Artículo de Metereólogos en la niebla:
Las rachas de calor de verano son aprovechadas por los alarmistas climáticos para confundir a la población
"Si hace más calor del normal es porque el clima se está desplazando a temperaturas medias más altas lo cual incide en los extremos de calor y encaja en las definiciones de ola de calor"
Esta es una definición recurrente que viene muy al pelo para atemorizar a la población, hacer que se recoja como un rebaño de ovejas sobre sus gobernantes/salvadores, e impulsar políticas de intervención y falta de libertades (incluidas las fundamentales a veces), sin que haya ningún tipo de reacción: la dictadura perfecta.
Una de las consecuencias inmediatas es la implantación de producción de energías subvencionadas, mucho más caras que las tradicionales, y cuyos beneficios se reparten las oligarquías político/empresariales y que además les dejan un tufillo de prestigio ecoprogre que es muy bien saludado.
Pero ,¿qué nos dice la Ciencia meteorológica, los números?. Me he puesto a analizar los datos recogidos en el análisis de NCEP/NCAR desde el 27 de junio hasta el 9 de julio para poder objetivar el episodio meteorológico que ha mesado cabellos ecoprogres y que ha puesto un ladrillo más en la manipulación mediática.
Lo primero que es observable en nuestras latitudes medias, analizando las temperaturas en 850 hpa (buen indicador de masas de aire) veamos que nuestra "ola de calor" está acompañada por otras dos "olas de frío" en el Atlántico y Norte de África. Lo que nos está diciendo este análisis que esas anomalías están relacionadas con sucesivas circulaciones atmosférica favorables a persistencia de temperaturas altas o bajas según la zona del planeta: algo perfectamente normal y que no tiene que alterar a la temperatura media del planeta.
Esta situación es el resultado, como decía en un artículo anterior, de un circulación ciclónica reforzada en el Átlantico y anticiclónica en nuestro entorno, y que se ve claramente en las anomalías de 500 hpa (a unos 5500 metros de altitud) que reflejan esa circunstancia. Sin embargo en la zona del Mediterráneo central, la anomalía negativa de temperatura no existe como reflejo de la situación en altura.
Si hacemos lo mismo con el resto del hemisferio norte se ven claramente las distintas zonas cálidas y frías: las olas de calor no son generalizadas, sino que dependen en cada caso de la situación general meteorológica.
La repercusión en superficie lo podemos ver comparando la presión en superficie de estas dos semanas y la media de verano: hay una clara diferencia en la circulación atmosférica.
Aunque la escala de colores no coincide exactamente, se observa una circunstancia que contradice las predicciones del IPCC:el anticiclón de Azores se retira hacia el Sur y la borrasca de Islandia desciende en latitud. Esto es contrario, como digo,
a los escenarios previstos por el cambio climático que presuponen y calculan un ascenso en latitudes de las altas presiones.
En cualquier caso la retirada de la cuña anticiclónica atlántica favorece el reforzamiento dinámico de las masas de aire recalentadas por subsidencia e incluso algo de advección de sur a norte que unido a la insolación intensa propia de la estación veraniega produce esta sucesión de días tórridos. Nada que ver necesariamente con el Cambio Climático.
Para terminar, observando los vientos medios en 850 hpa podemos explicar tanto la advección de las masas de aire más cálidas del sur de la Península al norte y la anomalía negativas de temperatura en el Mediterráneo central que tienen una relación más directa con la advección de temperatura que con la dinámica en altura.
En conclusión, cualquier interpretación de las rachas cálidas en una zona limitada del planeta como consecuencia del cambio climático antropogénico carecen de rigor y, puestas en bocas de responsables políticos o de expertos científicos con capacidad de influencia, no son más que interesadas manipulaciones al servicio de intereses mas o menos oscuros.
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