Es lo que tiene el sistema actual de pensiones, basado en un esquema de fraude piramidal, por lo que aún congelando todas las pensiones, el gasto en las mismas sigue incrementándose de manera considerable por el efecto poblacional, haciendo aún más insostenible el sistema.
Artículo de ABC:
Artículo de ABC:
"Las pensiones volverán a ser un año más la principal partida de gasto de los Presupuestos Generales del Estado que ultima el equipo económico. Cada ejercicio se incorporan al sistema unos 100.000 pensionistas y las prestaciones a las que tienen derecho son cada vez más altas—1.400 euros de media las nuevas altas de jubilación—. Dos circunstancias que obligarán a la Seguridad Social a aumentar esta partida de gasto en más de 8.400 millones de euros el año próximo, según fuentes del Gobierno consultadas por ABC.
En 2014 las cuentas públicas destinarán 130.000 millones de euros al pago de las pensiones, lo que supone un incremento del 7%. Y ello, pese a que ese ejercicio ya se aplicará la reforma de las pensiones, el nuevo índice de revalorización, que permitirá ahorrar a la Seguridad Social algo más 809 millones de euros.
Una cifra, por otro lado, muy reducida si se tiene en cuenta que cada mes el sistema público debe dedicar casi 8.000 millones de euros para hacer frente a la nómina de pensiones, incluso el doble de esa cantidad dos veces al año, las que coinciden con las pagas extraordinarias de julio y diciembre. El último mes abonado, agosto, la Seguridad Social destino 7.797,9 millones de euros al pago de jubilaciones, un 5% más que en el mismo mes de 2012.
Como ya informó este periódico, la aplicación del nuevo índice se traducirá en una subida del 0,25% para todas las pensiones el año que viene, una cuantía inferior a la que se aplicaría si las prestaciones subieran con el IPC, lo que explica ese ahorro de casi 1.000 millones de euros en las delicadas cuentas de la Seguridad Social en el primer año de aplicación de la reforma.
Por tanto, a partir de 2014 la revalorización de las pensiones se determinará aplicando una fórmula que tiene en cuenta la variación de los ingresos del sistema de la Seguridad Social; la variación del número de pensiones contributivas; el efecto sustitución y la evolución de los gastos. La fórmula utilizará los datos de los cinco años anteriores, los del ejercicio en el que se aplica, y las previsiones para los cinco años siguientes.
La Seguridad Social es una máquina de gasto que no para de crecer año tras año, también en época de crisis cuando los ingresos del sistema han flaqueado por la destrucción de empleo pero la incorporación de nuevos perceptores ha seguido al alza. Circunstancias que han puesto al sistema en más de un aprieto y justificado la criticada apertura del fondo de reserva para hacer frente a los pagos de forma puntual.
En estos momentos las pensiones contributivas en España son 9,1 millones, 1,2 más que hace diez años, y se espera que alcancen los 15 millones en 2050. Del total, 5,4 millones son de jubilación y de estas 2,5 millones cuentan con la «ayuda» de los complementos a mínimos, cantidades que abona el Estado a los beneficiarios de una pensión contributiva que no alcance el umbral mínimo fijado cada año en los Presupuestos.
El número de pensiones aumenta año tras año y con ellas también las nóminas de los pensionistas. Las nuevas altas de jubilación cobran una pensión media de 1.400 euros mensuales (en 2003 eran de 981 euros).La pensión media de jubilación es hoy de 981,92 euros, lo que quiere decir que durante esta década estas prestaciones han crecido por encima de los salarios medios y de los precios. En 2012 el salario medio subió un 0,50% y la pensión media un 3%.
Amortiguar el impacto de estos gastos es lo que pretende la reforma de las pensiones que, además de nuevo índice de revalorización, incluye también un Factor de Sostenibilidad para las pensiones de jubilación que se causen a partir del 1 de enero de 2019, con el objetivo de ajustar la cuantía de las pensiones a la esperanza de vida de los jubilados en cada momento. Este factor de «equidad intergeneracional» se aplicará una única vez para calcular la pensión de esas nuevas altas, de manera que la prestación que recibirán -previsiblemente durante más años al aumentar la esperanza de vida- será equivalente a la obtenida por quien se haya jubilado con anterioridad.
El otro gran capítulo de gasto de la Seguridad Social, las prestaciones por desempleo, continuará disminuyendo el año próximo debido a la reducción del número de parados, de los perceptores con derecho a prestación y en parte también a que los gastos se han reducido por el recorte de la prestación a partir del séptimo mes del 60 al 50% de la base regulatoria aprobada el año pasado. La suma de todos estos factores permitirá gastar menos en paro. El pasado ejercicio las cuentas del Estado redujeron esta partida en un 6,3%, hasta los 26.993 millones de euros y el año próximo el gasto en desempleo está previsto que baje de esta cifra, según las fuentes consultadas.
Paro, por debajo del 27,1%
A la luz de los últimos datos del mercado laboral y algunos indicadores adelantados de producción, el Gobierno espera que el empleo puede comportarse algo mejor el año que viene y la tasa de parados podría bajar del 27,1% previsto.
La gran duda la sigue teniendo el Gobierno con los empleados públicos. Sobre la mesa está la opción de congelarles de nuevo los suelos o incluir en las cuentas públicas una subida mínima de sus salarios, similar a la que se aplicará a las pensiones, el 0,25%. Sí está claro, en cambio, que volverán a cobrar la paga extraordinaria de Navidad, suprimida en el año 2012.
Lo que está prácticamente decidido por el equipo económico de Rajoy es que se prorrogará la congelación de oferta pública de empleo. No habrá sustitución de los funcionarios que se jubilen, salvo para algunos cuerpos del Estado como los de Seguridad, e Inspectores de Hacienda y la Seguridad Social, que se limita la tasa de reposición al 10%. Esta medida también afectará a todas las administraciones públicas."
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