Aferrado a la esperanza de un milagro económico que salve a su país, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha depositado toda su confianza en un oscuro profesor marxista español a quien ha llamado “el Jesucristo de la economía”.
Alfredo Serrano, un economista de 40 años, cuyo pelo largo y barba inspiraron la comparación con Jesús por parte de Maduro, se ha convertido en el principal asesor económico del mandatario, de acuerdo con varios funcionarios del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela y asesores del gobierno. Su ascenso se ha producido a expensas de otros asesores que, aunque también de izquierda, han instado al presidente a tomar medidas más convencionales, como la liberalización de los controles de divisas, para encarrilar la disfuncional economía venezolana, dicen estas personas.
Serrano, por el contrario, aconseja fortalecer aún más el control estatal sobre la fabricación y el suministro de alimentos. Sus ideas han configurado en gran medida la respuesta del presidente a la actual crisis económica del país, dicen funcionarios del partido, quienes argumentan que estas medidas amenazan con prolongar la recesión más profunda de la historia de Venezuela, así como la hiperinflación y la escasez de alimentos.
“Todas las reformas, todas las mesas de trabajo con los sectores productivos han quedado bloqueadas por él”, dijo un importante legislador del partido gobernante sobre Serrano.
El Ministerio de Comunicación e Información de Venezuela y la oficina de Maduro no respondieron a solicitudes de comentarios sobre la función consultiva de Serrano, y éste se negó a responder preguntas específicas acerca de su influencia sobre el presidente o de las críticas de funcionarios del partido. En una entrevista de mayo, el economista restó importancia a su papel en las decisiones de Maduro.
“El presidente Maduro lee mucho y está [al tanto de] lo que yo escribo en libros y artículos”, dijo.
El economista español, sin embargo, acompaña al presidente en viajes al extranjero, le escribe discursos y propone ministros, según miembros del partido gobernante. Un ejecutivo europeo del sector energético contó que la petrolera estatal de Venezuela le dijo que su solicitud de compra de un contrato de concesión petrolera este año tuvo que ser aprobada por Serrano. Ni Petróleos de Venezuela SA ni Serrano respondieron a preguntas sobre este tema.
“[Serrano es] un hombre muy inteligente, muy formado, que construye los nuevos conceptos de la nueva economía del siglo XXI, un hombre de gran valentía”, dijo Maduro en una feria del libro el año pasado al referirse a la obra de Serrano de 2014 El pensamiento económico de Hugo Chávez.
En una reciente decisión que pone de relieve la influencia de Serrano, Maduro optó por ignorar el plan de reformas económicas que había solicitado a la Unión de Naciones Sudamericanas, o Unasur, un bloque de inspiración izquierdista del que Venezuela es miembro fundador.
El entonces vicepresidente de Economía de Venezuela, Miguel Pérez Abad, apoyó el plan, que abogaba por subsidios directos a las familias más pobres, la eliminación de los controles de divisas y una reducción de los controles de precios, de acuerdo con dos miembros de una misión de Unasur que participaron en su elaboración.
“Esa propuesta, me parece una propuesta buena, muy razonable. Una propuesta muy, muy razonable. Muy bien hecha. Muy bien elaborada”, dijo José Antonio Ocampo, un economista de la Universidad de Columbia y ex ministro de Hacienda de Colombia que a principios de este año participó en dos reuniones preliminares de la misión de Unasur.
En mayo, Maduro pidió a la misión que le presentara la propuesta a su asesor español, quien luego argumentó en contra de ella, dijo un miembro de la Unasur que participó en la presentación. De acuerdo con esta persona, Serrano dijo que el plan omitía una reforma tributaria y que quitaba demasiado poder al Estado.
Una semana luego de la reunión, Serrano dijo en una entrevista que no tenía conocimiento de ninguna propuesta de Unasur. Pérez Abad, promotor del plan, se negó a comentar sobre el tema. El martes pasado, en uno de los recurrentes cambios de gabinete en Venezuela, Pérez Abad fue destituido por Maduro, quien no dio explicaciones sobre esta decisión. El miércoles, Pérez Abad agradeció en una serie de mensajes de Twitter al presidente la oportunidad de haber trabajado en el gobierno.
Después de estudiar economía en Barcelona y Quebec, Serrano llegó a América Latina a mediados de la década de 2000 con un grupo de intelectuales españoles anticapitalistas que más tarde pasarían a formar parte de Podemos, la agrupación de izquierda que ha sacudido el sistema bipartidista español. Estos intelectuales pronto comenzaron a asesorar a los líderes de izquierda de Bolivia y Ecuador en temas de economía, la creación de programas sociales y la elaboración de nuevas constituciones.
En 2014, Serrano creó en Ecuador el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG). Su biografía en la página web de la organización dice que Serrano ha sido profesor en ocho universidades de España y América Latina.
Cuando The Wall Street Journal contactó a esas universidades, ninguna dijo que Serrano haya tenido en ellas un cargo fijo. Cinco dijeron que el economista había impartido allí cursos como profesor visitante y las otras tres dijeron que no tenían constancia de que Serrano hubiera dictado en ellas curso alguno.
Serrano se negó a responder a las preguntas sobre su carrera académica o sobre la descripción de su vínculo con las universidades en su biografía de la página web.
Su libro de 2014 sobre Chávez —en el que llama al mentor y predecesor de Maduro un planificador virtuoso— llamó la atención del presidente de Venezuela y catapultó al economista al círculo interno de poder, dijo un funcionario del partido gobernante.
Entre sus ideas menos ortodoxas están que la inflación es causada por la lucha de clases y que la burocracia del gobierno debe ser sustituida por comunas revolucionarias que se ocuparían de todo, desde la atención sanitaria a la producción de alimentos. “El estado comunal debe ser el centro de gravedad del nuevo estado”, dijo Serrano en un discurso de julio en Caracas.
Maduro ha seguido este consejo al ordenar a comités comunitarios y al Ejército que distribuyan alimentos básicos directamente a la gente, de acuerdo con dos legisladores del partido gobernante.
Mientras tanto, la crisis se profundiza. El Fondo Monetario Internacional prevé que a fines de este año la inflación supere 700% y que el producto se contraiga 10%.
La mayoría de los economistas nacionales e internacionales culpan la escasez de alimentos de Venezuela —que ha desencadenado disturbios en el país— a los controles de precios y las expropiaciones. Para Serrano, sin embargo, la escasez es resultado de un “sistema de distribución ineficiente en manos del capitalismo especulativo”, que en su opinión permite a las empresas acaparar productos. También dice que las fuerzas reaccionarias extranjeras y locales están librando una guerra económica contra Venezuela.
El asesor español ha defendido la agricultura urbana en un país donde 40% de las tierras fértiles se deja en barbecho debido a los controles de precios y la escasez de semillas. Maduro creó el Ministerio de Agricultura Urbana y puso al frente a Lorena Freitez, una investigadora de 33 años del CELAG. Un asesor de alto rango de esta organización, Ricardo Menéndez, encabeza el Ministerio de Planificación.
“[Serrano] es típico de la izquierda europea porque viene a América Latina a experimentar con las cosas que nadie quiere [en Europa]: control estatal, controles de precios y tasas de cambio fijas”, dice José Guerra, un legislador de la oposición venezolana y ex economista jefe del banco central.
A los moderados dentro del gobierno de Maduro se les ha vuelto más difícil contrarrestar la influencia de Serrano porque desde su llegada al poder, el presidente ha fragmentado la toma de decisiones de política económica, dice Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, una consultora con sede en Caracas. Hay 10 vicepresidentes y ministros con responsabilidades económicas.
Michael Penfold, profesor de políticas públicas de la escuela de negocios IESA de Caracas, dice que cada uno de esos cargos representa a una facción diferente del partido de gobierno y de las fuerzas armadas. “En un momento en que el precio [del petróleo] estaba cayendo, tú perdiste la capacidad de responder, la capacidad de reaccionar. Entonces básicamente no hay manera de restablecer coherencia y credibilidad en la política económica”.
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