martes, 13 de septiembre de 2016

La última gran mentira de Podemos: ¿por qué faltan 127.000 universitarios?

M. Llamas desmonta la enésima mentira y manipulación de Podemos en su objetivo de distorsionar y moldear la realidad para obtener rédito político y polítizar absolutamente todo. 

En esta ocasión, al respecto del número de universitarios y la responsabilidad política al respecto...


Artículo de Libre Mercado: 

España es uno de los países con una tasa de universitarios más alta entre los jóvenes | Santander Universidades

Los últimos datos publicados por el Ministerio de Educación en torno al número de universitarios han sido aprovechados a nivel político para denunciar la reducción que ha registrado el volumen de matriculados en los últimos años como consecuencia de los recortes. En concreto, coincidiendo con el inicio del nuevo curso escolar, algunos partidos políticos, así como diversas asociaciones y sindicatos, denunciaron en las redes que la Universidad pública española ha perdido 127.000 estudiantes desde 2012.
Podemos ha sido especialmente activo en esta denuncia, que, bajo el hashtag #Faltan127Mil, ha llegado a convertirse en tendencia en Twitter a lo largo del lunes. La razón de esta caída en el número de estudiantes está muy clara para los participantes de dicha campaña: la subida de las tasas y el recorte aplicado en las becas se ha traducido en la "expulsión" de miles de jóvenes del sistema universitario, tal y como destaca el número dos de Podemos, Íñigo Errejón.



La subida de tasas y recorte en becas expulsa a nuestros jóvenes  Por un país que no deje a nadie atrás

¿Faltan 127.000 universitarios?

Ahora bien, ¿es cierto que faltan 127.000 estudiantes en la Universidad pública? Y, sobre todo, ¿este descenso se debe al incremento de las tasas y a la reducción de las becas?
El primer dato es cierto. Efectivamente, según el avance provisional del Ministerio de Educación, los matriculados de grado y de primer y segundo ciclo se situaron en un total de 1.155.728 alumnos para el curso 2015/2016, unos 127.000 menos que los registrados en el curso 2011/2012 (1.282.794), tal y como se observa en el siguiente gráfico.












La clave, sin embargo, no es la reducción en sí, sino las causas de la misma, más relacionadas con la caída de la población y la menor duración de los grados que con el incremento de tasas y el recorte de becas, desmintiendo así la supuesta "expulsión" del sistema.
Así, la población de 18 a 24 años ha bajado en algo más de 275.000 personas desde 2012, al pasar de un total de 3,42 millones a 3,15, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es decir, el descenso de la población joven casi ha triplicado al de los universitarios públicos.
Como consecuencia, la tasa neta de escolarización no ha dejado de aumentar. O, dicho de otro modo, hoy hay más universitarios que hace cuatro años en términos relativos. Tal y como refleja el siguiente gráfico, como el descenso de jóvenes ha sido muy superior al de matriculados en la Universidad (incluyendo pública y privada), el porcentaje real de universitarios ha seguido aumentando, hasta alcanzar el 31,5% en el curso 2015/2016, una cifra récord.
La tasa neta de escolarización es la relación porcentual entre el alumnado de la edad de referencia para cursar un ciclo educativo (18 a 24 años en el caso de los estudios universitarios) respecto al total de población de esa edad.
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Por otro lado, cabe recordar que la duración de los estudios también está afectando a la disminución del número de estudiantes. La adaptación de España al Espacio Europeo de Educación Superior ha supuesto que, en términos generales, la duración de los grados sea de cuatro años y 240 créditos, frente al modelo anterior, donde más de la mitad de las titulaciones duraba cinco años. De este modo, el "vaciamiento de estudiantes en las aulas se mantendrá en los próximos años hasta que queden completamente extinguidas las titulaciones de primer y segundo ciclo", tal y como explica el propio Ministerio de Educación.
La caída de la población joven sumada a la progresiva finalización de los estudios por parte de los universitarios de mayor edad se traduce en el consiguiente descenso de alumnos. Así, de los 127.000 estudiantes menos registrados desde 2012 a los que hace alusión la citada denuncia, la mayoría del descenso se concentra en los tramos de mayor edad: los matriculados de entre 18 y 21 años han crecido en más de 30.000; los de 22 a 25 bajan en casi 55.000; los de 26 a 30 caen en otros 54.000; y los estudiantes con más de 30 años se reducen en cerca de 56.000 durante este período.
De hecho, entre 2012 y 2016, la población joven de entre 18 y 21 años se redujo en 138.000 personas, mientras que los universitarios ubicados en esa edad crecieron en unos 30.000, lo cual demuestra que ni la subida de las tasas ni la supuesta reducción de las becas ha restringido o limitado de forma sustancial el acceso a estudios universitarios. La principal causa del descenso de estudiantes en términos absolutos responde a cuestiones demográficas.


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