martes, 18 de agosto de 2015

El País culpa al “capitalismo salvaje” del caos del socialismo chavista en Venezuela

La verdad es que es impresionante el punto de desfachatez que se puede llegar alcanzar, visto el reciente titular de El País al respecto de Venezuela.

Al parecer, el país que ha sido destrozado con reiteradas políticas intrusivas de índole socialista, y que se vanagloriaba de ello, esto es, de atacar constantemente la propiedad privada, de expropiar los bienes de terceros a la fuerza, de manipular la emisión monetaria para financiar crecientes gastos estatales, de aumentar el gasto público y la deuda, de nacionalizar las industrias "estratégicas", de controlar e imponer precios, de apropiarse o cerrar a quienes no obedecieran del sector privado, de aumentar exponencialmente las dádivas estatales a sus redes clientelares, de ser el país del mundo con menor libertad económica del mundo, según el ranking internacional (o más concretamente en el puesto 176 de los 178 estudiados, solo por delante de Cuba y Corea del Norte, los otros paraísos socialistas al parecer)...


Pues al parecer, todos estas medidas anticapitalistas que eran elogiadas y defendidas (e imitadas o pretendidas para imitar) por tantos y tantos durante años (los hay que todavía siguen en sus trece) y que iban a ser el ejemplo de la Revolución, del fin del capitalismo, de otra manera de hacer política, del ejemplo de que el socialismo funciona, de cómo se iba a alcanzar el cielo en la tierra, de ejemplo de un gobierno que se preocupa por el pueblo de verdad...y que tachaban de todo a quienes advertíamos durante años lo que iba a pasar, y que ha pasado paso por paso, al parecer ahora resulta que no.

Ahora resulta que lo que hay en Venezuela y la culpa de todo lo que ocurre es...del capitalismo salvaje!!!.

Es la conocida y continua estrategia del socialismo y de la superioridad moral que se pretende autoimputar. El falaz argumento pero que tanto convence es que su fin es bueno, por tanto implantar el socialismo es bueno y en consecuencia nada malo puede salir o resultar con él. Por lo tanto, cualquiera que esté en contra del socialismo es malo (el colmo de la estupidez) y cualquier cosa mala que ocurra es siempre culpa de un enemigo externo, cómo no, el capitalismo, que es el chivo expiatorio perfecto para culparle de cualquier cosa y eliminar cualquier atisbo de responsabilidad en los actos propios.
No importa la miseria que cree, las muertes que produzca, la eliminación de libertades que produzca (económicas, de expresión, sociales...), el servilismo que cree en la gente, la dependencia y falta de autonomía que provoque en sus pueblos, la violencia de la que se valga para imponerse a la fuerza...nada importa. El paraíso en la tierra que promete y la exculpación de la responsabilidad de la situación de las personas tan tranquilizador que es muy fácil aceptarlo y propagarlo, no importa el camino por el que te lleve ni a la meta a la que te lleva realmente, que no puede estar más alejada de las promesas que realiza...

Elentir se hace eco en el siguiente artículo de esta noticia

Artículo de Contando Estrelas:



“Caracas, el capitalismo salvaje de la escasez”. Con este sorprendente titular abría ayer una noticia la edición digital de un diario español. Nada menos que el periódico de PRISA, El País.

“Fuera del ojo avizor del Gobierno chavista rige el capitalismo más salvaje”, asegura el periódico socialista. Repasemos las causas de la situación en Venezuela:
¿A El País todo esto le parece el escenario propio del “capitalismo salvaje”? Y si nada de esto pasa en países tan notoriamente capitalistas como Estados Unidos, Australia, el Reino Unido, Francia, Italia e incluso España, ¿será que en realidad en todos estos países, según la óptica del diario de PRISA, hay regímenes socialistas de economía planificada? Al final, El País conecta con una de las máximas ideológicas de la izquierda: el socialismo nunca tiene la culpa de ninguno de los males que provoca. Si un régimen socialista genera miseria y opresión, la culpa la tiene el capitalismo, y no los disparates de la economía planificada y del excesivo control de la sociedad por parte del Estado. Si la economía planificada

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