miércoles, 6 de febrero de 2013

El aval “tácito” de la deuda autonómica. (Política, Economía. 1.224)

Este artículo muestra una situación que está ocurriendo hoy, y es que el Estado está avalando la deuda de las autonomías, cometiendo un gran error e injusticia, con el dinero del resto de españoles, que además no disfrutan de ninguna rentabilidad:

"Las Letras del Tesoro a un año apenas ofrecen una rentabilidad del 1,4%,mientras que emisiones de diversas comunidades autónomas con vencimiento inferior a un año ofrecen tipos superiores al 5% a los actuales precios de mercado.  Lógicamente dicha diferencia de rentabilidad se basa en el mayor riesgo asumido al invertir en bonos de determinadas CC.AA. en lugar de hacerlo en deuda del Tesoro. A mayor riesgo, mayor rentabilidad. Obvio, o así debería ser.
Quien desea correr el mínimo riesgo posible de insolvencia del emisor invierte en deuda del Tesoro. Como contrapartida a dicha seguridad, la rentabilidad recibida es muy reducida. Por el contrario, el que invierte en bonos autonómicos recibe una mayor rentabilidad como contraprestación al mayor riesgo asumido. Si los bonos autonómicos contaran con un aval formal del Estado, su rentabilidad sería inferior y más cercana a la rentabilidad ofrecida por la deuda del Tesoro.
Una de las constantes de esta crisis financiera ha sido aplazar la solución de los problemas: refinanciar cuantas veces sea necesario antes de reducir la deuda vía reestructuración de la misma. En la reordenación del sector financiero en curso, los bancos (cajas) con necesidad de ayudas estatales finalmente han tenido que reconocer las pérdidas implícitas de todos aquellos créditos refinanciados ligados al sector promotor y constructor. En este caso, las refinanciaciones sólo han servido para demorar el reconocimiento de las pérdidas y aumentar la deuda acumulada al sumar a la deuda inicial los intereses de las consecutivas refinanciaciones.
Ahora el Estado se encuentra ante una difícil disyuntiva respecto a qué hacer con la deuda autonómica. Un elevado número de CC.AA., ante la imposibilidad de emitir bonos en los mercados financieros a tipos sostenibles, solicitan al Estado Central, a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), recursos para hacer frente al déficit de sus cuentas públicas y para poder cubrir los vencimientos de sus bonos emitidos con anterioridad. Así, a modo de ejemplo, de los más de nueve mil millones de euros solicitados por la Generalitat catalana, 7.684 millones irían destinados a afrontar los vencimientos de deuda de este año.
Si el Estado accede a las peticiones de recursos de las distintas CC.AA. y les “refinancia” a través del FLA las cantidades necesarias para afrontar los vencimientos de deuda, estará otorgando un aval “tácito” a los bonos autonómicos. Los tenedores de dichos bonos habrán obtenido una rentabilidad sensiblemente superior a la obtenida por los tenedores de deuda del Tesoro sin haber asumido el riesgo inherente a su inversión.
Este año vencen más de 14 mil millones de euros de CC.AA., el año que viene más de 24 mil millones de euros. Todas las emisiones autonómicas ofrecen rentabilidades sensiblemente superiores a las que se pueden obtener en emisiones del Tesoro a los mismos plazos. Si el Estado facilita los recursos a las CC.AA. para hacer frente a sus vencimientos de deuda financiera estará lanzando al mercado una señal muy peligrosa. De hecho, estará explicitando un aval tácito a dichas emisiones. Entonces,¿por qué no vender la deuda del Tesoro y comprar deuda autonómica? La respuesta es sencilla porque el aval tácito del Estado a los bonos autonómicos es una práctica insostenible en el tiempo.
Cuando existe un exceso de deuda como ocurre en la actualidad, es casi inevitable la reestructuración de la misma de una forma o de otra. Los acreedores de la mayoría de empresas en concurso, entre ellas las inmobiliarias, ya han padecido quitas. Los tenedores de subordinadas y preferentes de los bancos (cajas) con ayudas públicas también han sufrido o sufrirán “reestructuración” de sus posiciones.
Si el Estado va a acabar haciendo frente a los vencimientos de la deuda de todas las CC.AA. cuando éstas no sean capaces de afrontarlos por sí mismas, más vale que se reestructure ya dicha deuda, cambiando a los titulares deuda autonómica por deuda del Estado a un tipo de interés inferior. Al menos se reduciría la carga financiera conjunta. De no ser así, se estará rescatando a los bonistas de la deuda autonómica con dinero público. No es sostenible en el tiempo que la mayor rentabilidad percibida no esté asociada a un mayor riesgo. "
Fuente: Cotizalia

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