lunes, 24 de mayo de 2021

California debate cambiar las matemáticas para ajustarlas a los dogmas de la izquierda

Elentir muestra algo que ya he mostrado en otros artículos, otro nuevo escándalo y paso en el adoctrinamiento de la educación, que comienza en EEUU, para ser llevado a cabo luego en otras latitudes. 

Las políticas posmodernas de la izquierda radical siguen dominando de manera creciente cada aspecto de la vida de los ciudadanos, y no tiene límite. 

Lo último es la polización ideológica de las matemáticas, que son racistas por ser objetivas. El posmedernismo ataca la objetividad y trata de imponer la relativización de todo, para deconstruir cualquier elemento y rehacerlo según sus postulados, por absurdos, anticientíficos o contradictorios que puedan ser. 

Pues ya se sabe, si no hay nada objetivo, todo es subjetivo, todo es opinión, incluso 2+2=4. Y esto es de suma importancia para imponer sus teorías críticas marxistas y colectivistas (desarrollado en otros artículos). 

Y lo que está introduciéndose en California es realmente escandaloso. Y no pasa nada. Todo es por una falsa justicia e igualdad con la que son capaces de llevar a cabo cualquier locura (como se justificaban los actos de los regímenes totalitarios del siglo XX). 


Artículo de Contando Estrelas: 



Hace tres años os traje un vídeo que parodiaba el posible sometimiento de las matemáticas a los dogmas de la corrección política.

Chesteron: «Se encenderán fuegos para testificar que dos y dos son cuatro»

Aquel vídeo mostraba a una profesora siendo reprendida por pretender enseñarle a un niño que 2+2=4. En su libro “Heretics”, publicado en 1905, G.K. Chesterton ya advertía del peligro que acabaría corriendo la verdad en aras del relativismo: “Se encenderán fuegos para testificar que dos y dos son cuatro. Se desenvainarán espadas para demostrar que las hojas son verdes en verano”.

El disparatado marco curricular de matemáticas que se debate en California

Pues bien: este martes, el prestigioso periódico estadounidense The Wall Street Journal publicó un artículo de Williamson M. Evers, que fue subsecretario de educación de EEUU para la planificación, evaluación y desarrollo de políticas de 2007 a 2009 y que actualmente dirige el Centro de Excelencia Educativa en el Independent Institute de Oakland, California. El artículo se titula así: “Izquierdistas de California intentan cancelar la clase de matemáticas”.

«Las “matemáticas” de la agitación política y la organización serán algo natural»

Evers advierte: Si los funcionarios de educación de California se salen con la suya, es posible que generaciones de estudiantes no sepan cómo calcular los pies cuadrados de un apartamento o el área de un campo agrícola, pero las “matemáticas” de la agitación política y la organización serán algo natural para ellos. Alentar a los talentosos en matemáticas a brillar será un recuerdo lejano”. Evers se refiere a la revisión del marco curricular que está llevando a cabo el Departamento de Educación de California, pendiente de aprobación en la Comisión de Calidad de Instrucción de California en reuniones previstas para esta semana y para agosto, y que deberá ser ratificado por la junta de educación estatal a finales de año.

¿Que las matemáticas sean una ciencia exacta es una forma de racismo?

Evers describe en el terce párrafo de su artículo las pretensiones de ese nuevo marco curricular para la enseñanza de las matemáticas en California:

«El marco recomienda ocho veces que los maestros utilicen un documento preocupante, “Un camino hacia la instrucción matemática equitativa: Desmantelando el racismo en la instrucción matemática”. Este manual afirma que los maestros que abordan los errores de los estudiantes de manera directa es una forma de supremacía blanca. Establece indicadores de “cultura de la supremacía blanca en el aula de matemáticas”, incluido un enfoque en “obtener la respuesta correcta”, enseñar matemáticas de manera “lineal”, exigir a los estudiantes que “muestren su trabajo” y calificarlos según el conocimiento demostrado de la materia. “El concepto de que las matemáticas son puramente objetivas es inequívocamente falso”, explica el manual. “Mantener la idea de que siempre hay respuestas correctas e incorrectas perpetúa la ‘objetividad'”. Aparentemente, eso también es racista».

Un marco que destrozaría la enseñanza en su función de ascensor social

El actual marco curricular de matemáticas es exigente, y eso, según Evers, benefició especialmente a los estudiantes de minorías étnicas y de bajos ingresos: “Si bien el éxito de los estudiantes se triplicó en general, la tasa de éxito de los estudiantes afroamericanos se multiplicó por cinco y la de latinos y de bajos ingresos se multiplicó por seis“. Tengamos en cuenta que una educación de calidad y exigente es un formidable ascensor social que permite a los menos pudientes aspirar a una vida mejor gracias a su talento y su esfuerzo. Pero la izquierda considera que esa forma de pensar es discriminatoria. Evers lo explica así:

«El marco rechaza explícitamente “ideas de dones y talentos naturales”. El hecho de que algunos sean talentosos en matemáticas implica que otros no lo son, y esto es “injusto”. Los autores del marco también temen que aquellos designados como “dotados” puedan sufrir daños en sus frágiles egos si luego pierden esa designación. Así que escribe un obituario para programas para superdotados y talentosos, lo que obstaculizaría el ascenso de muchos niños talentosos en California».

Pretenden convertir esta asignatura en un medio para la agitación política

Pero lo más pasmoso llega a la hora de abordar la finalidad que debe tener esa asignatura. Evers lo describe así:

«La agenda de la propuesta se vuelve clara cuando dice que las matemáticas deben enseñarse para que puedan usarse para la “justicia social”. Exalta a una maestra de ficción que usa la clase para desarrollar la “conciencia sociopolítica” de sus alumnos. Las matemáticas, dice, son una herramienta para “cambiar el mundo”. Se supone que los maestros deben adoptar una “pedagogía culturalmente relevante”, que incluye “la capacidad de identificar, analizar y resolver problemas del mundo real, especialmente aquellos que resultan en desigualdades sociales”».

Así, las matemáticas ya no servirían para adquirir los conocimientos propios de una ciencia exacta como ésa, sino que en ella “los estudiantes deben desarrollar una conciencia crítica a través de la cual desafíen el status quo del orden social actual”. Esto afecta a todos los niveles de la enseñanza, empezando por sus primeros años, por lo que las nociones más básicas de matemáticas estarían también amenazadas por esa revisión: “Los maestros pueden adoptar una perspectiva orientada a la justicia en cualquier nivel de grado”, apuntan los revisores.

«¿Cómo vamos a construir puentes, lanzar cohetes o avanzar tecnológicamente?»

Evers denuncia lo que eso implica: Este programa es todo un bajón para las matemáticas, de una disciplina académica objetiva a una herramienta para el activismo político. La sociedad se verá perjudicada: con menos gente que sepa bien las matemáticas, ¿cómo vamos a construir puentes, lanzar cohetes o avanzar tecnológicamente? Los estudiantes pagarán el precio más alto, y no solo en California. Como hemos visto antes, lo que comienza en California no termina aquí”. La pregunta que cabe hacerse, vista la evolución de la izquierda académica en el mundo, es: ¿cuánto tardará eso en llegar a otros sitios?

Foto original: iStock.

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