Diego Sánchez de la Cruz se hace eco de John A. Allison al respecto de la crisis financiera en USA y la solución del mercado, donde tumba la falsa creencia (y muy repetida) de la desregulación del sistema financiera (de hecho es probablemente el sector más regulado de todos) y la gran responsabilidad de la misma y de la intervención del Estado en la crisis (canalizada hacia la burbuja inmobiliaria y bien que lo consiguieron), comentando a su vez algunas recetas para salir de la crisis.
Artículo de Negocios.com
"John A. Allison ha sido uno de los Consejeros Delegados que más tiempo ha ocupado la dirección de una entidad financiera de primer nivel. Entre 1989 y 2009, Allison encabezó el banco BB&T, gestionando un espectacular crecimiento de los activos de la entidad, que pasaron de 4.500 a 152.000 millones de dólares. Bajo su gestión, la compañía se convirtió en la décima más grande del país. Ya retirado de sus responsabilidades en el ámbito financiero, Allison ha sido reconocido por Harvard como uno de los directivos más exitosos de las últimas décadas. Reconocimientos así le han invitado a publicar el libro La crisis financiera y la solución de mercado, que ha cosechado un importante éxito editorial.
En este ensayo, Allison afirma que es completamente falso que el sector financiero estuviese funcionando sin apenas regulación hasta el comienzo de la crisis. Según Allison, “solamente en la presidencia de Bush se aprobaron normativas con enormes implicaciones regulatorias para los bancos: la Ley Sarbanes-Oxley, la Patriot Act y la Ley de Privacidad”. Al respecto, subraya que “muchas de estas regulaciones ni siquiera son coherentes. La Patriot Act y la Ley de Privacidad son incompatibles: la primera viola lo que la segunda pretende proteger”.
En este sentido, Allison lamenta que numerosos observadores sigan insistiendo en hablar del sistema financiero como paradigma de desregulación. Como explica en su libro Allison, “el sector tecnológico es quizá el menos regulado de nuestra economía, y por eso prospera. En el ámbito de los servicios financieros ocurre lo contrario: es probablemente el sector más intervenido de todos los que conforman la economía de Estados Unidos”.
Sobre este punto, cabe hacer las siguientes observaciones:
La Comisión de Valores e Intercambios (SEC), agencia federal responsable de la supervisión financiera, aumentó su personal un 26% entre el 2000 y el 2008. Desde finales de los 80 hasta hoy ha emitido 74 regulaciones al año. Entre 1980 y 2009, por cada regulación financiera retirada se crearon cuatro nuevas regulaciones. Los gastos de las entidades financieras derivados del cumplimiento de las regulaciones del sector saltaron de alrededor de $600 millones a comienzos de los 80 a más de $2.300 millones en 2008.
Como explica Allison, esta enorme intervención pública “se canalizó principalmente hacia la “burbuja” inmobiliaria” precisamente porque así lo dispusieron las diferentes legislaciones encaminadas a promover el acceso a la vivienda. En palabras de Allison, “era política subprime y eso solamente podía llevarnos a una economía subprime”.
¿A qué se refiere exactamente Allison cuando habla de política subprime?
En esencia, a la combinación de una política monetaria basada en el dinero barato con el desarrollo de medidas y regulaciones que canalizaron el crédito de forma excesiva hacia el ámbito inmobiliario. En este sentido, las hipotecas subprime son inseparables de las garantías otorgadas por el Estado a través de gigantescas corporaciones como Fannie Mae y Freddie Mac, ambas creadas para promover la compra de vivienda entre personas de menos recursos.
¿Cómo salimos de esta?
John Allison cree que las recetas que deberían aplicarse a corto plazo incluyen la abolición de la Reserva Federal (“solamente ha servido para reducir la volatilidad a corto plazo a cambio de aumentarla e intensificarla a largo plazo”), la reducción del gasto en defensa (“Estados Unidos podría reducir esta partida significativamente y seguiría muy por delante de los demás países del mundo”), la reducción del salario mínimo (“genera paro y distorsiones en el mercado laboral”) y el compromiso de no rescatar compañías quebradas (“solamente respetando la competencia conseguimos una economía de mercado capaz de ajustarse”).
Para para el ex director de BB&T, la salida de la recesión no debería explicarse únicamente en términos económicos, sino también morales. “Hoy en día, se defiende todo tipo de derechos que, en la práctica, nunca son financiados por los interesados. Todos tenemos derecho a tener una casa, pero no a exigir que otros nos la paguen. Una economía con esta filosofía no funciona”.
En este sentido, Allison señala que “la mentalidad infantil del todo gratis” lleva al fin de la responsabilidad personal: “si el 51% está convencido de que puede obtener los resultados de la producción y del trabajo del 49%, esa sociedad está enferma”."
No hay comentarios:
Publicar un comentario