Una evidencia más de la repetida mentira de que el sistema de la seguridad social ni ha quebrado ni puede quebrar nunca...
Y es que las reformas no son otra cosa que quiebras encubiertas, quitas constantes para que el sistema no quiebre totalmente, que así lo haría si se mantuvieran las condiciones previas. Y las pensiones públicas están condenadas a experimentar nuevas y duras reformas y un mayor empobrecimiento para el pensionista (y especialmente el trabajador en activo que las paga en cada momento) en las próximas décadas si no quiere hundir el sistema:

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