miércoles, 19 de febrero de 2020

Así ha tratado Valencia a la empresa que traía 120 millones para construir una noria gigante

Dani Valero muestra el trato del actual gobierno de Valencia (PSOE, Compromis y Podemos) a la inversión, mostrando el esperpéntico caso de la empresa que traía 120 millones de euros, creando infraestructuras, empleo e ingresos para la región. 
Una extrapolación que permite entender los resultados negativos, la mayor pobreza, las mayores tasas de desempleo...en aquellas regiones/países que precisamente tienen dichos discursos y políticas anti inversión. 

Artículo de El Economista: 
Ramn Marrades Vicent Llorens y Joan Rib EERamón Marrades, Vicent Llorens y Joan Ribó. EE
Cuatro años de trámites burocráticos y hasta cinco versiones del proyecto para rechazar finalmente una inversión privada de 120 millones por cuestiones políticas, no por razones técnicas. Este es el trato que ha recibido la empresa Circular View -vinculada al London Eye- en su intento de crear en la ciudad de Valencia una noria gigante al estilo de la popular atracción británica.
La enseña planteó su iniciativa a la ciudad en 2015 con la intención de ubicarla junto al Museu Oceanogràfic. En 2016, a propuesta expresa del propio Ayuntamiento, la rediseñó para plantearla en la Marina de Valencia, y después modificó el proyecto hasta en cuatro ocasiones más (dos en 2016, una en 2017 y otra en 2018) para adecuarla a las peticiones de la entidad. Todo ello con un coste superior al millón de euros y para que que el 'no' final responda a que la ciudad, finalmente, resulta que no quería una noria.
Cuatro de las versiones de la noria presentadas por la empresa. EE
"¿No podían habérnoslo dicho al principio?", lamenta la empresa, que ha desglosado a elEconomista los principales hitos de su interlocución con las administraciones públicas valencianas desde que llegó a la ciudad. Su relato aflora los múltiples trámites que realizó a petición de una administración que ahora rechaza la iniciativa porque no quiere convertir la Marina en "un parque temático para rentabilizar una noria", según declaró esta semana el alcalde, Joan Ribó (Compromís). Días atrás la vicealcaldesa, Sandra Gómez (PSPV), también afirmó para sorpresa de la compañía que en el consistorio "no se hace urbanismo a la carta".
Los argumentos de ambos políticos son comprensibles, máxime en una ciudad que salió escaldada de sus grandes proyectos y cuyos gobernantes miran ahora con recelo cualquier propuesta grandilocuente (como lo es una noria de 120 metros de altura con capacidad para 500 personas). Pero sus escuetas explicaciones en absoluto se ajustan al relato de lo ocurrido de la empresa, que asegura haber discurrido paso a paso por el tedioso proceso marcado por la Marina de Valencia y explica con transparencia el procedimiento que siguió.
La Marina de Valencia, por contra, da la callada por respuesta. Preguntada al respecto por este diario ha rechazado en reiteradas ocasiones detallar su versión de lo ocurrido. El organismo controlado por Compromís a través de Vicent Llorens considera que no debe explicar a la ciudadanía por qué ha declinado una inversión privada de 120 millones tras más de cuatro años analizándola.

Calabuig, contacto inicial

Según expone Circular View, la empresa mantuvo su primera reunión con el Ayuntamiento de Valencia el 4 de noviembre de 2015, con el entonces concejal socialista Joan Calabuig. La idea inicial de la firma era desarrollar el proyecto en unos terrenos de propiedad privada junto al Museu Oceanogràfic, pero el dirigente les advirtió de que la recalificación del suelo retrasaría mucho el proyecto y les aconsejó proyectarla en la Marina de Valencia, gestionada por el Consorcio Valencia 2007.
El entonces director en funciones, Fernando Soriano, les recomendó proyectar la iniciativa en el espacio libre entre las escalinatas de madera y la pérgola modernista del lugar, ubicación en la que se habían instalado norias desmontables con anterioridad. Antes del cierre de 2015 la empresa recibió confirmación oficial de que los usos de la parcela permitirían la instalación de una noria gigante como la que planteaban, de modo que redactó su primera propuesta formal, que presentó por registro de entrada al Ayuntamiento a los pocos meses.
A mediados del 2016 se produjo un cambio en la dirección de la Marina de Valencia. Se incorporaron Vicent Llorens y Ramon Marrades. Pese a que tuvieron que empezar de nuevo las negociaciones, Circular View asegura que les recibieron "con los brazos abiertos". El primero les llegó a decir -afirman- que podrían convertirse en los "salvadores" de la Marina, cuya deuda supera los 460 millones de euros. Les instó a impulsar ellos mismos, como empresa privada, una Modificación del Planeamiento Urbanístico de la Marina. Además, tras contemplar una posible Declaración de Interés Comunitario para agilizar su proyecto, les comunicaron finalmente que deberán acudir a una licitación por el espacio, desgranan.

Marrades la ve "muy comercial"

La empresa, ante tales indicaciones, elaboró una nueva propuesta formal (la segunda) que presentó tanto a la Marina como al Ayuntamiento. Y ante la misma Marrades se opuso por considerar el proyecto "muy comercial" al proyectar un edificio anexo -en la parcela denominada A3- que contemplaba la venta de entradas, las oficinas de los empleados, la maquinaria, tiendas de regalos, una zona cultural y un área de restauración. Según la empresa, Marrades exigió que se eliminara este edificio del plan para continuar. Corría el verano de 2016.
Figuración de la noria en La Marina. EE
Este cambio supuso un giro de 180 grados para la empresa, que explica que el London Eye cuenta en la capital británica con un gran edificio anexo para atender todos estos servicios. Pese al "encontronazo" decidieron seguir adelante, y en octubre de 2016 la empresa presentó su tercera propuesta (ya como Modificación del Plan Urbanismo y con un Estudio de Paisaje incluido). En concreto, propuso la creación de una nueva parcela -llamada A22- que sumaba varias parcelas pequeñas más con el objetivo de construir en un espacio compacto la noria y, bajo la misma, el edificio para su terminal y los servicios.

"Ya vamos adelante"

Pero tampoco convenció a las administraciones. La Marina les reprochó que "la ubicación no era buena" -según Circular View- y el Ayuntamiento rechazó la Modificación del Plan de Urbanismo por haberlo presentado una empresa privada (debía haberla presentado la Marina). En consecuencia, la mercantil desarrolló la que ya era su cuarta versión de la noria para Valencia y la segunda propuesta de Modificación del Plan Urbanismo. La presentó por registro en la Marina en julio de 2017, y ese año se agotó en negociaciones con los integrantes de la Marina (Ayuntamiento, Generalitat y Gobierno de España) para que todos respaldaran el proyecto. "Ya vamos adelante", llegó a trasladarles Llorens entonces, afirma la compañía.
Figuración de la noria. EE
Pero en enero de 2018 les informaron de que tampoco la veían con buenos ojos. Les pidieron que el edificio de la terminal tuviera como mucho tres metros de altura, no los diez del proyecto. La empresa asegura que aquí decidió "plantarse", al considerar imposible albergar en esos tres metros de altura la plataforma de embarque para los 500 usuarios de la noria. Según agregan, les propusieron buscar "un término medio", de modo que Circular View se puso a trabajar en la que ya era la quinta versión de la noria y la tercera propuesta de Modificación del Plan Urbanismo, basándose ahora en los últimos requisitos que le proponía la Marina de Valencia.
Ya en julio de 2018 se produjo "una reunión con todas las partes implicadas" en la que la empresa asegura que le trasladaron su visto bueno a la quinta y última fórmula, tanto a su diseño como a los documentos, estudios e informes presentados. Hasta el punto que les precisaron que esperaban licitar la parcela en el mes de septiembre de ese año. No obstante, dicho mes les trasladaron que la Modificación del Plan Urbanismo había quedado "en pausa" para incorporar a la misma otros proyectos, entre los que se encontraba la Torre Eólica proyectada en la Marina Sur.

La estocada

2019, con sus múltiples citas electorales, fue un año de bloqueo, según la empresa. Sí avanzaron con los técnicos, de los que la firma destaca su buen hacer para sacar adelante el proyecto, pero ni la licitación ni la Modificación del Plan Urbanismo prometidas vieron nunca la luz. Las continuas reuniones que solicitaba la mercantil se postergaban, hasta que en diciembre la concejal Pilar Bernabé (PSPV) y el propio Vicent Llorens les comunicaron, cuatro años después de que comenzara el proceso, que rechazaban la iniciativa.
¿Las razones? Según la empresa, que preferían destinar el espacio de la Marina a la instalación de empresas tecnológicas y que no querían gestionar la noria cuando expirase la concesión de 25 años planteada por Circular View. Dos argumentos que pudo haber expuesto de inicio a la empresa en 2015 evitando a la misma cuatro años de trámites y la elaboración de cinco versiones de una noria que llegó a estar a la espera de la licitación del espacio.

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