martes, 7 de julio de 2020

¿Por qué denominan «antifascistas» a estos matones si en realidad son antidemócratas?

Elentir analiza y expone por qué denominan "antifascistas" a matones de extrema izquierda antidemócratas, hasta qué punto se deforma y manipula el lenguaje con fines evidentes y qué hay detrás de todo ello, a raíz de las recientes amenazas (y antes de las agresiones a Vox en otro evento) en el País Vasco. 


Artículo de Contando Estrelas: 

Ayer tuvimos un nuevo ejemplo de lo que la ultraizquierda entiende por democracia, pero también de las malas costumbres de muchos medios al aludir a esos totalitarios.

Miembros de Vox son amenazados por matones de ultraizquierda en San Sebastián

Este domingo, el diputado Javier Ortega Smith, la cabeza de lista de Vox por Guipúzcoa María Pérez y varios miembros de ese partido fueron insultados y amenazados por matones de extrema izquierda en San Sebastián. La Policía autónoma vasca tuvo que establecer un cordón alrededor de los miembros de Vox para evitar que los totalitarios agrediesen a los miembros del partido constitucionalista. Podéis ver aquí el vídeo de ese acto de acoso publicado por la agencia Europa Press:

Lamentablemente, imágenes así no son nuevas en las provincias vascas. Vox ya ha sufrido otros acosos similares en esa región española: ya ocurrió lo mismo en las elecciones generales de abril y de noviembre del año pasado. Y antes incluso de la fundación de Vox, miembros del Partido Popular han sufrido ese mismo acoso en dicha comunidad, cuando no directamente los tiros en la nuca a manos de los etarras.

«Antifascistas»: una forma de presentar a los acosadores como los buenos

Lo novedoso no es este matonismo de la extrema izquierda, ya sea en su versión separatista o en la internacionalista (a menudo se apoyan entre sí). Lo novedoso es que los medios presenten a esos matones batasunos presentándolos como “antifascistas”, con lo que dan a entender que los acosados son fascistas, lo que a los ojos de gran parte de la opinión pública se traduce en una aberrante inversión de papeles: los acosados son presentados como los malos y los acosadores como los buenos, cuando en realidad la extrema izquierda se comporta como tantas veces lo hicieron los matones nazis y fascistas, acosando, amenazando y agrediendo a los discrepantes, algo que nunca ha hecho Vox, que es un partido democrático y que defiende el orden constitucional.

Como podemos ver, en el vídeo de Europa Press, en su noticia sobre ese acoso y en las noticias publicadas por la agencia EfeEl MundoAbc20 MinutosLa Sexta y El Español se refieren a los agresores como “antifascistas”. En algunos casos el titular se deberá al mero hecho de copiar y pegar lo que llega de agencias. En otros, la elección de ese término responderá a la mera inercia: son ya muchos años usando esa palabra para calificar a los ultraizquierdistas. Sea por la razón que sea, el insistente uso de ese término genera una gran confusión.

¿Qué pasaría si acosadores fascistas fuesen presentados como «anticomunistas»?

En este mismo blog me he referido algunas veces a esos matones como “Antifa”, un nombre que al menos reduce e incluso anula la carga semántica del término “antifascista”, de igual forma que la abreviatura “nazi”, que en buena parte habría surgido por mera economía del lenguaje, ayudó a la izquierda a disimular el hecho de que Hitler y sus seguidores se hacían llamar a sí mismos como “socialistas”. Y es que las palabras no son irrelevantes, y el uso que les damos tiene una gran importancia, pues ayudan a transmitir ideas y a definir nuestra percepción de la realidad.

Pongamos un ejemplo teórico: imaginemos que un grupo fascista acosase y agrediese a un grupo de centro-izquierda. ¿Qué dirían algunos si los medios presentasen a los agresores como “anticomunistas”? Se estaría transmitiendo la idea de que, en realidad, lo único que hacían esos violentos era rechazar a los partidarios de una ideología totalitaria y criminal, aunque en realidad los agredidos no fuesen comunistas. Pues eso mismo es lo que se lleva haciendo con muchísima insistencia con el mal llamado “antifascismo”, contribuyendo a la indefensión de las víctimas de esos matones. Si lo justo es llamar “fascista” y no “anticomunista” a un matón de esa ideología, ¿por qué no se llama “comunistas”, “anarquistas” o “ultraizquierdistas” a los mal llamados “antifascistas”? Ya va siendo hora de dejar de ocultar la ideología de esos matones bajo el disfraz del “antifascismo”.

No son «antifascistas»: son antidemócratas que no toleran la discrepancia

Como venimos viendo desde hace ya décadas, se está llamando “antifascistas” a unos fanáticos que no toleran que nadie les lleve la contraria y que tachan de “fascista” a cualquier persona de centro-derecha, e incluso a personas sin ningún posicionamiento ideológico pero que se limitan a discrepar de la izquierda en cualquier tema. Recordemos que entre sus víctimas hay personas del centro-izquierda: ya en la década de 1930 los comunistas alemanes llamaron “social-fascistas” a los socialdemócratas, y lo hicieron siguiendo consignas del dictador y genocida Stalin, facilitando así el ascenso del nacional-socialismo, como ya expliqué aquí.

Hay que dejarlo claro: alguien que ama de verdad la libertad y la democracia debería sentir repulsa tanto por el fascismo como por el comunismo, y no sólo por uno de ellos, pues los dos son ideologías totalitarias empeñadas en acabar con la democracia. En este sentido, la extrema izquierda, y concretamente el comunismo, no es “antifascista”: es antidemócrata y se comporta como tal. Tenemos que acostumbrarnos a llamar a cada uno por el término que le corresponde, pues sólo así se logrará desenmascarar de verdad a esas bandas de totalitarios.

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