Es que es genial. Y lo mejor es que se creen tener la autoridad moral y ser el bien encarnado.
Ellos pueden robar, empleando para ello la violencia (sea tácita o no), pueden atentar contra el trabajo de otras personas, pueden atacar la propiedad privada y los bienes de otros, pero nada de esto es malo.
Pues resulta que no.
-Emplear el uso de la fuerza y la violencia (aunque haya casos en que no haya respuesta, hay obligación a la fuerza y amenazas para coger lo que yo quiera o atente a las consecuencias) es un acto totalitario y repudiable y no tiene nada de solidario y de bueno.
-Perjudicar y atentar contra unos empresarios y emprendedores crea inseguridad, puede destruir empleo, hace huir inversiones, desincentiva el trabajo y la creación de riqueza...y atenta contra la libertad de las personas, la cooperación voluntaria siendo un acto totalitario y repudiable, no solidario y bueno.
-Perjudicar a los trabajadores de unos negocios (que pueden ver perder su empleo o reducido su sueldo, por las pérdidas sufridas, por el cierre de negocios, por la desincentivación a crear nuevos...para beneficiarse fundamentalmente en primera persona los que han robado (y ya veremos si reparten algo y entre quienes) no es apoyar el trabajo ni el trabajador, ni es bueno ni solidario ni honrado. Es totalitario y repudiable.
Solidario es comprar con tu dinero (que bien que lo tienen con lo que ingresan en subvenciones varias y en salarios) ese material y darlo a otros que lo puedan necesitar.
En definitiva quitar a unos para dar a otros no es solidario. Robar a A para quedárselo uno mismo y repartir lo que quede entre algún otro no es solidario.
Puesto que solidaridad es dar lo que es tuyo, dar parte de lo que has ganado con tu trabajo y esfuerzo, no dar lo que has robado a otros. Eso no es solidaridad, es robo. Y es deleznable pretender hacer creer que donar lo robado sea moralmente superior a donar lo comprado (y si es que lo donan), algo que pretende imponer la izquierda desde muchos frentes (criticando y atacando cualquier tipo de donación y actos de solidaridad privada, pretendiendo que todo pase por la redistribución estatal, impuesta y a la fuerza.
Y de la misma manera que a la violación (amor a la fuerza, y con el uso de la violencia) no se le puede llamar amor, al robo (quitar a la fuerza, y con el uso de la violencia) no se le puede llamar solidaridad.
Y eso no es algo exclusivo del SAT (sindicato de trabajadores andaluz), sino que es algo que hace de manera creciente el Estado y su asfixia tributaria creciente a la sociedad.
Aquí, el vídeo que recoge el robo sufrido:
No hay comentarios:
Publicar un comentario