martes, 17 de noviembre de 2020

La izquierda y los colegios diferenciados

José García Domínguez analiza la eliminación que conllevará la nueva ley educativa del gobierno (PSOE y Unidas Podemos) para las personas con menos recursos de la educación segregada por sexos, en otro atentado contra las libertades educativas de los ciudadanos (la izquierda demuestra en cada ámbito que es alérgica a la libertad, y solo sabe imponer, censurar y prohibir). 

Por cierto una educación permitida en todo el mundo, amparada tanto por la UNESCO, como por la Unión Europea, e incluso la LOE, que consideran beneficioso para los procesos cognitivos, que niños y niñas estudien en aulas diferentes. Y amparado también por el Tribunal Supremo en recientes sentencias. Y es que esta "segregación" demuestra (debido a los distintos ritmos de madurez y aprendizaje de chicos y chicas, así como de interés educativo) que es un modelo que permite rendir académicamente mejor a sus alumnos. 

Artículo de Libertad Digital: 

A partir de que entre en vigor la llamada Ley Celaá, o sea muy pronto, en España solo los ricos podrán elegir si desean que sus hijos estudien en escuelas diferenciadas, esas que separan a niños y niñas durante los primeros tramos de su formación reglada. Para todos los demás padres, tal derecho dejará de existir, toda vez que tres partidos que aseguran defender los intereses de los pobres –PSOE, Podemos y ERC– acaban de introducir una enmienda conjunta a ese proyecto de ley merced a la cual los centros concertados perderían la financiación pública en caso de incurrir en la citada práctica. Asunto a propósito del cual la ministra Montero, de Igualdad, viene de declarar que lo de separar a los niños y a las niñas de padres no ricos “supone una vulneración de sus derechos fundamentales, y además es completamente absurdo desde el punto de vista educativo”. En fin, concedamos a la ministra el derecho a ignorar que el Tribunal Constitucional ya se pronunció en su día sobre la plena legalidad de la educación diferenciada, de ahí que los millonarios que llevan a su prole a colegios privados no se vayan a ver afectados en absoluto por esa norma que únicamente se aplicará a las clases medias y a los de más abajo.

Vayamos a lo otro. Que es un absurdo pedagógico, asegura Montero. Bueno, puede ser, no diré yo que no. Pero si en verdad se trata de un absurdo, la ministra debería tener noticia, y parece que tampoco le consta, de que tal aberración reaccionaria es defendida y aplicada por una parte muy notable de la izquierda europea y norteamericana allí donde gobierna. Montero semeja creer que eso son cosas de cuatro carcamales católicos de los de aquí, pero resulta que Europa y Estados Unidos están llenos de carcamales laboristas británicos, carcamales verdes, carcamales socialdemócratas alemanes y carcamales del Partido Demócrata, el de Biden y Obama que tanto mola. Sin ir más lejos, resulta que ochenta de las cien mejores escuelas del Reino Unido, siempre según las notas de sus alumnos y la lista que elabora el Ministerio de Educación, resultan ser centros segregados. Tan segregados como los que el SPD y Los Verdes han implantado en la ciudad-estado de Berlín. Igual, en fin, que Obama hizo en Nueva York. Que no, Montero, que ni fachas ni católicos.

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