El siguiente video muestra en tono crítico (pero de humor) hasta que punto ha llegado el robo institucional al ciudadano por parte de la oligarquía política.
Este es un mero ejemplo, una simple ramita de las muchas que contiene el arbol del entramado público montado, y del que viven toda una casta y gente afín, familiares y demás que viven a costa del ciudadano, y que supone la inmensa mayoría del coste total de cada proyecto:
Una muestra más del despilfarro público del dinero, la pésima gestión de los mismos, que siempre va a ser bien aceptado si el supuesto fin del dinero es bueno.
Pero además, todo esto sale desde la coacción y la fuerza (no puedes negarte o elegir a dónde dedicarlo). La solidaridad es un valor estupendo y necesario y es inherente al ser humano, un rasgo que no comparte con el resto de especies. Pero una cosa es la solidaridad voluntaria, loable y necesaria, y otra bien distinta la solidaridad a la fuerza e impuesta, porque esto no es solidaridad, es robar, lo disfrace uno como lo disfrace.
Y en mucha mayor medida si se hace con dinero que además no se tiene (todo vía deuda, que no se puede pagar, y que en el caso de Andalucia, alcanza en el primer semestre del 2012 los 15.442 millones de €). Porque una cosa es ser solidario con tu dinero, y con excedente, y otra bien distinta es que lo hagas con el dinero de otro, a la fuerza y sin consultar.
Y esto de manera institucionalizada y a lo grande, como ocurre, lo que provoca (y repito que este es simplemente un ejemplo, porque son constantes e innumerables) es la ruina y el empobrecimiento creciente de nuestra sociedad, lleva a mayores impuestos y mayores recortes futuros para mantener a toda esta casta, que por otra parte vive muchísimo mejor que el ciudadano medio.
A modo de ejemplo, este epígrafe supuso según los presupuestos del 2011 de la Junta de Andalucía (y nombro esta comunidad porque es el ejemplo del video) 96.577.360 euros, con una financiación destinada en 2012 de más de 58 millones de €.
Pero como el fin teóricamente es bueno (no importa los gastos, la inutilidad de infinidad de proyectos, el control de los recursos, que solo llegue una ínfima parte de lo que se expropia al ciudadano...), y la casta política tiene cada vez más poder y recursos nuestros para hacer lo que quieran, pues todo se justifica, y uno no puede ni protestar.
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