martes, 24 de noviembre de 2020

¿El franquismo fue peor que el comunismo? La opinión de un polaco que conoció ambos

Elentir analiza sirviéndose a su vez de la opinión de un comunista polaco que vivió ambos regímenes las distancias entre un régimen autoritario como el franquista con un régimen totalitario como el comunista. 

Y es que cualquier régimen colectivista, cualquier dictadura es despreciable, pues ataca las libertades básicas de los ciudadanos, pero dentro de ellos hay grados, y no tiene nada que ver un régimen autoritario con uno totalitario, como bien sabe un mínimo conocedor de la historia. 

Y más despreciable es que los mismos que pretenden manipular la historia tratando de blanquear el totalitarismo comunista, y se nieguen (recientemente nuevamente votando en contra) de condenar tal régimen criminal pretendan dar lecciones morales...


Artículo de Contando Estrelas:







La comparación entre el régimen franquista y los regímenes comunistas surge a menudo en discusiones históricas y políticas, y casi siempre con escaso rigor.

El discurso de la izquierda sobre el franquismo

Del franquismo se ha dicho, desde la izquierda política, que fue un régimen totalitario e incluso genocida. Un partido de extrema izquierda como Podemos ha llegado a equiparar al bando republicano con los judíos exterminados por los nazis, una equiparación insultante, pues los judíos no cometieron las atrocidades perpetradas por socialistas y comunistas en la Guerra Civil Española, empezando por una brutal persecución religiosa contra los católicos.

No todas las dictaduras son iguales

Cualquiera que tenga unos mínimos conocimientos de historia sabe bien que no todas las dictaduras son iguales: hay unas que son peores que otras. Es absurdo equiparar regímenes autoritarios como los de Primo de Rivera, Franco o Pinochet, con regímenes totalitarios como el nazismo y el comunismo. Un régimen totalitario es mucho más opresivo que cualquier régimen autoritario. Incluso dentro del propio comunismo, no todas sus dictaduras fueron igual de duras. Yugoslavia y Polonia soportaron regímenes comunistas menos duros que otros países como la URSS, China o Albania. Entre las dictaduras comunistas más brutales figuran las de Camboya y Corea del Norte.

Leszek Kołakowski: un comunista que acabó renegando del comunismo

Un gran conocedor del comunismo -pues lo vivió en sus carnes- fue el filósofo polaco Leszek Kołakowski. Él vivió en una de las dictaduras comunistas menos duras, como era Polonia. Además, empezó militando en las filas comunistas. De hecho, entre 1947 y 1963 fue miembro del partido único de la dictadura comunista polaca, el Partido Obrero Unificado Polaco.

En 1950 viajó a la URSS, bajo la dictadura de Stalin, y ante la repulsa que sintió por lo que allí vio, empezó a cambiar su forma de pensar, convirtiéndose cada vez más en un marxista disidente. Finalmente, ante sus críticas al comunismo, el régimen le expulsó de la Universidad de Varsovia y le prohibió dedicarse a la enseñanza, por lo que partió al exilio en 1968. En Gran Bretaña y EEUU evolucionó desde el socialismo democrático a posiciones conservadoras en la década de 1980, apoyando las movilizaciones del sindicato Solidarność.

La polémica entre Kołakowski y Thompson en Socialist Register

A diferencia de la dogmática izquierda occidental, que ensalzaba el comunismo sin haberlo sufrido, Kołakowski hablaba desde su experiencia de ese régimen totalitario. Esa disparidad quedó plasmada en una polémica que el filósofo polaco mantuvo en 1973 con el historiador marxista británico Edward Thompson en la revista Socialist Register. En el volumen 10 de esa publicación, publicado en enero de 1973, Thompson publicó una larguísima carta abierta de 100 páginas a Kołakowski. En la página 90, el autor británico comentó, a modo de reproche personal al polaco: “Como un cuáquero del siglo XVIII, que no desnudará la cabeza ante la autoridad ni tomará juramentos, no pasaré mis vacaciones en España ni asistiré a conferencias en Roma financiadas por la Fundación Ford”.

Kołakowski y su comparación entre el franquismo y el comunismo

Socialist Register publicó la réplica del filósofo polaco en su número de enero de 1974. En ella, Kołakowski expuso a Thompson la realidad de España en el franquismo (Franco todavía vivía), comparándola con los regímenes comunistas que él había experimentado:

“Te enorgulleces de no ir de vacaciones a España por razones políticas. Yo, un hombre carente de principios, he estado allí dos veces. Me sabe mal decirlo, pero aquel régimen, sin duda opresor y antidemocrático, ofrece a sus ciudadanos más libertad que cualquier país socialista (tal vez excepto Yugoslavia). Al decirlo, no siento ningún tipo de envidia, sino vergüenza, porque aún recuerdo el dramatismo de la guerra civil española. Los españoles tienen las fronteras abiertas (no importa por qué motivo, que en este caso son los treinta millones de turistas que cada año visitan el país), y ningún régimen totalitario puede funcionar con las fronteras abiertas. Los españoles no tienen censura previa, allí la censura interviene después de la publicación del libro; en las librerías españolas pueden comprarse las obras de Marx, Trotsky, Freud, Marcuse, etc. Igual que nosotros, los españoles no tienen elecciones ni partidos políticos legales pero, a diferencia de nosotros, disfrutan de muchas organizaciones independientes del Estado y del partido gobernante. Y viven en un país soberano”.

Kołakowski conoció el comunismo como pocos, tanto a nivel práctico como teórico -dominaba mejor el pensamiento marxista que la amplia mayoría de los seguidores de Marx-, y no tuvo reparos en reconocer que el franquismo era ciertamente menos malo que las dictaduras comunistas, y eso sin dejar de reconocer el gran problema de origen del franquismo: su condición de dictadura.

Franquismo: un comodín para amedrentar al que discrepa

Sin embargo, hoy la izquierda española pretende darle la vuelta a la historia y presentar al franquismo como algo mucho más atroz que el comunismo, llegando al extremo de negarse a condenar ese sistema totalitario formulado por Marx e instaurado por Lenin, como vimos hace unos días. Es una actitud sumamente cínica que no tiene más propósito que imponernos a todos su forma de pensar, presentando como franquista al que discrepa. Y muchos evitan hacer frente a esa manipulación por miedo a que les señalen como fachas. Ya va siendo hora de sacudirse los complejos ante esa izquierda tan desvergonzada.

Foto: Eustachy Kossakowski/Forum. Leszek Kolakowski en noviembre de 1965.

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