción". Es una de las ideas claves que Juan Carlos Monedero, uno de los ideólogos de Podemos, presentó en un libro escrito para el Gobierno venezolano de Hugo Chávez en 2006. Monedero estaba trabajando en ese momento como asesor del régimen bolivariano, pero no hablaba únicamente de Venezuela. 
Bajo el título de Empresas de Producción Social. Instrumento para el Socialismo del siglo XXI, la obra, muy próxima en sus análisis al Manifiesto Comunista escrito por Karl Marx y Friedrich Engels en 1848, está editada por el Centro Internacional Miranda, un organismo encargado de divulgar los principios de la revolución bolivariana. 
 
En ella, tras denunciar que el capitalismo conduce a la explotación de los trabajadores e incluso a la esclavitud, Monedero deja claro que, en su opinión, el socialismo no puede triunfar en un único país de forma aislada, sino que debe extenderse primero por todo el continente americano y después por el resto del mundo.
 
Así, para lograr el éxito del nuevo socialismo es imprescindible acabar con el capitalismo imperante en Europa y EEUU. "El hecho de que el capitalismo, con cinco siglos de historia, siga teniendo profundas raíces nos hace recordar que para doblegarlo es preciso batallar enérgicamente en todo el mundo", defiende uno de los ideólogos de partido que dirige Pablo Iglesias.
 
Otra cosa, según admite, será la forma de llevarlo a cabo. "Los plazos de acercamiento a ese horizonte dependerán de cada país, de su estructura económica, de las necesidades sociales, del nivel de conciencia y de la suerte del socialismo en el contexto mundial", explica el número tres de Podemos.
 

Nacionalizaciones masivas

 
 
De acuerdo con su teoría, cada país deberá avanzar así bajo sus propias circunstancias aunque siguiendo siempre una misma hoja de ruta y en busca de nacionalizaciones masivas de empresas en sectores estratégicos para la economía.
 
"En la medida en que los grandes medios de producción (hidrocarburos, minería, tierra, etc.) pasen a ser propiedad de todo el pueblo, se sentarán las bases para el desarrollo económico integral del país y la construcción de una nueva sociedad sin oprimidos ni opresores", dice Monedero en el libro, que esa escrito al alimón con Haiman El Troudi, actual ministro del Poder Popular para Transporte Terrestre de Venezuela.
 
En este punto sí que establece como mínimo una diferencia a la hora de expropiar y nacionalizar empresas porque, según reconoce, no es lo mismo el ferrocarril o el petróleo que la producción de lapiceros o una peluquería. "No tiene por qué recibir el mismo tratamiento el sistema financiero que un cine municipal; el latifundio que una pequeña hacienda", explica sin definir tampoco de una forma clara qué debe público y qué privado.
 
"Los límites de la propiedad privada forman parte de una discusión que no puede solventarse teóricamente salvo en grandes líneas. Se define un diálogo social en cada lugar y en cada momento".
 

Conciencia obrera

 
El dirigente de Podemos deja claro, en cualquier caso, que el nuevo socialismo que permite extender por el mundo no puede repetir los errores del pasado. Por eso, y tras recordar que esta corriente política "recibió su mayor impulso a raíz de la conciencia obrera en el siglo XIX, así como a la fuerza poderosa del análisis marxista que desveló los mecanismos ocultos de la explotación" insiste en que la gran referencia, lo que él denomina el faro, es el triunfo de la Revolución Soviética en 1917.
 
La tesis del libro de Monedero y El Troudi sitúa así lo que él denomina las Empresas de Producción Social (EPS) en la base de socialismo del siglo XXI. Son compañías públicas, "propiedad del pueblo" y cuyo objetivo no es tener beneficios sino convertirse en empresas repartidoras de bienestar social.
 
"Las EPS auspician el trabajo consciente y la abolición de toda forma de explotación. De ahí que (...) se vean obligadas, para superar este sistema inhumano a transformar el trabajo en una forma de desarrollo humano al servicio de la libertad y no del beneficio".
 
El riesgo tanto para él como para el ministro venezolano Haiman El Troudi es que se repitan los errores del pasado. "No se puede construir el socialismo en este nuevo siglo si no se realiza previamente un distanciamiento crítico de los socialismos del siglo XX" que, según él, cometieron el error de abrazar el "liberalismo económico".
 
El socialismo del siglo XXI mantiene el anhelo de emancipación de los socialismos anteriores pero debe aprender de sus errores para no repetirlos", especialmente en lo que se refiere a la socialdemocracia. "Los partidos socialistas europeos intentaron construir un socialismo democrático que incorporara el discurso igualitario (....) y se diferenciara del irrespeto soviético a la democracia formal", manifiesta.
 
"Pero la socialdemocracia, al jugar dentro de las reglas del capitalismo, no podía sino reproducir los mismos errores: prolongación de la explotación, participación en luchas neocoloniales e imperialistas en busca del excedente internacional, deterioro de la naturaleza, mutación del Estado social y democrático de derecho en un Estado al servicio de los intereses globales de las grandes empresas".
 
Frente a estos socialismos, destaca que hay sin embargo un claro ejemplo de "resistencia a la operación y la defensa de la soberanía", "una historia de honor que tiene que ser obligatoriamente referida". Y no es otro que el régimen castrista cubano. "El caso de Cuba, pese a todos los intentos de estigmatizarla, permanece como estandarte de la dignidad del continente latinoamericano en pos de la construcción de nuestra América".
 
El modelo cubano, que tanto admira el número tres de Podemos, sólo ha podido sobrevivir gracias al apoyo económico de Venezuela y Rusia que le regalaban petróleo. Actualmente Cuba, que está ahogada por la crisis, está dando pequeños pasos hacía una privatización de los medios productivos permitiendo a la gente crear sus propias empresas y ha hecho las paces con EEUU.
 

La base del socialismo

 
La tesis del libro de Monedero y El Troudi sitúa a las Empresas de Producción Social (EPS) como la base de socialismo del siglo XXI. Son, a su vez, el motor del cambio ya que "fortalecen el camino rumbo al socialismo del siglo XXI". Así, el libro es una justificación y una alabanza del modelo económico que puso en marcha Chávez en 1998, tras hacerse con el poder, basado en la nacionalización de los medios productivos, es decir, las empresas. "Las EPS van a ayudar profundamente en la edificación de un mundo nuevo, es decir, en el fraguar el socialismo bolivariano del siglo XXI", defiende el profesor universitario.
 
En su libro, Monedero habla de tres tipos de EPS en función de sus orígenes y defiende la idea de que todas las empresas se conviertan en EPS ya que es la única forma de acabar con la "lacra del capitalismo", que es acusado de estar "tras la creación de los campos de concentración y exterminio Nazis".
 
Así, las empresas privadas que trabajan para el Estado deben "avanzar hacía el camino de las EPS" dando entrada a los trabajadores y al capital público o dejarla en manos de ambos.
 
Así, a lo largo del libro, Monedero pone a Invepal como ejemplo "emblemático" de una empresa de cogestión entre el Estado y los trabajadores. Esta fábrica de papel se nacionalizó en 2005 (fue la primera expropiada) y desde entonces no ha levantado cabeza. La producción de papel cayó en picado y la organización se convirtió en un caos, tal y como denuncian los propios trabajadores en diversos blogs. Según publicó el diario venezolano El Universal en 2013, el ministro de Industria Ricardo Menéndez anunció la "refundación de la empresa" y prometió que produciría papel higiénico, uno de los bienes más escasos de Venezuela.
 
En 2013 se importaba el 30% de todo el papel higiénico que consume el país. En 2012, Invepal apenas produjo 9.054 toneladas métricas de productos de papel, un 29% de la capacidad instalada reconocida en 2012 cuando la rebajó a las 31.000 toneladas desde las 96.264 toneladas de 2011. La firma achaca la mala marcha de la empresa a la "obsolescencia de las máquinas y los equipos heredados de la antigua Venepal" y la falta de financiación. Esto después de que el Gobierno, "realizara una fuerte inversión repotenciadora de la capacidad operativa de la fábrica", recoge el libro.
 
Otro ejemplo de EPS de éxito es Invetex, de cogestión tripartita (Estado, trabajadores y empresario). La fabrica textil estuvo los cinco primeros años de vida sin producir nada. Arístides Matute, presidente de la cooperativa de trabajadores de Invetex, aseguró que entre 2005 y 2010 iban a trabajar y cobraban el salario mínimo "sin producir un centímetro de tela". El país importaba la tela de Bolivia. Monedero y El Troudi, que aseguran que el "capitalismo se basa en la destrucción" También señalan como ejemplos a seguir las estatales Coniba y PDVSA. Esta última, que dedica a la extracción de petróleo, está muy endeudada, tiene la producción estancada y poco o nada de dinero para invertir, informan los medios locales.


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