lunes, 18 de enero de 2021

¿Por qué se ha encarecido la electricidad durante los últimos 20 años?

Juan R. Rallo analiza por qué se ha encarecido la electricidad durante los últimos 20 años, y el mito de que proviene de la "liberalización" del sector...

Artículo de El Confidencial: 


Un campo generador de energía eólica. (EFE)




¿Por qué ha subido el precio de la electricidad en las últimas dos décadas? De acuerdo con una hipótesis abrazada por Unidas Podemos y por parte del PSOE, porque Aznar liberalizó el sistema eléctrico en 1998, lo que ha permitido tanto que las eléctricas se conviertan en un oligopolio que manipula el mercado mayorista a su antojo cuanto que se establezca un sistema marginalista de fijación de precios que genera beneficios extraordinarios (caídos del cielo) para estas compañías a costa del resto de consumidores.

Los dos argumentos son, sin embargo, dudosos. En primer lugar, si las eléctricas estuviesen actuando estructuralmente durante más de dos décadas como un cartel que eleva artificialmente los precios, no debería serle complicado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia detectar y sancionar tales prácticas: a la postre, en un mercado marginalista, ese comportamiento ha de materializarse en la desconexión continuada de centrales que generen la electricidad de manera más barata (para así fomentar la entrada en el 'pool' de centrales con un coste marginal más elevado), y detectar centrales regular e injustificadamente 'apagadas' durante décadas no es particularmente complicado. En segundo lugar, y como ya explicamos, los sistemas marginalistas de fijación de precios son preferibles a los sistemas 'pay-as-bid', y la posible existencia de 'beneficios caídos del cielo' se debe más bien a las barreras políticas de entrada —al bloqueo regulatorio a invertir en las tecnologías más baratas— que al propio funcionamiento del sistema.

De hecho, en realidad, basta con un gráfico para desmentir que la desregulación del mercado haya tenido una influencia preponderante en la trayectoria a largo plazo de los precios. Como podemos observar, entre 1998 y 2019, el precio medio anual del kWh abonado por los hogares españoles, una vez descontada la inflación, se incrementó desde 17,8 céntimos de euros a 23,9 céntimos de euro: un aumento de seis céntimos por kWh; sin embargo, el precio del kWh en el mercado mayorista pasó de 3,8 céntimos de euros a 4,7 céntimos: un aumento inferior a un céntimo por kWh. O expresado de otra forma: la 'liberalización' del mercado mayorista, el oligopolio eléctrico o los beneficios caídos del cielo aparentemente apenas podrían explicar un 15% de todo el encarecimiento que se ha vivido (en realidad, existen otras explicaciones alternativas al encarecimiento del precio del 'pool': desde 1998, la demanda de electricidad en España ha aumentado un 50% y ese incremento de la demanda se ha abastecido, en parte, con tecnologías más caras que las existentes en 1998 debido a las restricciones regulatorias a la inversión en determinadas tecnologías).

Precio de la electricidad.
Precio de la electricidad.

¿A qué se debe entonces el grueso del aumento del precio del kWh que han de abonar los hogares? Pues a la subida de impuestos y, sobre todo, al aumento de los recargos vinculados a la desnortada política energética de gobiernos anteriores.

Por un lado, entre 1998 y 2019, el IVA que recae sobre la electricidad ha pasado del 16% al 21%. Así, los impuestos que sufrían los consumidores de electricidad en 1998 eran de 3,2 céntimos por kWh (actualizando por inflación), mientras que en 2019 eran de 4,2 céntimos por kWh: es decir, uno de los seis céntimos en que se ha encarecido la electricidad desde 1998 es atribuible a la subida impositiva (tanto como al encarecimiento del 'pool').

Por otro, los costes de política energética también se han disparado desde 1998, particularmente en dos epígrafes: las primas a las energías renovables, a la cogeneración y a los residuos (que en 2019 recibieron 7.200 millones de euros), y la amortización de los déficits históricos de tarifa (que en 2019 costó 2.700 millones de euros). Solo estos dos epígrafes —inexistentes en 1998— ya constituyen un tercio de la totalidad de los costes del sistema eléctrico español.

Es verdad que, a este último respecto, también es necesario considerar que las renovables y la cogeneración contribuyen a moderar el precio del 'pool', dado que o bien ofertan electricidad a un coste cero o bien reducen la demanda de electricidad al cogenerarla y autoconsumirla; es decir, que reducen nuestra dependencia de las tecnologías marginales más caras. Por consiguiente, la totalidad de las primas no supone un coste neto para el sistema eléctrico (sin las primas, el precio del mercado mayorista habría subido más). Pero aun cuando la mitad o un tercio de las primas sí constituyeran un coste neto, estaríamos hablando de un sobrecoste político, junto con la amortización de los déficits históricos de tarifa, de entre 5.100 y 6.300 millones de euros: esto es, entre un 17% y un 21% de la totalidad de los costes del sistema eléctrico, lo que equivale a entre 3,3 y cuatro céntimos por kWh para los hogares.

Por consiguiente, ahí lo tienen: de los seis céntimos por kWh en que se ha encarecido en términos reales el precio de la electricidad que abonan las familias desde 1998, al menos el 70% de ese incremento es imputable a los impuestos y a los recargos por malas decisiones de política energética. Pero seguiremos escuchando que la culpa es de la extrema liberalización del sector.

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