Juan Ramón Rallo desgrana en esta ponencia la aclamada Economía del Bien Común de Felber, exponiendo sus múltiples aberraciones económicas, que serían llevadas a cabo cual régimen fascista o comunista con el uso de la fuerza y contra todo tipo de libertad, como así reconoce el propio autor (con buenas palabras por supuesto, al no saber el consumidor lo que es mejor para él). Prometiendo cual régimen totalitario el futuro paraiso (los fascistas lo prometían cuando hubieran acabado con los inferiores y los comunistas cuando se hubieran impuesto el proletariado al resto a la fuerza también).
Una serie de medidas que no tienen ingún tipo de sustento racional, y que llevarían por múltiples causas a una economía del Empobrecimiento Común, con una escasez espectacular en muchos productos y sectores, la ausencia del ahorro para producir inversión y bienes de capital futuros (y progreso) y con un despilfarro absoluto de recursos (destinado a cualquier tipo de proyecto por innecesario que fuera para el consumidor) que harían ir al desastre al sistema y a la pobreza a sus integrantes (dando la espalda a lo que la gente o el cliente o consumidor quiere y produciendo lo que el trabajador o empresa quisiera sin considerar factores de demanda, de mercado, de precios, de beneficios (absolutamente necesarios para conocer cuales proyectos son buenos y cuáles ruinosos, que es lo que demanda y necesita la gente y qué es lo que no, dónde hay que dirigir los recursos y dónde no...)
La pena es que por una cuestión de tiempo no se pueda entrar más al detalle sobre las consecuencias dramáticas para la sociedad que conllevaría la aplicación de dicho sistema y sus medidas concretas, porque muchas son de auténtica locura (sus consecuencias, claro, ya que el envoltorio a priori suena muy bien, especialmente para los incautos que no entienden o conocen el funcionamiento o el motivo de la existencia y uso de aquello de lo que mayoritariamente se habla o se pretende eliminar:
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