jueves, 25 de agosto de 2016

Las energías renovables no sustituyen a las convencionales. El caso alemán

Luís I. Gómez refuta en el siguiente artículo otro extendido mito, el que las energías renovables sustituyen a las convencionales, en el que suele emplearse como ejemplo el caso alemán. 
La realidad de los datos, es bien distinta a la mitología creada interesadamente. 


Ni menos CO2, ni menores precios para el consumidor, ni menos energía eléctrica generada (ni potencia instalada) por medios convencionales (petróleo, gas y carbón)...
Artículo de Desde el Exilio: 
energia e futuro
Alemania pasa por ser la punta de lanza del ejército de salvadores del clima planetario. Su política de energías renovables es una de las más citadas en los foros y literatura dedicados a la alabanza del intervencionismo estatal para conseguir un mundo mejor. Un mundo libre de la amenaza del CO2, ese gas mortal donde los haya, máxima expresión de la loca carrera industrializadora y el crecimiento descontrolado del piojo humano. No basta con depiojar el planeta, debemos conseguir que los piojos que queden abandonen su paroxismo consumista y regresen a la armonía del Jardín del Edén, donde hasta los leones se alimentaban del amor y la concordia.
Si nos vamos a la web que el Fraunhofer Institut dedica a recopilar los datos de generación de energía en Alemania, nos encontramos con algunas curiosidades. Una y otra vez  los militantes de la revolución energética y los activistas del clima reclaman y proclaman que las denominadas fuentes de energía renovables como la energía solar y eólica sustituirían a las centrales eléctricas convencionales y reducirían las emisiones de CO2. Pues parece que no es así, tal y como nos cuentan los datos:
Si se fijan bien, se darán cuenta de que los alemanes casi han duplicado, gracias a la aparición de las energías renovables, su capacidad de generación eléctrica instalada. Desde los 120 GigaVatios en 2002 hasta los casi 200 GigaVatios de hoy. Suponemos que ello se puede deber a que el consumo de energía eléctrica en el país ha seguido un crecimiento similar. Pues suponemos mal. Veamos cómo se ha desarrollado el consumo de energía eléctrica en el país, para lo que acudimos a los datos de la Agencia Federal de Medio Ambiente germana:

entw-stromverbrauch_2016-06-14
Anda! Sorpresa! Pero si el consumo de energía eléctrica en Alemania entre 2002 y 2014 apenas si ha variado… incluso ha disminuído de forma poco significativa! Bah! eso no indica nada, porque lo que realmente cuenta es cuánta de esa energía ha sido producida por renovables. Seguro que la energía eléctrica generada por medios convencionales (o sea, los malvados petróleo, gas y carbón) ha disminuído considerablemente. Y que muchas de las plantas de generación que emiten el malvado CO2 han sido cerradas. Veamos los datos (volvemos al Fraunhofer Institut):
Cómo? No puede ser! Que la potencia instalada procedente del carbón, el petróleo y el gas no ha disminuído? Que incluso ha aumentado un poco? Pero qué broma es esta?
Sería para reir, sino fuese TAN CARO. En Alemania tenemos hoy  dos parques de generación de energía, uno convencional y otro basado en sistemas de energía renovable, y la factura por mantener esos dos sistemas con vida la  debemos pagar los consumidores de electricidad. La capacidad instalada de las centrales de carbón, gas y derivados del petróleo es, desde 2002 de unos 75 GigaVatios, aumentando incluso ligeramente a 80 GigaVatios. La solar y la eólica también se agrupan en 80 GigaVatios de capacidad instalada (cada una de ellas aprox. 40 GigaVatios).
Qué está pasando?
Lo que pasa es que el sol y el viento producen energía sin atenerse a la demanda y por ello no pueden sustituir a las centrales eléctricas convencionales. Por lo tanto, las plantas convencionales son absolutamente necesarias (Reserva sistémica), y su electricidad indispensable en la red cuando el sol no brilla y el viento no sopla. Y esto será así hasta que descubramos un sistema EFICIENTE y PAGABLE de almacenaje de energía.
Las plantas convencionales que generan esta Reserva sistémica no pueden encenderse y apagarse así como quien enciende un ordenador, por lo que continuarán funcionando incluso si el sol brilla y el viento sopla con fuerza. Además, y debido a que las plantas de generación renovable reciben por ley un precio de 50 céntimos de Euro por KWh sí o sí (la ley de energías Renovables germana tiene estas cosas) el exceso de oferta, en este caso, no conduce a una bajada de los precios. La diferencia de precio real, unos 20 mil millones de Euros al año, pasa a formar parte de la factura de la luz de cada uno de los consumidores alemanes.
Por si el daño económico no fuera suficiente, nos queda por comentar el absurdo metodológico del asunto. Ya lo hace muy bien Plazaeme en su blog (lean, imprescindiblemente “Las renovables bajan el precio de la energía, tal vez la mayor trola verde jamás contada“), pero se lo recuerdo yo:
"Como las centrales de generación convencional de reserva siguen trabajando, no se reducen las emisiones de CO2, que se mantienen en niveles similares desde 2009 y no parece que vayan a disminuir considerablemente."
thg-emissionen_2016-04-06_3
Decir que todo esto que está pasando es ABSURDO se me antoja blando.

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