sábado, 9 de febrero de 2013

Exportaciones o déficit. Cara y cruz de un año incierto. (Política, Economía. 1.238)

Daniel Lacalle muestra el cierto riesgo que tiene la complacencia de los políticos, que ante relajaciones de las tensiones de los mercados, y un mayor apetito por el riesgo, lejos de realizar ajustes necesarios, siguen endeudándose a marchas forzadas con la ilusión de que las exportaciones salvarán la papeleta (cuando son muy insuficiente respecto a nuestras necesidades), el apetito por el riesgo y por tanto la demanda de más deuda española seguirá creciendo o se mantendrá indefinidamente (aunque se mantengan los problemas estructurales y se agraven los provocados por la deuda y el déficit incontrolado).

Y es que como bien dice, hay que esperar lo mejor, pero prepararse para lo peor. Por si acaso. Es decir, hacer primero los deberes y luego esperar milagros, que si éstos llegan será mucho mejor:

Artículo de Cotizalia:

“Spain Has Potential to Drag Down Whole Euro Area” Fitch
“The worst is behind us” Barclays

Hace una semana Francois Hollande, presidente de Francia, afirmaba que “la crisis del euro ha pasado”. Y como no podía ser de otra manera, fue hablar y las primas de riesgo de los países periféricos se dispararon.

Las explicaciones sobre la causa de este deterioro tras meses de euforia y “éxitos” colocando deuda no se dejaron esperar. Por un lado, por el riesgo de que vuelva Berlusconi a Italia, a medida que acorta distancias electorales, y el miedo a un “shock institucional” en España ante las acusaciones de unos y otros partidos de corrupción. Parte de razón tienen, claro, pero los medios de comunicación siempre obvian la razón más evidente: Acumulación y saturación de deuda en la misma Europa frágil y estatizada.



Como siempre ocurre, sobrevaloramos las mejoras en el entorno de financiación. Escuchamos a los bancos que nos dicen que los inversores se van a lanzar a comprar bonos eternamente pase lo que pase “porque no pueden poner el dinero en otro lado” y que, por lo tanto, no hay que preocuparse por los fundamentales, aunque sigan deteriorándose. Lo dicen todos los años por estas fechas, como un vinilo rallado.

Luego vienen las sorpresas. Porque los problemas son los mismos. En vez de aprovechar para tomar medidas agresivas de ajuste cuando se relajan los mercados, aprovechan para tirar de la tarjeta de crédito. Total, paga usted. Ya lo discutiremos en una cumbre.

El apetito por riesgo no es eterno ni incondicional

Una cosa es que se dé un proceso temporal de apetito por riesgo y otra que sea el reflejo de una mejora fundamental, o que sea duradero.

Esta semana me he reunido con varios fondos internacionales y todos repiten lo mismo. Claro que están dispuestos a incluir cierta exposición periférica en sus carteras –eso es bueno, reconozcámoslo-. Pero no más de un 20-25% del total. Gestión de riesgo normal que nuestros políticos ignoran.
Si un servidor se equivoca y el apetito inversor es duradero, pero se llevan a cabo medidas urgentes de atajar el gasto y la deuda (“el lápiz rojo, ya”) , el país dependerá menos de la financiación en los mercados y será más fuerte.

Si no me equivoco, y como me temo el apetito inversor se desvanece, pero se aplica el lápiz rojo, nos evitamos otra crisis de deuda.

Pero si nos lanzamos al optimismo, relajamos los ajustes y no me equivoco en la temporalidad de la euforia, estamos entregados definitivamente al prestamista, la Troika. Y será peor.

Pero nada, es más fácil creerse que los inversores ignorarán las dificultades macroeconómicas de un país porque “no les queda más remedio” para conseguir cierta rentabilidad. Y eso que los últimos siete años demuestran lo contrario. El inversor en bonos acepta riesgo hasta límites muy estrictos y asegurándose de que las promesas se cumplen.

Mientras el país se debilita a medida que se endeuda

Los mismos políticos que claman contra la ridícula dictadura de los mercados se entregan a la especulación, la de “el año que viene crecemos” -los temibles “planes de crecimiento” que tanto daño han hecho- y a hipotecar el futuro de las próximas generaciones endeudándose “con enorme éxito”. Pedimos planes de empleo olvidando que la UE ha tirado miles de millones en ellos sin resultado, cuando lo que hace falta es atraer emprendedores con menos impuestos.

Pero las exportaciones nos van a sacar del hoyo. ¿A todos?

Todos los países que analizo asumen que en 2013 y 2014 aumentarán sus exportaciones.

El gran cambio de tendencia que nos comentan son las exportaciones. En todos los países que seguimos, todos. Como dice un lector mío “como no exporten a Ganimedes…”

Conviene ser cautelosos. Las exportaciones suponen un 30-32% del PIB de España. Incluso si aumentan un 10%, son solo unos 35.000 millones de euros, menos de la mitad de las necesidades netas adicionales de financiación. Es decir, la acumulación de deuda y el déficit se comen la mejora de las exportaciones. Además el 70% del PIB restante está en contracción.

Me dicen que el número de entidades haciendo negocio en el extranjero ha crecido un 12%. Bien, pero la enorme mayoría de las exportaciones (90% del total) se concentran en un número limitado de empresas (el 10% de todas), según datos de BBVA. Es decir, como las grandes fallen, las expectativas de crecimiento se disipan. Y ninguna de las compañías que han publicado resultados ha anunciado un aumento en 2013.

Déficit … un pasito p’alante… un pasito p’atrás

La deuda de los países europeos sigue creciendo. En 2013 un billón y medio de euros adicional. Las estimaciones de déficit de España ya se mueven en los niveles del llamado “siete y uno”. 7% de déficit y 1% adicional de “excepcionales” –subsidio a la banca y otros-. Las previsiones más optimistas asumen un 5% de déficit en 2013. Combinados son unos 145.000 millones más de deuda. Mientras, las expectativas de PIB se mueven entre –0,5% y -1,4%, y las de paro alrededor del 26,5%, a medida que los impuestos ahogan cualquier oportunidad de recuperación de una demanda interna que se espera caiga un 3,8%.

Si queremos que las exportaciones realmente ayuden al crecimiento, el gasto no puede mantenerse y anular todo efecto positivo.

¿Cuál es el mayor problema para la prima de riesgo? Que el déficit vaya revisándose al alza entre febrero y abril. Primero por incluir los “extraordinarios” –que luego se convierten en ordinarios-, luego por revisión del PIB. Y para entonces ya se pone en duda el objetivo de 2013.



¿Es imposible de solucionar?

Hombre, si Castilla la Mancha, País Vasco, Madrid o La Rioja y otras pueden llevar a cabo procesos de ajuste excepcionalmente duros, el Estado Central y el resto de las autonomías también pueden. Y deben.

Si no, el paro pasa de ser un problema a ser estructural, porque volverán a subir impuestos, hundiendo la recuperación y sin poder contar con “adelantos” de recaudación.



El ajuste del sector público y financiero, añadido al control férreo del gasto es la solución a un problema de deuda que ahoga las posibilidades de generar empleo y crecimiento. Porque recuerden, incluso si se reduce el “crowding out” del estado que comentábamos aquí, es muy difícil que vuelva el crédito al sector privado- por el enorme peso de los prestamos zombi existentes y porque en Reino Unido, por ejemplo, no se ha recuperado después de siete años.

Oh, pero me olvido. “La deuda no importa” porque los fondos extranjeros ante cifras de tal calidad y solidez nos van a sacar de esta crisis… Porque “no tienen otro sitio donde invertir”. Yo pienso que es mejor prepararse por si esa “generosidad” no se da.

Esperemos lo mejor, pero preparémonos para lo peor. Por si acaso.

Ya sé. Los economistas no sabemos predecir cambios de ciclo tan “positivos” como el que “indudablemente” estamos viviendo. Ya sé, no importa, porque en 2014 habrá pasado todo… pero para entonces la deuda sobre PIB se habrá disparado al 110%.

¿No será mejor prepararse para ese anhelado oasis habiendo hecho los deberes en vez de esperar milagros que no dependen de nosotros? ¿o seguimos empobreciéndonos a base de deuda, con el traje raído esperando una supuesta futura fiesta, como la chica de la canción de The Velvet Underground?

“Y qué traje usará la pobre chica para todas esas fiestas futuras? Un vestido de segunda mano de quién sabe dónde” (And what costume shall the poor girl wear to all tomorrow's parties? A hand-me-down dress from who knows where)."

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