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Esta es una de esas entradas que llamo útiles. Sirve para discutir, por ejemplo con una pesada con la NO quieres ligar. (Si quieres, le das la razón, y punto). La pesada es vegana, y si os quedáis con los nombres impresiona mucho más.
Quien más quien menos, todo el mundo habrá oído campanas. Pero tal vez no de una forma tan clara. No es nuevo; Aiello y Wheeler lo descubrieron (pensaron) en 1995. Pero no es muy popular porque los veganos tienen más cancha en los medios de comunicación. ¿Os acordáis de cuando la carne era mala para el corazón y todo eso? Ayer mismo.
A veces pensar es útil, y esta gente pensó. Como cuando un estudiante canadiense preguntó  en una clase magistral sobre vitaminas: ¿Oiga, y si la carne no tiene vitaminas, por qué no se mueren los esquimales? Tampoco hace tanto (como hacia 1965). Aiello y Wheeler, en vez de preguntar, miraron. Concretamente este gráfico calculado detalladamente por Kleiber en la década de 1930, y que establece la llamada ley de Kleiber.
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La idea es que dado el peso de una especie, se sabe la cantidad de calor que va a emitir cada día. Y sin más enrollarse con Keiber, pasamos directamente a Aiello y Wheeler.
Problema. El cerebro consume mucha más energía (y larga mucho más calor) que el tejido medio. Como unas nueve veces más. Si a un animal le empieza a crecer el cerebro, por aquello de la evolución, con apenas cambio total de peso, según la ley de Kleiber emitirá la casi la misma cantidad de calor — porque el peso no ha cambiado apenas. Pero si está aumentando un tejido que emite unas nueve veces mas calor que el tejido medio, sin aumentar el calor total que emite, a expensas de qué otro tejido lo está haciendo?
El total de metabolismo es la suma del metabolismo de todos los componentes del cuerpo. Si uno aumenta tiene que ser a expensas de otro, para que el total se mantenga igual.
Está claro en lo que piensan. En el gráfico salen prácticamente juntos “chimpanzee” y “woman” (una mujer no vegana). Pero el cerebro de la no-vegana es mucho mayor que el del chimpa. El punto se debería salir de la raya roja, y no lo hace.  En alguna parte debe emitir menos calor para compensar el exceso producido por el mayor cerebro.
Nota: Los humanos no vienen de los chimpancés, pero como hay suficientes huesos de los distintos “eslabones perdidos” hasta el ancestro común, se puede ir calculando su peso y por tanto su emisión de calor. Y comparando con el tamaño del cerebro. Como la ley de la línea roja también valdría para animales extintos, se puede suponer razonablemente que no se salieron de ella. Y entonces …
– Para que creciera el cerebro tenía que estar reduciéndose otra cosa simultáneamente.
Y se pusieron manos a la obra. A estudiar en la literatura el metabolismo de los distintos órganos y tejidos. Encontraron que lo “metabólicamente caro” es: cerebro, corazón, riñones, hígado e intestino. Curiosamente, los músculos no están entre lo”caro”. Huesos y grasa tampoco, claro.
El siguiente paso era comparar órganos. Para un primate de 65 Kg., el corazón, los riñones, y el hígado son aproximadamente del mismo tamaño que en un humano del mismo peso. El mayor metabolismo de un mayor cerebro se compensa con un sistema digestivo mucho menor. Aproximadamente la mitad de tracto digestivo en los humanos que en los otros primates.
Y aquí viene la guasa. ¿Se pusieron los humanos a cazar más que los chimpas, porque al tener un cerebro más grande eran más inteligentes? ¡No señor! No podían haber sido más inteligentesantes de ser menos “triperos”. Se hubieran salido de la raya roja. Y no lo hicieron (para eso sirven las leyes).
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Tuvo que ser al revés. Al ir comiendo poco a poco mayor proporción de carne (los chimpas  la comen una vez cada varias semanas), fueron necesitando muchas menos “tripas”. La carne se digiere casi sola, y no hay casi nada que “transformar” ahí. Un perro, por ejemplo, todavía tienen un sistema digestivo más corto y rudimentario que nosotros. Pero a nosotros nos sentarían mal muchas cosas que comen los chimpancés, como a los perros les sientan mal cosas nuestras.
Esquema: comer más carne libera sistema digestivo. ¿Y qué hacemos con esa liberación? ¡Coño!, pues ya que estamos cazando más, y no somos ni rápidos ni fuertes, convendría aumentar la neurona. En esas condiciones, rinde. O sea, comer (más) carne nos hizo humanos.
– ¿Y la vegana?
– La vegana va camino de vuelta, hacia chimpancé. Son muy graciosas, las chimpas. Se comen el paisaje.
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Foto Nils Axel Braathen, en Flickr.
Liga con carnívoras, por si acaso. Aviso.
La idea se llama Hipótesis del Tejido Caro (The  Expensive-Tissue Hypothesis). Se publicó en 1995 en Current Anthropology. Leslie Aiello y Peter Wheeler.
Fuente:
Entrada robada con descaro a Michael R. Eades: