Sandra León muestra la respuesta de los ingenieros aeronáuticos a la intención de Pedro Sánchez (PSOE) de prohibir los vuelos cortos en España...
Artículo de Libre Mercado:
Un avión de Iberia | Archivo
Entre las múltiples polémicas que ha dejado sobre la mesa el controvertido Plan España 2050, destaca la intención del Gobierno de suprimir los denominados vuelos cortos, con el objetivo de reducir el impacto medioambiental del transporte aéreo. Como telón de fondo, el objetivo anunciado por Pedro Sánchez de alcanzar "una sociedad neutra en carbono, sostenible y resiliente al cambio climático".
La última ocurrencia del Ejecutivo socialista ha hecho saltar todas las alarmas entre los miles de ciudadanos que echan mano de vuelos regionales para acudir a compromisos profesionales o que, simplemente, prefieren la rapidez del avión para visitar a sus familiares o viajar por España. De ahí la importancia de conocer cuál es el verdadero impacto de estos trayectos en la lucha contra el cambio climático.
El impacto real será "prácticamente nulo"
A pesar de que Pedro Sánchez evitó aportar datos concretos en su comparecencia, el Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España (COIAE) ya avanza que su impacto será inapreciable y, por eso, califica la medida de "ineficaz". Según sus cálculos, menos del 5% de las emisiones tienen su origen en los aproximadamente 70 vuelos regionales diarios que se verían afectados por la medida
Oficialmente, sólo se consideran vuelos cortos aquellos que pueden realizarse en tren en un tiempo inferior a dos horas y media. Los ingenieros aeronáuticos insisten en que estos vuelos son, por definición, "de muy corto rango" (menos de 500 Km de recorrido) y que, por ello, su efecto real representa "menos de 0,5% de las emisiones del sector aéreo".
Es más, desde el COIAE advierten que "como el transporte aéreo representa menos del 2% de las emisiones de CO2 antropogénicas, si todos los países hicieran algo similar, el efecto real en emisiones a nivel mundial sería prácticamente nulo".
Desincentivaría la innovación
Frente a los limitados beneficios, los ingenieros aeronáuticos advierten también de los graves riesgos que supondría la medida a nivel nacional. Según denuncian, la supresión de los vuelos cortos "desincentiva la innovación y la experimentación con nuevas tecnologías libres de carbono", ya que es precisamente en estos trayectos donde se realizan los ensayos.
Sin ir más lejos, advierten de que la cancelación de estos vuelos impediría estudiar avances para la electrificación de los aviones y sería un "obstáculo" para que Europa compitiera con China y EEUU en ese campo.
La alternativa "útil"
Con todo, los ingenieros recomiendan al Gobierno que, si quiere luchar contra el cambio climático, ponga "el foco legislativo allí donde la palanca es útil y se generen resultados reales". En este sentido, advierten de la necesidad de renovar el actual sistema de gestión del tráfico aéreo, "poco eficiente y obsoleto" y cuya modernización, según calculan, "podría reducir las emisiones en más de un 10%".
Por otro lado, denuncian que, en el cálculo medioambiental de emisiones del transporte ferroviario, no se haya tenido en cuenta "la cadena de producción completa", en la que, a su juicio, debería incluirse la infraestructura necesaria "para unir dos ciudades" por tren. Algo que, según defienden, es mucho más complejo que en el caso del avión.
Su apuesta, en todo caso, pasa por una aviación civil en la que predomine la propulsión eléctrica e híbrida para el transporte regional y de corto alcance, con motores propulsados por hidrógeno para rutas intermedias y de alta capacidad, y vuelos de larga distancia con combustibles sostenibles.
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