La deuda española sigue absolutamente desbocada y superará en el 2013 el 90% sobre el PIB, y creciendo. Ya he ido comentando en este aspecto a todos aquellos que no veían un problema en la deuda pública (y que por tanto tenía que seguir creciendo porque había incluso otros países peor) que España, al contrario que otros países tiene un doble problema. Primero el ritmo de crecimiento de la misma que nos sitúa ya en niveles insostenibles y cercanos al no retorno, y en segundo lugar la poca capacidad de financiarla y reducirla al contrario también que otros países por nuestro bajo crecimiento (recesión más bien) y capacidad para ello y el elevado paro, el doble que el resto de países de la UE.
Pero sigamos "jugando" con unos presupuestos que no son creíbles y que no abordan de forma seria la reducción del gasto (que se incrementará en más de un 5% en 2013 según presupuestos, en lugar de reducirse) y que agravará aún más el grave problema en el que estamos.
Esta es la genial situación a la que hemos llegado con el intervencionismo y estatalización de la vida en este país, el gratis total, las subvenciones a diestro y siniestro, el espectacular incremento del gasto público, también del estructural, los rescates de cualquier cosa socializando las pérdidas entre todos los ciudadanos, la maraña pública en forma de empresas públicas, fundaciones...el crecimiento desmesurado de los empleados públicos y de su ente, las inversiones públicas astronómicas en cada pueblo de España, la mala y errónea gestión de las pensiones, las trabas administrativas, rigideces de muchos sectores y burocracia sin fin y un largo etc que nos aboca al precipicio.
Pero no es suficiente, aún se quiere más Estado, más gratis (que engañados!), más gasto público, más deuda. Luego no nos quejemos. Para el año 2013 España necesita de los mercados 567 millones de € al día!!!
Malditos mercados si no nos lo quieren dar todo para que sigamos la fiesta!
Como publica El Confidencial:
"La deuda pública no da tregua. Hasta el extremo de que el año próximo el Reino de España pedirá a los mercados financieros nada menos que 207.173 millones de euros, incluyendo tanto lo que se destinará a financiar el déficit público como la renovación de las amortizaciones (159.153 millones).
La cifra representa alrededor del 20% del PIB, y supone que cada día hay que salir a los mercados en busca de 567 millones de euros. La causa de esta desorbitante cifra -de largo la más alto registrada en España- tiene que ver con la existencia de un fuerte desequilibrio entre ingresos y gastos que, en el caso de la Administración central, ascenderá a 40.903 millones de euros.
Pero también con operaciones financieras -como la dotación del fondo de liquidez autonómica o las aportaciones públicas a la reforma del sistema financiero- que convierte a la deuda en la ‘estrellla’ del presupuesto 2013. Y eso que, si se cumple las previsiones, el ajuste fiscal -tanto en gastos (58%) como ingresos (42%)- permitirá reducir la presión sobre el endeudamiento público.
La bola de nieve en que se ha convertido la deuda pública se refleja en que el año próximo representará el 90,5% del PIB, cuando al principio de la crisis apenas rebasaba el 36%. Esta diferencia se muestra con toda crudeza en una tabla distribuida ayer por el Gobierno en el Libro Amarillo que acompaña a los Presupuestos Generales del Estado 2013, y que revela que, por ejemplo, el endeudamiento final del Frob a finales de 2013 ascenderá a 60.528 millones de euros, mientras que el pago a proveedores supondrá un endeudamiento adicional de 27.372 millones. Asimismo, el Adif -un organismo del Ministerio de Fomento destinado a financiar infraestructuras- deberá el año que viene 13.766 millones, en línea con lo que adeudará el Grupo Aena: 13.341 millones.
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La conclusión es evidente. El endeudamiento del Estado -sin contar el resto de administraciones territoriales- se situará el año que viene en 728.800 millones. Quiere decir esto que, desde que comenzó la crisis, sólo la administración central se ha endeudado en más de 420.000 millones de euros, lo que explica las tensiones en los mercados para financiar a España. El aumento de 2013 hay que achacarlo, además, a la puesta en marcha de nuevos instrumentos de financiación, como el Fondo de Amortización del Déficit Eléctrico, el pago a proveedores, la cuota asignada a España por el rescate de Grecia, Portugal e Irlanda y el préstamo de la UE para recapitalizar la banca española. España, igualmente, aportará 3.800 millones de euros al Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede)
Para pagar esta ingente cantidad de deuda, el Gobierno ha previsto gastar 38.660 millones de euros, lo que supone un tercio más que el año pasado.
Recortes generalizados
Esto ha obligado al Gobierno a aprobar unos presupuestos extraordinariamente austeros que incide prácticamente en todas las partidas. Se salvan las pensiones -con una subida irrelevante del 1% que se comen la inflación y la subida de impuestos- y poca cosa más. Así, por ejemplo, las inversiones reales consolidadas caen un 15% (hasta los 5.252 millones), mientras que la partida destinada a desempleo desciende un 6,3%. Igualmente, organismo como el CSIC ven reducir su presupuesto un 9,8%; un 30% la Agencia Española de Cooperación y un 14% el Instituto Cervantes. Además del -20% del Centro de Arte Reina Sofía, el -11% del antiguo Inem o e -13,5% del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).
Según el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, estos recortes son la mejor contribución que puede hacer el Gobierno a la recuperación económica. Máxime cuando los presupuestos generales de 2013 vuelven a aplicarse en un contexto recesivo: el PIB caerá un 0,5% -estimación mucho más optimista de la que hace la inmensa mayoría de los institutos de coyuntura- y el paro continuará por encima del 24% de la población activa.
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No hay margen para gastar, dijo Montoro, que no se atrevió a garantizar que se cumplirá una promesa del Gobierno realizada a principios de la legislatura, la rebaja del IRPF y la supresión del Impuesto sobre el patrimonio, cuya vigencia dura, según los comprometido, dos años. “Cada día hay que ganarse el pan”, aseguró. En su opinión, cuando se dé el escenario adecuado”, el Gobierno alumbrará “una reducción selectiva de impuestos”.
¿Y cuánto gastará el Estado en 2013 si se cumplen las previsiones? Pues en términos consolidados -incluyendo todas las administraciones centrales- 382.048 millones de euros, de los que el 56% se destinarán a pagar transferencias corrientes entre administraciones (sanidad, educación o pensiones). El 9,2% va a gastos de personal (33.289 millones) y el 10% a gastos financieros.
Hay partidas, como la justicia, que caen un 4,3%, mientras que el dinero destinado a política exterior se contrae un 11,2%. La política de defensa retrocede un 7,7% y la de agricultura un 9,9%, lo que da idea del recorte general de los gastos. En el caso de los empleados encuadrados en la rúbrica ‘alta dirección’ del Estado, el recorte es del 6%, hasta los 595 millones de euros.
En el caso de la vivienda, el ajuste es 6,6%, y afectará a los programas de ayudas para rehabilitación y acceso. Un porcentaje similar caen las ayudas al transporte, mientras que la política de infraestructuras sufre un recorte del 13,5%, muy lejos del -35% que retroceden las políticas de fomento del empleo."
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